ABEITAR, ‘engañar’, palabra medieval que probablemente procede de un gót. *BAITANponer cebo, hacer morder el cebo’.

1.ª doc.: h. 1250, Alex.

Aparece en éste abetar ‘engañar’; en J. Ruiz vemos la forma más corriente abeitar: reprocha el poeta a don Amor que por su soberbia hace a muchos robar, matar y violar «por maleficios mándalos tales, la ley, matar, / mueren de malas muertes... / liévalos el diablo por tu grand abeitar» (232c). También emplea el derivado postverbal abeite ‘cebo’, ‘engaño’: el cazador «quando tañe su brete / canta dulz, con engaño, al ave pone abeite / fasta que le echa el lazo» (406b). Empleóse también en gallego antiguo en el sentido de ‘maña engañosa’ a juzgar por las Ctgs.: «aquel Soldán, sen mentir, / cuidou que per abete / o querían envair / os seus» (28.87). No es palabra rara en la Edad Media castellana, aunque ya había salido del uso en el Siglo de Oro. Una supervivencia parece hallarse en algunas hablas gallegas: avetar ‘impedir, estorbar’, especialmente cuando uno habla: habla Pedro, atájale Juan y le dice Pedro no me avetes o no me atrinques (Sarm. CaG. 206r), o sea, propiamente ‘no me enredes’ (dudo mucho que tenga que ver con el lat. vetare; a lo sumo sería superposición de las dos palabras); abetarse «tropezarse, enredarse de lengua, hablando, o de discurso, razonando» y abetamento «el efecto de abetarse» recogidos en el S. XVIII por el P. Sobreira, aquél en Ribadavia (Orense), éste en Moraña, más al NO., cerca de Caldas de Reis. (DAcG.).

Parece seguro que abeitar proceda directamente de un gót. *BAITAN (o quizá de un deriv. suyo *ATBAITAN) ‘poner cebo, hacer morder el cebo’, hermano del a. alem. ant. beizzen, ags. btan escand. ant. beita, ingl. bait ‘hacer morder el cebo’, derivados factitivos del gót. bîtan (escrito beitan), alem. beissen, ingl. to bite ‘morder’. Se ha supuesto que la forma abetar del Alex, se tomara del fr. ant. abeter íd., procedente a su vez de una forma fráncica *bêtan, perteneciente a la misma familia germánica; lo mismo supone Richardson, en su glosario de J. Ruiz para la forma castellana más general en ei, lo cual evidentemente es imposible, pues no explica el diptongo. En cambio todo se explica admitiendo un germanismo directo: así se comprende que una palabra algo tardía, como hubo de serlo una tomada del gótico, llegara sólo, en muchos lugares, a cerrar el diptongo hasta ei, pero no hasta e, y no lo fuera tanto como para que conservara el diptongo intacto (como ocurrió en el caso de gaita, tomada del gótico seguramente algo más tarde). En otros lugares sufriría la evolución romance más radical en e: ésta es la forma en que nos da el vocablo el Alex., y que desde el centro de España debió de propagarse hasta Galicia (o estas formas gallegas y leonesas serían galicismos literarios ya antiguos). Hay también un vco. beeita ‘carnada de cebo para pescar’ empleado por el labortano Axular (S. XVII) y hoy en San Sebastián: éste es dudoso si procede del gótico por conducto del castellano o si es voz de pescadores tomada directamente del germánico: del inglés bait íd. o del escandinavo (cf. la etimología escandinava probable del vasco alfer en ALFALFA).