AGOBIAR, derivado del lat. vg. *GUBBUS, variante del clásico GIBBUS ‘giba’, de la que salió el it. gòbbo, gòbba, ‘giba’, ‘jorobado’.
Agobiado significó originariamente ‘cargado de espaldas’ («¿No ves que éste es
agobiado y es un poco más delgado y tiene mayores pies?» Ruiz de Alarcón), de donde
agobiar ‘encoger, agachar la cabeza’ («Pensó Sancho que el cielo... venía a dar sobre su cabeza, y
agobiándola lleno de miedo, la puso entre las piernas»,
Quijote) y luego ‘encorvar (el peso)’, ‘abrumar, angustiar’. Indicó esta etimología Cuervo,
Dicc. I, 252-3 (y casi al mismo tiempo Parodi,
Rom. XVII, 1884, 52-53), recordando que
gubba y
gupios ‘joroba’ se hallan en bajo latín
2, y
gob, gobbo, en retorrománico e italiano. Otros representantes más próximos al español hallamos en vasco: lab.
gupi ‘curvatura’, ‘jorobado’ (S. XVII), ronc.
kupi ‘con la cabeza agachada’, ‘jorobado’,
kupitu ‘encorvar’, sul.
kupüts ‘encorvado, jorobado’, vasco (Larramendi)
gubiatu ‘encorvar’,
gubi ‘curvatura, arco’; nótese, empero, que Azkue negó entrada al
gubiatu y
gubi de Larramendi (y a
gubiate ‘bogenwerk’,
gubiari ‘bogenschütza’, que serán también de Larramendi), así que
gubi ‘curvatura’ debe de ser una interpretación seudoetimológica de
gubi ‘gubia de carpintero’ y
gubiata,
-ate,
-ari pueden ser perfectamente nuevas invenciones de Larramendi. Schuchardt,
BhZRPh. VI 44, cree que son de origen romance, aunque duda entre relacionarlos con la voz castellana o con langued.
gaubià,
goubià, ‘encorvar’, prov. alp.
cube,
cupe, ‘encorvado’; pese a las reservas de Schuchardt parece plausible derivar todas estas voces de
*GUBBUS. Una forma alterada de
agobiar, quizá ya desde antiguo, presenta el santand.
auyau ‘agobiado’; más arcaico es el ast.
gobetu (Villaviciosa) ‘bovino que tiene una asta levantada y otra caída’ (V. s. v.
bayón)
. Braune,
ZRPh. XLII, 140, en vista del ingl.
gob,
gub, ‘bulto’, noruego
gobb ‘zona de los hombros’, noruego dial.
gûva ‘acuclillarse’, cree que
gobbo y
agobiar vienen del germánico, pero las citadas formas germánicas son de fecha moderna y su relación con las romances es muy dudosa. Quizá tiene el mismo origen que
agobiar la palabra
agobado que se aplica dos veces a una cama en una Cédula Real de 1642, si significa ‘curvado’ como sugiere el
DHist.