ÁNSAR, ‘ganso, especialmente el salvaje’, del lat. vg. ANSAR, ANSହRIS (lat. ANSER), ‘ganso’.
1.ª doc.: 1208, Oelschl.; Ansarera, nombre propio en el Cid.
Sólo conservado en español y en portugués. Los demás romances dieron la preferencia al lat. vg.
AUCA (derivado de
AVIS ‘ave’), de donde cast.
oca, del cual, aparte el
juego de la oca, apenas se cita más que un ej. del aragonés Bartolomé Argensola; otro, pero de tono jocoso, en Moratín (vid. Ruiz Morcuende)
1. En castellano y portugués penetró el germanismo
ganso (cuyo origen indoeuropeo es el mismo que el del lat.
ANSER), y a la antigua simbiosis de los dos vocablos se debe el que
ánsar conservara o restableciera su
n, que de otro modo hubiera debido perderse. No es probable que
ánsar sea voz culta, pues entonces no se habría tomado la forma del latín vulgar (desaprobada ya en el
Appendix Probi)
2, sino la clásica. Con el tiempo se reservó
ganso para el animal doméstico y
ánsar para el silvestre, aunque no se había perdido memoria de que
ánsar era ‘ganso’ en general, pues Juan Manuel precisa «ánsares
bravos»; en otros autores que aplican
ánsar al doméstico, hay reminiscencia evidente del latín. Se halla también una variante latinizante
ánser, en las Cortes de 1348 y en un autor del S. XVII. Vasco
antzar (vizcaíno y guipuzcoano),
-ara (a. navarro) ‘ganso (silvestre, doméstico o marino)’.
DERIV.
Ansarería. Ansarero. Ansarino. Ansarón.
1 También se empleó en Aragón auca (DHist.). Es gasconismo. Ocarina, instrumento músico [Acad. 1914 o 1899], derivado del it. oca ‘ganso’, nombre ideado por el inventor italiano [h. 1860, AGI XXXII, 118ss.], por alusión a las flautas de los pastores. V. también It. Dial. XIV, 176, donde se da 1867 como fecha de invención de la ocarina.― ↩
2 Otros testimonios latinos en ALLG XI, 320, y en VRom V, 181. ↩