AGRAMAR ‘majar el cáñamo o lino con la agramadera para separar el tallo de la fibra’, voz emparentada con el alto it. gramolare, b. engad. sgromblar, port. gramar, de origen incierto; quizá del lat. CARMէNARE ‘cardar’, a pesar de las dificultades fonéticas.
1.ª doc.: agramar 16291; gramar h. 1400, Glos. de Toledo.
Spitzer, ZRPh. XXXVIII, 369-70, sugirió para agramar un origen gótico: en este idioma gramst aparece una vez con el significado de ‘astillas de madera’. Por desgracia el vocablo está aislado, ya que la relación con el suizo alem. grummen «klauben, stöbern» (pellizcar, hurgar) es muy insegura, y ni siquiera nos consta que sea cierta la premisa necesaria para esta etimología: a saber que el radical de este vocablo es gram- y -st es formativo, ya que este sufijo es muy raro, sobre todo en gótico (solamente ala-brunsts = alem. brunst, junto a brennen, pues en el gót. ansts la primera s puede pertenecer al radical: Kluge, Urgerm. S 70).
DERIV.
Agramadera. Grama (vid. arriba); gramilla ‘tabla vertical donde se colocan los manojos de lino o cáñamo para agramarlos’. Agramiza ‘agramadera’ arag. (Terr.), ‘desperdicio del cáñamo agramado’ (ya 1644).
1 En el segundo tomo del Plinio de Huerta. Un ej. que creo anterior, de las Orden. de Tarazona, no lo puedo fechar exactamente.― ↩
2 También en el Pallars hay huellas de este término (bassabargar, bassabargues: BDC XXIII, 277). Es probable que agramar entrara desde Aragón.― ↩
3 En vista de grama es muy posible que el vasco garba ‘agramadera’ (de donde garbatu en Vizcaya ‘agramar el lino’, y aun quizá garbitu ‘limpiar’ y su familia) tenga el mismo origen. Comp. salm. garmejón ‘trípode sobre el cual se espada el lino’.― ↩
4 La difusión del vocablo, sin embargo, no debe de ser posterior al S. XVII, pues figura en las Orden. de Granada (de 1672), y Huerta era de Segovia o Toledo.― ↩
5 La evolución -M’N- > -m-, por otra parte, no es imposible en castellano, como lo prueba grama de GRAMէNA (plur. de GRAMEN ‘grama’). Es sabido que la forma ome HOMINEM es frecuente en el S. XIII. Parece que el idioma vaciló un tiempo entre dos tendencias: la de asimilar el grupo -M’N- y la de mantener separados sus dos elementos, y que al final se declaró por la última, diferenciando la N en r para evitar de una vez la posibilidad de asimilación. Ante los dos casos coincidentes de grama y agramar podríamos admitir que en ellos triunfó excepcionalmente la primera tendencia a causa de la disimilación preventiva de la r precedente, que impidió la diferenciación -M’N- > -m(b)r-.― ↩
6 ¿Habrá relación con el engramear ‘sacudir, menear’ del Cid y de la Biblia escurialense? Aquí sí parece insuperable la dificultad fonética para derivar de CARMINARE, pero además el significado está bastante alejado. En cuanto al a. it. gramolare, engad. sgromblar, quizá su -l- es la n de CARMINARE disimilada. ↩