ALCACHOFA, del hispanoár. ȟaršûfa, ȟuršûfa (ár. Ʌáršafa), ‘cardo comestible’, ‘alcachofa’.

1.ª doc.: carchofa, Villena, Arte Cisoria, 80-81 (1423); alcarchofa, Nebr.; alcachofa en el Palmerín, 1548.

Port. alcachofra, cat. carxofa; it. carciòfo (del colectivo ȟaršûf); del catalán proceden oc. cachofle, carchofle, cachoflo, escarchoflo [1544], fr. antic. carchoffle, carchiophe [1542; VRom. IV, 90]1. Variantes castellanas: Jaén argachofa (RFE XXIV, 227), argent. alcachofla. Vid. Dozy, Gloss., 85; Suppl. I, 362b; Eguílaz, 124.

DERIV.

Alcachofar [1605, López de Úbeda: Nougué, BHisp. LXVI; alcarchofar, «los cabellos de Venus alcarchofan» Lope, BRAE XXVI, 289]. Alcachofado, arag. ant. garchofado [1492], carjoffado [1496: BRAE III, 364; VI, 743-4], aplicados a una clase de paño, derivado de alcachofa en el sentido de ‘adorno en figura de alcachofa’ [1548, Palmerín; y ya h. 1490-1500, BHisp. LVIII, 356]

1 No es normal en cast. la representación del ȟ por c. Ninguno de los ejemplos del caso que reúne Steiger, 228, es valedero fuera de éste. Califa no entró por España, sino por Oriente, con ocasión de las Cruzadas, como nota Neuvonen, 262, comp. 290. Alcouce ‘burdel’ viene de Ȭs ‘arco’ (comp. lat. fornix, fornicari). Para alcaná véase este artículo. Alcamiz no es palabra romance, sino mera transcripción de un término árabe, y lo mismo puede decirse de alchaz (nótese la grafía ch = ȟ), en caso de que ésta sea la etimología real (Baist, RF IV, 354, no lo cree); en cuanto a alcouço y coteife, si estas etimologías son buenas a pesar de sus dificultades fonéticas, quizá presenten un tratamiento portugués especial. El caso de alcachofa puede ser debido a disimilación, por seguir otra f, o bien se tratará de un vocablo primitivamente ajeno al castellano, como lo sugiere la existencia de varios sinónimos: alcaucil, cardo arrecife, alcanería. El uso del primero en la Argentina, Bolivia y otras partes de América puede indicar que alcachofa es palabra tardía en castellano. El paso de rš a rƇ (luego simplificado en ch castellana), que es normal en Valencia y Sur de Cataluña, pero inesperado en Castilla, sugiere un antiguo catalanismo, natural en una planta huertana.