ASIR, derivado de asa con el sentido inicial de ‘coger por el asa’.
1.ª doc.: h. 1300, Gr. Conq. de Ultr.1
Apenas hace falta refutar la etimología propuesta por Spitzer, lat. ASSզDĔRE ‘sentarse’ (RFH III, 159): el paralelo del fr. saisir no es utilizable dada la falta de significado jurídico en asir, y la -s- sonora del castellano antiguo y portugués se opone rotundamente5.
DERIV.
Asidero. Asidura. Asimiento.
1 Ej. citado por el DHist. de la ed. de 1503. El ej. que sigue cronológicamente es el de J. Ruiz.― ↩
2 Lope emplea por lo menos una vez asáis (cita en T. A. E. IV, 221), aunque también asga. Ya se ve la razón del éxito de esta última forma: la otra se prestaba a equívocos con el verbo asar.― ↩
3 Hay que advertir, de todos modos, que Hernán Núñez (1555) ya cita el port. azo en un refrán, y que Sánchez de Badajoz (1525-47) lo emplea dos veces, como voz castellana, en rima con el sufijo -azo (DHist.); Nascentes también cita una forma aazo del portugués antiguo, que no puedo fechar. Son fechas muy tempranas para que haya ya confusión de z con s, aunque en documentos del Algarbe la confusión de ç y ss es ya completa en 1450 (Nunes, RL VII, 263-4). Sea como quiera, y aunque deba admitirse un caso de homonimia para azo, no puede dudarse de que asa, ansa, asilla vienen de ANSA. También se ha empleado y emplea en gallego («ánimo, fuerzas, ganas de obrar», J. Rdz., Vall., Lugrís, DAcG.), y aunque aparezca en la pluma de algún buen escritor («sen dar azo de sí», «teño azos para facerte feliz», Castelao 218.1, 284.18, 143.27, 168) si sólo tuviéramos información gallega no habría que hacer mucho caso de una palabra que si no me engaño no figura en las viejas fuentes del gallego popular y medieval (Sarm., P. Sobreira), que aparece con sospechosa frecuencia en escritores de tono pedante y seudo-arcaizantes (un par de citas de tales en el DAcG.) y es ajena a las principales fuentes de la E. Media; nos aseguran que un acio ‘ánimo’ se emplea en la Terra Cha de Lugo, dato cuyo garante, sin duda único, hace falta conocer (idéntico en Crespo Pozo y en el apéndice a Eladio Rdz.) y que por su mismo laconismo poco crédito inspira (el sentido de otro de que informa Aníbal Otero nada tiene que ver); las grafías seudoarcaicas aaso y aazo que menciona el DAcG. carecen de todo valor, no estando documentadas. En definitiva, todo esto refuerza algo, pero débilmente la documentación portuguesa, especialmente en el sentido de que el vocablo tendría -z- más que -s-. Sigue siendo imposible por razones fonéticas, morfológicas y de todas clases, atribuir eso al étimo del fr. aise, oc. aize (ADJACENS), voces de sentido sumamente alejado (por más que lleguen a significar ‘ocasión’). Sigue, por lo tanto, siendo lo menos probable que se trate de un derivado de asir, aunque apoyado e influído por aza y azes ‘fuerza de tropa’, y que la vida única o principal del vocablo en gallego le ha venido de la lengua literaria y no ha llegado a ésta desde el lenguaje real y castizo. Aunque reconozco también que contra la explicación a partir de asir hay un serio argumento en contra en la utilización de azo ‘empeños, solicitudes’ por un escritor que tiene un dominio tan exacto de la lengua como Castelao y hasta en los sentidos de ‘medio, ocasión, pretexto’, ‘causa, modo, maña’ con que aparece la palabra portuguesa.― ↩
4 La Acad. cataloga un hondureño nancear ‘coger’ que a primera vista recuerda el cat. y alav. nansa ‘asa’; pero no hay tal nancear ‘coger’. Se trata de ‘coger nances’, fruta tropical del país, como puede verse en Membreño. Un colaborador descuidado de la Acad. mutiló la definición.― ↩
5 Por otra parte es incierto que el cat. ant. assiure venga de ASSզDĔRE, de suerte que no consta la existencia romance del vocablo. Mas para eso hará falta un estudio especial. Antes de terminar el artículo llamo la atención acerca de la forma apocopada asle ‘ásele’, imperativo, en Quiñones de B., NBAE, XVIII, p. 582. ↩