AVERÍA, del cat. avaria íd., y éste del ár. awārîya ‘mercancía averiada’, derivado de awâr ‘defecto’, ‘avería’, y éste de áwwar ‘perjudicar, averiar’.

1.ª doc.: S. XIII, averí; 1494, avería1.

Dozy, Gloss., 217; Suppl. II, 189a; Vidos, 218-224; Terlingen, 286-7. El ej. del S. XIII figura en una traducción de los Rôles d’Oléron, y se halla completamente aislado; el vocablo no vuelve a aparecer hasta fines del S. XV y sólo entonces se hace frecuente (1526, Woodbr.). El cat. avaria (también averia), que ya se halla en 1258, es muy frecuente en toda la Edad Media2; en documentos genoveses ya se halla desde la primera mitad del S. XII y también es frecuente, pero esta diferencia cronológica en los docs. es dudoso que corresponda a la realidad, pues apenas se ha publicado documentación mercantil catalana anterior al S. XIII, aunque ciertamente la hubo; sin embargo la rapidez con que se extendió por todo el Mediterráneo el Consulado de Mar, ya desde fines de este siglo, demuestra el prestigio conquistado desde antiguo por la legislación mercantil catalana. El tráfico comercial de los catalanes con Túnez y otros puertos africanos era muy activo desde antes. Es imposible admitir con Vidos que el it. avaria viene del ár. awâr, con adición del sufijo romance -ia, pues para ello debiera haber existido previamente un italiano *avare, del cual no quedan huellas en la documentación cristiana. En árabe, awārîya está documentado en el Mohit al-Mohit, compilación basada en fuentes antiguas3, y es una formación adjetiva del tipo corriente: tiǤâra awārîya ‘mercadería que ha sufrido daño (awâr)’; el sufijo romance -ia es inadecuado en nuestro caso, como que sirve para formar derivados de adjetivos y no de sustantivos. El vocablo árabe pasaría directamente al catalán y al italiano, y de estos idiomas se propagaría a los demás romances y lenguas europeas; distinguir la parte de cada uno en esta propagación no es muy importante y es difícil; pero aunque puede dudarse en lo relativo a la lengua de Oc y al francés, el cambio de -a- en -e-, huella evidente de la pronunciación catalana, no deja lugar a dudas en cuanto al castellano. Ya C. Consiglio (RFE XXVII, 438) corrige las conclusiones de Terlingen en el sentido de que la fuente inmediata del vocablo castellano debió hallarse en Cataluña.

Los Kahane pretenden que avería viene del gr. συμβολƲ βαρεƗα ‘aportación pesada, tributo duro’, que habría llegado al romance con la pronunciación del griego moderno o bizantino varīa (Boll. Atl. Ling. Medit. I, 211-214), para lo cual se fundan en que el sentido de ‘daño sufrido por una mercancía’ sería secundario: esto no lo prueban directamente sino por una cita de P. Barbier referente sólo al francés, y el hecho es que el sentido de daño comercial también se halla en castellano, genovés y veneciano desde el S. XIV y creo que ya en el XIII. Por otra parte, reconocen ellos mismos que no se halla en griego βαρƗα sustantivado en algún sentido económico; la forma deglutinada varéa se documenta en Venecia desde 1255 al parecer, pero avaría ya está en Génova desde 1200; finalmente conviene tener cuidado con lo siguiente: el sentido de ‘contribución, impuesto’, aunque también aparezca en la forma avaría, pertenece en particular a otra variante, la que se ha convertido en el francés avanie, it. avanìa, que ha solido considerarse palabra de etimología independiente, y podría admitirse la posibilidad de que la etimología de los Kahane fuese sólo la de avanie. En definitiva, teniendo en cuenta algunos de los indicios señalados por los Kahane, y sobre todo los artículos avanie y avarie de Devic, me parece que habrá que volver a enfrentarse con toda la cuestión en un estudio más completo, con menos citas indirectas, con más mención directa de pasajes en que aparece el vocablo, y haciendo la historia de todo el desarrollo semántico de éste en el derecho mercantil de la Edad Media. Para cuando se haga, llamo la atención hacia un pormenor importante, que puede ser decisivo: según Devic avania, averia, en documentos genoveses de los siglos XIV-XV en el sentido de ‘impuesto, contribución, derecho de entrada’, tiene una variante avere; ahora bien el cat. averia ‘bestia de carga o de labor’ (que hasta ahora se ha considerado mero homónimo de avaria, -eria, ‘daño’) deriva de HABRE (> vco. abere ‘ovejas’, gall. haber ‘res vacuna’, arag. aberío ‘mula, asno’), vid. HABER sub DERIV.

¿No será éste, en último término, el étimo de todo? (‘dinero, capital’ > ‘impuesto’ y ‘daño’).

DERIV.

Averiar [1526, Woodbr.; Terr.; no Aut.]. De ahí parece derivar avariosis ‘sífilis’, como sugiere M. L. Wagner, ZRPh. LXIV, 363, no admitido por la Acad. (ya recuerdo haberlo leído en anuncios h. 1920).

1 El gall. abaría equivale en su significado al cast. avería, pero en pontev. es ‘picardía’ («este muchacho hizo una abaría» Sarm. CaG. 225r).―

2 Costumbres de Tortosa, IX, xxvii, 22; ed. Oliver, p. 452, 453; Consulado de Mar, ed. Pardessus, cap. XV, XCV (pp. 69, 131); J. Roig, n. 2522. Y vid. Alcover.―

3 Además según Eguílaz se halla en Lane y en PAlc., de suerte que el vocablo pertenecería al árabe clásico común y al hispánico. No puedo comprobar la presencia en estas fuentes y la referencia a PAlc. no es exacta, pues no figura en el lugar citado por Eguílaz.