ANTENA, ‘verga de la vela latina’, probablemente del cat. antena y éste del lat. ANTMNA íd.

1.ª doc.: 1406-12, G. de Clavijo; Canc. de Baena, n.° 384, v. 10 (en rima).

La forma correcta en latín era antemna (ThLL, Ernout-M.)1 y no antenna; ambos hubieran dado regularmente *anteña en castellano, pero antena es regular en catalán como reflejo del primero: allí ya se halla el vocablo en el S. XIII (Jaime I, Lulio). También pudo tomarse del gallegoportugués, donde entena ya se halla en la Crónica Troyana del S. XIV (II, 214). No hay motivo para derivar todas las formas romances del genovés, según quieren Tuttle (ASNSL CXXXIII, 167) y Brüch (ibíd. CXLIV, 103): oc. antena puede ser también autóctono2. Posteriormente muchos cambiaron en castellano la forma antena en entena3 por intrusión del prefijo en-4. Gall. entena de mel ‘panal’ (Álvarez Giménez); Sarm., Onomástico (1768) § 122-6, estudió esta palabra extensamente relacionándola con el «pliniano ANTHINUM (griego anthinós)» convincentemente según Piel, RPF XV, 107, V. ANTOLOGÍA.

1 Es también la forma que dan los mejores mss. de San Isidoro, Etym. XIX, ii, 7 (según la ed. de Lindsay), al cual algunos diccionarios atribuyen la forma antenna.―

2 Lo normal, por lo menos en los dialectos meridionales, es que la lengua de Oc cambie MN en n (dan, son). Las formas dam, damnar, som, son semicultas o propias de las hablas limítrofes del francés. En cuanto a domna, femna, no tienen -MN-, sino -MIN-.―

3 Así en Cervantes, El Amante Liberal, ed. H. Ureña, 103; Jáuregui, La Farsalia; Aut. dice que es lo más común.―

4 Además de las acs. ‘especie de cuerno de ciertos animales’ y ‘mástil del telégrafo sin hilos’, que aparecen en los SS. XIX y XX, y en las cuales sólo se usa la forma antena, por su carácter más conforme al latín y al francés, Nebr. da antena como nombre de una parte del carnicol o taba.