ALFEÑIQUE, del ár. fānîd ‘especie de dulce de azúcar’, y éste del persa pānîd.

1.ª doc.: J. Ruiz.

Dozy, Gloss., 112. También port. alfenim, val. ant. alfaní (1402, 1461), castellon. alfanic. La forma alfenique que aparece en las Ordenanzas de Granada (1672), en J. Ruiz, en Covarr. y en Cervantes (Cuervo, Obr. Inéd., 63), es la etimológica; alfeñique, que ya aparece en Nebrija, será debido a influencia de alfeña variante de alheña1. Dozy, en una anotación marginal a su glosario, relaciona alfeñique ‘delicado’ y alfeñicarse ‘remilgarse’, ‘adelgazarse’, con el ár. fanîq que en Abenbadrún (español, h. 1200) significa «molliter habita atque educata (puella)», y deriva de fánaq ‘remilgarse’ («fastidire» en R. Martí): el parecido es realmente extraordinario; la ac. en cuestión pudo desarrollarse espontáneamente en alfeñique ‘dulce de azúcar’ teniendo en cuenta que éste se daba, según Covarr., a los niños que no podían arrancar, para ablandarles el pecho, es decir, a los que tenían tos y por lo tanto estaban delicados, y así lo confirma la existencia de la misma ac. en el val. ant. alfaní2; pero es probable que los dos vocablos árabes pasaran juntos y se confundieran en romance, y que a fanîq se deba la terminación del cast. alfeñique (fanîq, solo, hubiera dado *alfeneque). Algo parecido sugiere Asín, Al-And. IX, 18, al decir que la -c (-que) se deba quizá a un cruce con finâq ‘manjares delicados’, voz de la misma raíz; sin embargo no es verdad que esto se pronunciara *finîq en vulgar granadino, pues en tal posición la â se conservaba en la pronunciación vulgar (está en tafȞîm).

Alfandoque, per., colomb., venez. ‘especie de alfeñique’ (Cuervo, Ap., § 741; para otra ac., § 642; variante alfondoque, Acad. 1884, la cual pone en duda Cuervo), puede venir de *alfanidoque, con el sufijo mozárabe -oque (V. ALCORNOQUE), mas no puede asegurarse mientras no conste que se empleó en España. Alfandoque se decía el «segundo punto de la miel» y alfeñique el «tercer punto de la miel» según Fray J. de Santa Gertrudis, Maravillas del Perú, h. 1770, BRAE XXXIII, 126.

DERIV.

Alfeñicarse [1589].

1 En cuanto a alfeñiques ‘valeriana’ en Andalucía (Rojas Clemente, 1807, citado por Colmeiro), no veo razón suficiente para separarlo de nuestro vocablo y derivarlo del gr. ưοƗνιξ ‘púrpura’, por el color encarnado de la valeriana, como quiere la Acad. Quizá deba partirse más bien de la idea de flor delicada, comp. el nombre amores mil que le dan Ortega y Palau, y el cat. lilà (Costa).―

2 Es elocuente el pasaje de J. Roig: «Ella tenia / un sols fill car / ... hom femení /, fet d’alfaní / e d’orelletes, / çucre, casquetes, / e viciat...» (V. 1012).