ANEGAR, ‘ahogar en agua’, del lat. ୱNĔCARE ‘matar (especialmente por estrangulación o asfixia)’, derivado de NECARE ‘matar’.
1.ª doc.: h. 1260, Bocados de Oro1.
DERIV.
Anegadizo. Pernicioso [1611, Covarr.], tomado del lat. pernĭciōsus íd., derivado de pernicies ‘ruina, desgracia’, de la misma raíz que necare. Pernicie (Acad. 1936), hoy desusado, se ha empleado muy raramente en castellano.
De la misma raíz que necare procede el gr. νεκρóς ‘muerto’, del cual es derivado necrosis.
CPT.
De ahí también: Necrófago. Necrología [Acad. 1843, no 1817]; necrológico [íd.]. Necrópolis [Acad. 1899 o 1914]. Necropsia. Necroscopía; necroscópico. Nigromancía [Apol. 20d; J. Manuel; negromancia, Nebr.; acentúan nigromancía los versos de Calderón, Mágico Prodig. III, ii, ed. Losada, p. 226; Aut.; y la Acad. ya en 1843; en catalán del S. XV, Jaume Roig, ν. 9784; pero la acentuación -mancia, aceptada por la Acad. en 1817, está bastante arraigada; para la historia semántica del vocablo, vid. L. Spitzer, RFH III, 157], de νεκρομαντεία ‘adivinación por medio de los muertos’ (compuesto con μαντεία ‘adivinación’), alterado por influjo del lat. niger, a causa de la magia negra; nigromante [Cervantes, Quevedo], nigromántico [Nebr.]. Nigromantesa se halla ya en Juan de Mena y en la Comedia Tebaida del S. XVI (Lida, Mena, 487).
1 Para ejs. y construcciones de anegar, vid. Cuervo, Dicc. I, 463-5. ↩