AZALEA, ‘arbusto de adorno perteneciente a la familia de las ericáceas’, del lat. mod. botánico azalea íd., probablemente tomado del adjetivo gr. ęζαλέος ‘seco, árido’.

1.ª doc.: 1878, Pérez Galdós.

Azalea es el nombre dado por Linneo. La opinión común es que lo tomó de dicho adjetivo griego, sea porque la azalea crece en terreno arenoso, sea a causa de la madera seca y quebradiza de este arbusto; vid. NED, s. v. El vocablo presenta claramente carácter culto en todas partes: fr. azalée [1863; azalea, 1801], ingl. azalea [1753], it. azalèa, port. azálea, como es natural tratándose de una planta de procedencia exótica, que algunos dicen oriunda del Cáucaso (Acad.), otros de la India o de América (Littré). En castellano es muy tardío: falta en Colmeiro y en los diccionarios del Siglo de Oro, y la Acad. no lo registraba todavía en 1884. En consecuencia hay que rechazar la idea de Tallgren (Gaya de Segovia, p. 81) y de Asín (p. 75) de que pueda venir del ár. salîȟa ‘acacia’ ‘casia aromática’, ‘estoraque’ (Dozy, Suppl. I, 672a), aunque éste aparezca en los botánicos españoles Abenbuclárix y el anónimo de h. 1100; cierto es que açalea figura en G. de Segovia (a. 1475), vocabulario de rimas sin explicaciones semánticas, pero no estaría ahí como nombre de árbol, según cree Tallgren, sino como variante de ZALEA ‘pellejo de animal’.