ARCEN, ‘orilla o terraplén de un foso’, del lat. arcaico y vulgar ARGER, ARGĔRIS (lat. AGGER ‘terraplén’, derivado de AGGERĔRE ‘acumular’).
Se halla también
arce en Mariana, Coloma y Medrano (que
Aut. confunde semánticamente con el lat.
arx ‘ciudadela’) y
argen en Luis Cabrera (1619): vid.
DHist. Cristóbal de las Casas, en 1570, escribe todavía
arzen, con la
z sonora que era de esperar.
ARGĔREM se cambió en
*ARGĔNE ya en el latín vulgar por efecto de dos fuerzas coincidentes: la disimilación y el influjo de
MARGINEM. En todos los autores nombrados
arcen es exclusivamente término de fortificación
1.
Como
AGGER no ha dejado descendientes más que en italiano (
àrgine) y en sus dialectos (
REW 277), en los cuales significa ‘terraplén’ sin limitaciones semánticas, nace naturalmente la sospecha de que el cast.
arcen sea un italianismo militar del S. XVI. A pesar de estos argumentos, rechazo por ahora la idea por las siguientes razones: a) la correspondencia entre it.
-rg- y cast.
-rz- es regular, pero se da en muy pocos casos para que se comprenda su aplicación a un extranjerismo:
arcilla (junto al it.
argilla) no era palabra lo bastante conspicua para servir de modelo por sí sola; más análogo semánticamente era el cultismo
margen, luego deberíamos esperar
argen en todas partes, forma que sólo se halla en Cabrera, y ésta sí será italianismo. b) Existe
arcen ‘brocal de pozo’ en Aragón [Acad. 1770; Borao], indudablemente autóctono, c) Otro descendiente iberorrom. de
ARGER parece ser el gall.
arxon, miñ.
arjão (=
ARGEN-ONEM) ‘palo en que se apoya la vid’ [2.ª mitad S. XVIII: Leite de V.,
Opúsc. II, i, 161], ‘barda de corral’ (Fig.), para la -
j- portuguesa comp. port.
espargir ‘esparcir’,
singelo ‘sencillo’, etc.
2.
En conclusión parece que
arzen era vieja palabra española, poco usada y quizá dialectal, a la cual en el S. XVI se trasfundió el significado militar específico del it.
argine, que los ingenieros españoles aprendieron en Italia.
Nadie ha dudado de la acentuación de la forma arce, pero en cuanto a arcen la Acad. lo acentúa como agudo (ya en 1884). Esta acentuación parece difícil de explicar a G. de Diego (Contr., § 51), que no se decide a rechazarla, pero sin descartar la posibilidad de que sea falsa. Creo que esto puede darse por seguro, pues el caso de cercen, convertido en CERCÉN después del S. XVII, no tiene paridad: aquí actuaron las formas del presente del verbo cercenar (cercena, etc.), mientras que no había influjo semejante en el caso de arcen; se trata simplemente de un error de lexicógrafo, desorientado por la mayor frecuencia de las palabras en -én (desdén, sostén, cercén, retén, etc.). Terr. y Borao, que acentúan cuidadosamente (comp., p. ej., cercén), y que conocen el vocablo personalmente, dejan arcen sin acentuar. Comp. ARZÓN.