¡SO!, interjección para que se detengan las caballerías, voz de creación expresiva.

1.ª doc.: xo, med. S. XV, Refranes que dizen las viejas.

Donde se lee xo, que te estriego, el proverbio que en la Celestina está bajo la forma «xo, que te estriego, asna coxa», en el Quijote y en Correas «jo que te estrego, burra de mi suegro», etc. Cej. IX, p. 5, cita ejs. de jo en Tirso, Quevedo, Quiñones de Benavente y Calderón. El vocablo se pronunciaba originariamente xo = šo, tal como se hace todavía en catalán, etc., pero cuando el cast. alteró el sonido de š, hubo tendencia a reemplazar la x de este vocablo por s o por ch, más expresivas que la j moderna: pues al fin y al cabo estamos ante el mismo ššš que pronunciamos para llamar o hacer parar a una persona. Dice Aut.: «so... para hacer detener o parar a los jumentos; dicen también cho y xo». Cho está en Díaz Jurado según Cej.

Ampliación de la misma interjección es julo que Covarr. (copiado por Aut.) explica «deste vocablo suelen usar los harrieros para aquietar y sossegar sus machos; es nombre arábigo, y propiamente es el macho que va delante de todos en la recua»; como interjección está, en efecto, en el predecesor de Covarr., Sebastián de Horozco (med. S. XVI): «como dijo el asno al mulo: / anda bestia, xulo, xulo, / orejudo, tirte allá» (BRAE IV, 395). Covarr. para su supuesta etimología arábiga se funda solamente en el artículo de PAlc. «xúlo: bezado de ganado, cabestro, animal para guía», pero ésta no es palabra arábiga, aunque se emplease en el árabe de Granada (falta en Dozy, Gloss.; Eguílaz), sino préstamo del mozárabe, y el sentido primitivo es el interjectivo, que se aplicó fácilmente al animal que conducía a los demás, por ser a éste al que había que dirigir la interjección, así lo vió ya Simonet, s. v.