ANEGAR, ‘ahogar en agua’, del lat. NĔCAREmatar (especialmente por estrangulación o asfixia)’, derivado de NECAREmatar’.

1.ª doc.: h. 1260, Bocados de Oro1.

La especialización de NECARE y ENECARE en el sentido de ‘matar sumergiendo en agua’ se halla ya en el latín tardío, vid. Wilh. Schulze, Berliner Sitzungsber., 1918; Cuervo la documenta en texto hispánico de 883. Entre los romances sólo el rumano ha conservado en parte la amplia ac. latina. El portugués (anegar), el castellano, el italiano (annegare) y el rumano (î(n)neca) dieron la preferencia al segundo de dichos verbos; el francés (noyer), la lengua de Oc y el catalán (negar), al primero. Comp. AHOGAR. En la Edad Media el presente se conjugaba con diptongo (aniega), y las formas como anega no se hallan antes del S. XVI, lo cual aconseja, considerarlas analógicas y no continuaciones de la forma latina ENէCARE, empleada por los cómicos; en muchas partes de América se conservó aniega (vid. Cuervo, Dicc. I, 465b; Obr. Inéd., 273), en la Argentina hasta el S. XIX (Campo, Fausto, v. 720).

DERIV.

Anegadizo. Pernicioso [1611, Covarr.], tomado del lat. pernĭciōsus íd., derivado de pernicies ‘ruina, desgracia’, de la misma raíz que necare. Pernicie (Acad. 1936), hoy desusado, se ha empleado muy raramente en castellano.

De la misma raíz que necare procede el gr. νεκρóς ‘muerto’, del cual es derivado necrosis.

CPT.

De ahí también: Necrófago. Necrología [Acad. 1843, no 1817]; necrológico [íd.]. Necrópolis [Acad. 1899 o 1914]. Necropsia. Necroscopía; necroscópico. Nigromancía [Apol. 20d; J. Manuel; negromancia, Nebr.; acentúan nigromancía los versos de Calderón, Mágico Prodig. III, ii, ed. Losada, p. 226; Aut.; y la Acad. ya en 1843; en catalán del S. XV, Jaume Roig, ν. 9784; pero la acentuación -mancia, aceptada por la Acad. en 1817, está bastante arraigada; para la historia semántica del vocablo, vid. L. Spitzer, RFH III, 157], de νεκρομαντεία ‘adivinación por medio de los muertos’ (compuesto con μαντεία ‘adivinación’), alterado por influjo del lat. niger, a causa de la magia negra; nigromante [Cervantes, Quevedo], nigromántico [Nebr.]. Nigromantesa se halla ya en Juan de Mena y en la Comedia Tebaida del S. XVI (Lida, Mena, 487).

1 Para ejs. y construcciones de anegar, vid. Cuervo, Dicc. I, 463-5.