ATAHORMA, ‘especie de águila de color ceniciento y cola blanca (ave de paso en España)’, del hispanoár. tāfúrma íd., y éste del bereber.

1.ª doc.: 1386, López de Ayala1.

Dozy, Gloss., 209; Suppl. I, 148; Eguílaz, 299. Santand. tajorna, tadorna, ‘cernícalo’ (en Cabuérniga, G. Lomas), rioj. taborna, tahorma, ‘aguilucho’ (según GdDD 6532). La forma santanderina, y a pesar de tratarse de una ave diferente, pasaría a Francia, donde tadorne ha designado una especie de ánade (sólo en los dicc. de Cotgrave, Trévoux y Littré); tadourne sale un par de veces en Rabelais (V. FRANCOLÍN). La palabra hispanoárabe está registrada por R. Martí y por PAlc., y hoy se emplea tāfĕrma «aigle de rivière» en ciertos puntos de Marruecos (Duccala del Norte), según Colin, Hesperis VI, 61n. 1. El artículo ta- indica que se trata de palabra bereber.

1 En realidad ya está en Juan Manuel († 1348), Libro del Caballero e el Escudero, Rivad. LI, 250, pues si bien lo que figura en el texto impreso es athalprima, es errata en lugar de athahorma, la forma que da el glosario con referencia a esta página. El texto dice que se trata de una especie de águila blanca. Nebr. da «atahorma, ave: pigardus» (entiéndase pygargus).