ALBEDRO, ast., ‘madroño’, del lat. ARBզTUM ‘fruto del madroño’.
La forma corriente en latín era
arbŭtum,
arbŭtus, pero
arbĭtum se halla en Lucrecio, V, 490. El
REW, 610, deriva del mismo origen un it.
arbitro, y también pueden venir de allí el it.
àlbatro y el sienés
àrbatro. Debería comprobarse si es correcta la acentuación
albédro indicada por
Aut. (falta el vocablo en R, V y Acevedo-F.), pero no creo, a pesar de ello y de la
r postónica―que puede ser repercusiva, como en italiano―que
albedro venga de un diminutivo latino en
-ulus, como sugiere la Acad. Otros descendientes de la misma voz latina, véanse s. v.
BORTO. Además hay el ast.
érbedo1 (Acad.; R, s. v.
borrachines), gall. íd. (Vall., s. v.
hérbedo), port.
érvodo (Moraes, Fig.),
érvedo, que vienen de la variante
ERBITUM (
erbutum en el ms. K), bien atestiguada en San. Isidoro,
Etym. XVII, vii, 55; hasta ahora se ha entendido mal esta palabra isidoriana por no tener en cuenta las formas romances: algunos han supuesto era el oleandro, lo cual es imposible según observa Sofer, 8, pues el santo distingue entre esta planta, que mata a los animales, y el
erbitum, que los pastores emplean como pasto cuando no hay otro; tampoco está acertado Sofer al creerlo derivado de
herba ‘hierba’, fundándose en una glosa que proviene de una mala interpretación del texto de San Isidoro
2; está claro que
erbitum es el lat. cl.
arbutum con influjo de
herba por etimología popular.