FRANCOLÍN, del mismo origen incierto que el cat. francolí, it. francolino; quizá sea voz procedente del Languedoc.
1.ª doc.: «francolín, ave: attagen, attagena», Nebr.1.
En cuanto al origen de la voz italiana, no ha sido estudiado por los romanistas. Lo más probable parece ser que se trate de un diminutivo de franco en el sentido de ‘noble’, pues el francolín se consideraba la más noble de las gallináceas, comp. «la gente villana siempre tiene a la noble... un odio natural... como el gallo al francolín» (G. de Alfarache, Cl. C. I, 232). Las afirmaciones de Simonet de que el francolín procedía de Franconia, y de Nascentes de que se le nombró así por la prohibición de matarle a causa de su rareza y buen gusto de su carne, no están documentadas. También cabría partir de una forma germ. FRANKLÎN, diminutivo de FRANK ‘franco’, sea como nombre de persona aplicado a esta ave como a tantas otras (tipo martín pescador), sea por un origen franconiano. C. Michaëlis (RL III, 167-8) afirma que el port. frango ‘gallito joven que ya no es polluelo’ tomó este nombre de franco = francés, por ser el gallo el símbolo nacional de los franceses, que ya había dado origen a la denominación latina Gallus; paralelamente podría suponerse que francolín se formara como diminutivo del mismo, puesto que el francolín es una gallinácea2.
Como el origen de francolín en realidad sigue ignorado, conviene tener en cuenta la pista siguiente. En el cap. 37 de Gargantua, Grandgousier come una cena gigantesca de toda clase de aves enviadas por el seigneur des Essars y otros señores del Poitou, entre las cuales figuran: «gualinottes, hostardes, hutaudeaux, ramiers, cercelles, buours, courtes, pluviers, francolys, tyransons, tadournes, pochecullieres, hegronneaux, foulques, aigrettes, ci-gouignes...» (ed. Plattard, p. 130; omito unas pocas que no hacen al caso); en el cap. 59 del Quart Livre del propio Rabelais se enumeran los componentes de otra cena colosal, la de los Gastrolatres, y entre ellos figuran «ciguoignes, ramiers, tadournes, aigrettes, cercelles, butors, courlis, foulques, gelinottes, heronneaux, otardes, otardeaux, pluviers, pochecuillieres, courtes, tyransons, francourlis...» (p. 214).
Aunque en los dos casos he omitido unos pocos vocablos, se observará que la gran mayoría son unas mismas aves, aunque varias de ellas aparecen en ligeras variantes fonéticas o dialectales de la una a la otra vez (buours = butors, hegronneaux = heronneaux, etc.). Luego parece claro que los francourlis del Quart Livre son lo mismo que los francolys del Gargantua, y de estos últimos ni siquiera cabría dudar que son francolines, tanto más cuanto que es conocido el consumo que se hace de esta ave en festines opíparos. Por otra parte, en la segunda retahila aparecen los courlis, luego es de creer que la gente de paladar exigente como los Gastrólatras rabelesianos no desdeñaban este manjar, y la afirmación de Sainéan (La L. de Rab. I, 179) de que era muy buscado para los grandes banquetes no estará desprovista de fundamento. Ahora bien, el courlis ‘chorlito’ es una zancuda acuática del tamaño de una aigrette, especie de garza (V. la cita de Belon en Littré), y el francolín es del tamaño de una gallina o una perdiz, luego no parecen ser muy diferentes.
Y así cabe pensar que francolys salga de franc courlis por disimilación; lo de franc se explicaría, sea por la nobleza del francolín y el aprecio en que se le tiene (V. la cita del Alfarache más arriba), o sea más bien por el sentido de «doux, apprivoisé, opposé à sauvage, fou» que tiene la palabra franc en el Saintonge (Jônain) y en el Poitou (según varios glosarios citados por el FEW III, 761a13), que es precisamente la zona de Francia de donde proceden todos estos nombres de aves citados por Rabelais3: el francolín puede vivir en cautividad, aunque entonces no canta (vid. Littré), mientras que el courlis es sólo animal bravío. Como el courlis se llama courlì en el Languedoc, courlì en otras partes del Sur de Francia (Mistral, s. v. courrelì), habría que suponer que el vocablo se propagó desde el Languedoc y regiones vecinas a las demás lenguas romances, pues como en esta región -ì corresponde a -INUS, es natural que fuese adaptado en la forma it. francolino, cast. francolín, fr. francolin, y que sin embargo en el Oeste de Francia conservara todavía la forma en -is en tiempo de Rabelais. Hará falta todavía investigar mejor el asunto antes de decidirse, pero desde luego la idea es verosímil. En Méjico francolín y en Chile y el Ecuador francolino se han aplicado como adjetivos a los gallos sin cola, «quizás por tener el francolín corta y caída la cola» (Román).
1 No lo hallo en la copiosa lista de aves cazadas que da el Infante D. Juan Manuel en el Libro del Caballero e el Escudero (Rivad. LI, 250).― ↩
2 Nótese, empero, que la etimología apuntada del port. frango es más que dudosa. No hay duda de que la forma originaria fué frángano (> frángão, ya en 1220), fránganus ya en 1238, vid. CortesƟo, s. v. Y entonces no se explica la g, y difícilmente se puede admitir la terminación como sufijo átono. Franga se emplea para decir ‘gallina’ en varios puntos de la Beira, Alto Alentejo y Tras os Montes (RPF XI, mapa 2). Puede postularse, al menos provisionalmente, un tipo prerromano *FRA(N)GହNOS ‘cacareador’, acaso céltico, si se le hallara raíz SREG- o SRENG-. ¿O sería sorotáptico? Franganillo es apellido español. Todavía es frângoo en la Falcoaria de Pero Menino (S. XIV), aunque se ha conjeturado que ya sea esto el frango empleado en rima con mango y tango en una CEsc. gallega de Alfonso el Sabio (35.30). R. Lapa enmienda para ello la lección del Canc., de la B. Nac. de Lisboa, Con estas petei e frango en pato ei e frango, lo cual es ingenioso pero muy inseguro y él mismo sugiere una alternativa.― ↩
3 Parece haber errata en la edición de Plattard debida a la incorrecta colocación de la nota 25: figura en el nombre que precede inmediatamente al francourlis. Si en realidad la nota se refiere a éste, sería según Plattard el «nom vendéen du grand courlis». Por desgracia, no está a mi alcance el glosario de Lalanne, de donde suelen los especialistas sacar sus datos acerca de los términos vendeanos de Rabelais. ↩