ALERCE, del ár. Ȑarz íd.

1.ª doc.: 1475 (G. de Segovia, alerze).

Cej. VII, § 30. Escriben también con -z- Nebr. y PAlc.; igualmente judesp. alarze (Biblia de Ferrara, MLN XI, 33), alarzel (en Marruecos: BRAE XIII, 528). En la Gr. Conq. de Ultr., 174, se cita ya arez como nombre arábigo del mismo árbol. El nombre castellano procede del colectivo árabe Ȑarz, correspondiente al nombre de unidad Ȑárza. No puede venir del nombre latino larix, -ĭcis (cast. lárice es cultismo raro; cf. aquí lorda, s. v. LERDO). En cuanto a la relación de éste con el arábigo, lo más probable es que su parecido sea casual. Larix, su. fr. arze, larze, alem. lärche, es palabra de origen alpino; tampoco es de creer que el nombre árabe venga del latín, según apunta Tallgren, 86, pues su z no hallaría explicación en las lenguas europeas que hubieran podido trasmitirlo al árabe, y por otra parte el vocablo tiene correspondientes (Eguílaz) en hebreo y en arameo. La variante alarze del judeoespañol se halla también en el P. Las Casas, junto a la otra. Cf. M. Colmeiro, «Investigaciones sobre la antigua madera conocida en Sevilla por el nombre de alerce», dos folletos de 6 y 13 pp. publicados en 1852 por la Acad. Sevillana de Buenas Artes.