El tordo tiene la costumbre de hartarse de aceitunas y de uvas, y en estas circunstancias se cree que pierde la cabeza: de aquí la frase
tener cabeza de tordo (o
de estornino), y el it.
tordo ‘hombre inexperimentado’. Véanse otros paralelos semánticos en C. Michaëlis,
Misc.
Caix-Canello 113ss.; Sainéan,
Sources Indig.,
I, 88; Bloch, s. v.
étourdir. Imposible fonéticamente derivar de
TORPէDUS con
GdDD 6757 (V. lo dicho de
LINDO), idea además inverosímil por toda clase de razones. Se empleó antiguamente una variante
estordir (Berceo,
Mil. 178; J. Ruiz, 767
a), correspondiente al cat.
estordir (también
atordir), fr.
étourdir, it.
stordire.
Atordecer en Díaz de Gámez (1431-50), Cervantes de Salazar y Miguel de Cervantes.