ALCATRAZ, ‘especie de pelícano’, probablemente del ár. ġaƫƫâs ‘especie de águila marina’.
J. J. Hess von Wyss, en Steiger,
Contr., p. 313. Según Dozy,
Suppl. II, 217
a, que se funda en Yacut y otros, el
ġaƫƫâs sería el somorgujo, pero las fuentes modernas citadas por Hess lo identifican con el Haliaëtus albicilla, especie de águila de mar. Esta etimología es aceptable semánticamente, y la única dificultad fonética está en el cambio de
g en
c, pues las formas documentadas con
g sólo se hallan en inglés (S. XVI,
algatross) y en francés (1701,
algatroz), y parecen secundarias. El cambio puede explicarse por etimología popular, aceptando en este sentido la sugestión de Devic de que se asimiló al pelícano con un
arcaduz, port.
alcatruz, por la costumbre de acarrear agua en su papo voluminoso
1. El vocablo se halla también en port.
alcatraz, cat.
alcatràs. De la Península Ibérica pasó al it. antic.
alcatrazzo [1510, Zaccaria], fr.
alcatras (1588-1664) y otras formas (vid. König,
ZRPh. LVIII, 398;
BhZRPh. XCI, 12-13) y al inglés, donde
albatross [1769] se aplicó a otra ave, con alteración fonética debida al color de ésta; de aquí volvió esta forma al francés (1751), al castellano
albatros y al portugués.
En cuanto a alcatraz es cierto que se ha aplicado a variedades americanas de pelícano (Pichardo, etc.), pero es también ave europea, contra lo que da a entender la Academia (vid. grabado del alcatràs catalán en Alcover). En Chile designa una ave negra como un cuervo que se posa en los escollos marinos junto con las gaviotas. Comp. ALMOCATRACÍA.