ASÍ, del antiguo ‘así’ y éste del lat. SզC íd.; la a- es una mera ampliación del cuerpo del adverbio, como en ABÉS o atonto, analógica de muchos adverbios y frases adverbiales como apenas, adur, afuera, a menudo, etc.

1.ª doc.: 2.ª mitad S. X, Glosas de Silos.

Tienen mucha extensión las variantes vulgares asín, ansí, asina, ansina: la -n de la primera nació como la de AÚN, por analogía de otros adverbios y partículas, como non, bien, sin, según (igualmente port. assim)1; la de ansí se debe a un influjo de la preposición en, empleada en muchas locuciones adverbiales (entonces, en antes, en uno, en contra, en suso, etc.), comp. fr. ainsi; la -a de las demás se debe a la de aína, contra, fuera, nunca, etc. Para detalles y documentación, vid. A. Alonso, BDHA I, 411-6, comp. A. Espinosa, ibíd. 77-79. Agrego algunos jalones. Otrosín, hermano de asín, se halla ya en Elena y María (fin S. XIII: RFE I, v. 83); asín es frecuente en el aragonés Fernández de Heredia (RH XVI, 248.76, 94, etc.) y hay ya ejs. en Berceo. De ansí los hay en el Fuero de Guadalajara (1219), en Fernán González (122), etc., y es muy frecuente y popular en toda la Edad Media y Siglo de Oro, pero J. de Valdés se declara ya contra él; hoy subsiste en hispanoamericano, leonés y judeoespañol. De ansina ya hay ej. en Fernán González (421)2. La variante apofónica asá (así o asá, así que asá) es debida a una imitación del paralelismo existente entre allí y allá, aquí y acá; disfrazada humorísticamente en asa(d)o, como se emplea también, la hallamos ya en Quevedo.

Para las varias construcciones (y también para variantes), vid. Cuervo, Dicc. I, 693-702; Cej VIII, § 57. Llamo la atención acerca de dos puntos sueltos. De así aparejado a un adjetivo o a otro adverbio con el valor de tan, hay algún ejemplo en el Siglo de Oro (Romera Navarro, Hisp. R. IV, 291), especialmente en J. de Valdés (assí bien, assí breves: Diál, de la L., 140.12, 156.19); hoy se emplea en la Argentina, pero allí y en Valdés puede deberse a influjo italiano. Así que es por lo común consecutivo ‘de suerte que’ (Cuervo, 4b), ya en Sem Tob (copla 119); en el sentido de ‘luego que’ Bello la considera de introducción reciente (Gram. ed. 1936, § 1214), pero ya hay ej. en el S. XVII (Estebanillo González), vid. adiciones de Cuervo a Bello y Dicc. 7; hoy se emplea más o menos familiarmente en la Argentina (BRAE IX, 720), en Andalucía (R. Marín nota al Quijote, ed. Cl. C. III, 45) y en muchos puntos de España y América. Para el americano así no más ‘regular mente’, ‘de cualquier modo’, vid. Tiscomia, BDHA III, 207.

La forma primitiva del adverbio de modo es todavía corriente, en muchos de sus usos, en autores arcaicos y aun alguna vez en el S. XIV: « dixo la comadre quando el cirugiano / el coraçon quería sacarle con su mano» J. Ruiz 1411a; «peor es amar fazer pecado / que fazerlo... / E algunos son que non tan solamente / dexan de fazer el bien, mas aun a su aciente / quieren mal a los que bien obran de buenamente» Rim. de Palacio, 1287c; especialmente cuando la idea de ‘así’ coincide con la de ‘también’: «recibiólo el rey assaz a grant amor, / fizieron los príncipes quel sedién derredor» Berceo, Mil. 735d, o en frases desiderativas: «fijo, yo vos bendigo, faga el Criador: / él vos dé sobre Darío victoria con honor» Alex. 172a, de donde llegó a emplearse como adverbio desiderativo, con carácter autónomo: «yo te ruego, veas paraíso, / pon sobre mí tus manos...» Berceo, S. Lor. 59c, construcción frecuentísima en la Edad Media (Cid 1342, etc., Sta. M. Egipc. 297, J. Ruiz 984, 1578, etc.). Por otra parte, partiendo del valor de ‘así’, nuestro adverbio se empleó acompañando a un verbo, como perífrasis afirmativa: fago (Cid 3042, etc.), quiero y análogos, que todavía son usuales en el Siglo de Oro: «¿atreveráste a bajar / por ese balcón? D. JUAN atrevo, / que alas en tu favor llevo» Tirso, Burlador I, 106; «Beltrán, / vete fuera. BELTRÁN. Si es preciso obedecerte / aré» Rojas Zorrilla, Cada cual lo que le toca, v. 309; construcción a la cual permanece fiel el portugués mucho más tiempo que el castellano, o bien simplemente repite el verbo en cuestión, prescindiendo totalmente de («¡tendes aquí um quintal...! ―Tenho.―¿ NƟo terei rumédio...? ―Tendes, tendes», cuento popular en el Minho, Leite de V., Opúsc. II, 45; Krüger, ASNSL CLI, 157). En castellano, en cambio, pronto se desarrolló la construcción elíptica, que partiendo de hago y análogos, empleó solamente sí: «estos otros non veen como estó muerto, et vos, » Conde Luc., ed. Knust 290.4; y ya dezir de o de no, Cid 3594, dezir J. Ruiz 444c, dezir que , Conde Luc. 79.11; naciendo así el nuevo adverbio afirmativo , creado igualmente por el it. y el port., por el cat. (ya junto a oc, en lo antiguo: Jaume I, 266.4; Eiximenis, Doctr. Comp. 63), y sólo con valor adversativo, por el fr. Comp.: Cej. VIII, § 57.

DERIV.

Xión ‘sí’ gnía. [1609, Hidalgo].

CPT.

Asimismo [a(n)simesmo en Alfonso X: DHist.]. La combinación así como así ha tendido a generalizarse y soldarse en gallego, contrayéndose, con el sentido de ‘sin embargo’ en secomas y formas análogas: el lomo del asno «rexe con calquera home e secomasí os homes prefiren un cabalo»3.

1 Ya en el S. XIV (In. de Alcobaça, CortesƟo), si bien en la E. Media se encuentra assí. En gallego assí es la forma general en la Edad Media (passim en Ctgs., C. Troy., etc.) y sigue siendo la forma más normal (Sobreira, DAcG, Lugrís, Irm. Fa.), aunque assín no es inaudito allí, y está bastante extendida la variante eisí (Castelao 107.31, 156.30 y passim, aunque más frecuente así 52.13, etc.) tal vez creada o favorecida por el influjo de eiquí, ainda, eis ‘he aquí’.―

2 Más datos acerca de las variantes en DHist., s. v. ansí, ansina, ansinas, asín, asina, etc.―

3 Castelao 166.8; se como asi 22.19. Contaminado por de todos modos: escomasí, escomadasí (Vall.), descomasi, descasí (Lugrís).