ÁLGEBRA, ‘parte de las matemáticas’, ‘arte de restituir a su lugar los huesos dislocados’, del b. lat. algebra íd., y éste del ár. Ǥabr ‘reducción’, perteneciente a la raíz Ǥ-b-r ‘reforzar’, ‘curar’, ‘restituir’.

1.ª doc.: 1.ª ac., Covarr.; 2.ª ac., Nebr.

En árabe ya se halla Ǥabr con la ac. moderna en el Joarezmí, a. 825, y en Abú Kamil, a. 950, y fué latinizado por el italiano Gerardo de Cremona, S. XII, en su traducción del primero de estos sabios (Karpinski, MLN XXVIII, 93). Se discute acerca del porqué de esta denominación y sólo parece bien sentado el hecho de que el nombre completo de esta ciencia en árabe era ilm al-Ǥabr wa l-muqâbala ‘ciencia de las reducciones y de las comparaciones’ (Engelmann, en Dozy, Gloss., 123; Skeat, s. v.), de aquí el port. ant. almucábala ‘álgebra’. La acentuación de ál-prueba que ni el castellano ni los demás romances (port., cat., it. àlgebra) tomaron el vocablo directamente del árabe, sino a través del bajo latín. El fr. algèbre se halla ya en 1554 (también en el S. XIV, pero quizá en la 2.a ac); en italiano, ya en Galileo (y arcibra a fines del S. XVI: Zaccaria); en inglés, desde 1541. La 2.a ac., que es principalmente castellana, pudo tomarse directamente del árabe: no consta dónde se acentuaba el vocablo en esta ac.

DERIV.

Algebraico [1772]. Algébrico [1709]. Algebrista ‘estudioso del álgebra matemática’ [Aut.], ‘componedor de huesos’ [1615: argebrista 1535: Fz. de Oviedo; algibista en J. de Pineda, 1588 y 1589, con influjo de giba por etimología popular].