AZÚCAR, del ár. súkkar íd.; lo mismo la palabra arábiga que el gr. σάκχαρον proceden en definitiva de un común original índico.
1.ª doc.: Berceo.
DERIV.
Azucarado; gall. zucarado (Castelao 151.17). Azucarar. Azucarera. Azucarero. Azucarillo. Azucarí ‘(fruto) azucarado’, and. [falta aún Acad. 1884], viene del ár. sukkarî, derivado de súkkar, que Abenalauam ya emplea en la misma forma. Zucarino. Zucrería arag., del cat. sucreria, deriv. de sucre ‘azúcar’.
Derivados y Cpt. cultos del gr. σάκχαρον (sacaroideo, ya Acad. 1884), o de su reflejo lat. sacchărum: sacarino (íd.), sacarina, sacarificar, sacarígeno, sacarímetro, sacarosa.
1 Mal inspirado, como en casos análogos, por las lagunas de su información, supone Neuvonen, 139, que el cat. sucre y el port. açúcar son castellanismos, porque según sus datos no aparecen respectivamente hasta el S. XIV o más tarde. Es seguro que son muy anteriores. Los árabes introdujeron el cultivo de la caña de azúcar en Andalucía, en la zona Valencia-Tortosa y en Sicilia, y de allí importaban directamente su azúcar portugueses, castellanos, catalanes e italianos. En catalán, p. ej., el vocablo ya está documentado en el S. XIII en las Costumbres de Tortosa (ed. Oliver, p. 390), en la forma súquer, después cambiada en sucre como ambre, nacre, almofre, como segle junto a sèguel, sègol, etc. Pero claro está que en cada uno de los tres romances peninsulares debe de ser anterior a este siglo. ↩