ZOTE, palabra que con ligeras variantes aparece en varios romances: port. zote, fr. sot, it. żótico, napol. y calabr. ciuotu; en todos ellos es antiguo y parece ser autóctono, pero las formas no se corresponden exactamente; el origen es incierto, probablemente creación expresiva, como tonto, zonzo, etc.

1.ª doc.: h. 1570, Eugenio de Salazar.

Zote falta todavía en los dicc. clásicos y preclásicos (APal., Nebr., C. de las Casas, Percivale, Oudin, Minsheu; Covarr. debió de conocerlo, pues bajo zote remite a çote, pero éste falta). Aut. define «ignorante, torpe, y mui tardo en aprender» y aduce ej. de Góngora. Cej. (IX, p. 51) cita varios anteriores: «es posible que tan buenos propósitos pueda descomponer lo redondo ni lo cuadrado1 de un zote» Eug. de Salazar, «esta cinta y este zote» y «señor zote» en el Pedro de Urdemalas de Cervantes, «y al instante ante ellos vino / un zote barbiponiente / de pie romo y casco liso» Polo de Medina, «es un zote: el que estudió y es ignorante en letras» Gonz. Correas. Zote es palabra muy favorecida de los escritores de los SS. XVIII y XIX (ejs. en Pagés, y recuérdese Fray Gerundio de Campazas, Alias Zotes, del P. Isla), pero hoy tiene cierto saborcillo de vejez.

Sainéan (Sources Indigènes Étym. Fr. I, 132), menos prudente que Schuchardt, asegura que el cast. zote se tomó del francés, puesto que no está todavía en Oudin. Como en España fué siempre voz de tono más afectivo y mucho menos empleada que en Francia, muchos se sentirán inclinados a aceptar la opinión de Sainéan, pero en realidad es improbable, pues al menos se impone rechazarla en cuanto al port. zote. Como éste se pronuncia con z sonora, sólo podría admitirse el galicismo si hubiese llegado a Portugal desde Castilla y en fecha muy reciente. El caso es que ya Bluteau conoce zote «ignorante, idiota» (y cita una décima) y Moraes señala zote «idiota, pateta, ignorante» en Antonio Prestes (S. XVI), pero en realidad debió de ser mucho más antiguo, pues un Martim Pires Zote ya figura en los Livros de Linhagens del S. XIV (ZRPh. XX, 200), y el apodo o apellido Zote está ya en tres fuentes del S. XIII citadas por CortesƟo. No hay que pensar, pues, en un galicismo.

Claro que en Francia sot ‘tonto’ no es voz menos autóctona, y de uso constante y general desde el S. XII. También tiene arraigo propio el it. żòtico (con sonora, como en portugués), que por lo demás vale más bien ‘grosero’ que ‘tonto’: ya se lee en Boccaccio; el it. zòtico sería realmente idioticus para Spitzer GRM IX, 60, MLN LXXIV, 140. Pero en el Sur damos con formas más semejantes a la francesa y a la ibérica, y sin embargo evidentemente indígenas: napol. ciuto, ciuoto «sciocco» (Filopatridi), calabr. ciùotu «stupido» (junto a ciota «pezzo di legno», «membro virile», comparable al murc. soca ‘miembro viril’, propiamente ‘cepa’).

Diez (Wb., 347), observando que el fr. sot ya se fecha h. 800 por un juego de palabras que hace en su latín el obispo Teodulfo de Orléans, se inclina por un origen céltico; a lo cual replicó Thurneysen (Keltorom., 83) que la existencia del irl. suthan es dudosa, y que el galés sod y bretón sot ‘tonto’ no pueden ser antiguos en vista de la conservación de la s-, lo que sugiere se tomaran del francés; a este argumento no habría más que un escape: que estas palabras célticas sean creaciones afectivas, paralelas y no hijas de la francesa, pero desde luego no pueden ser la correspondencia de una palabra gala de donde procediera el fr. sot; lo mismo hace pensar la existencia de sot en anglosajón (conservado hasta el inglés clásico). A pesar de todo, persiste Gamillscheg (EWFS) en la idea de que el fr. sot es una reliquia céltica; lo cual, naturalmente, no puede negarse en términos absolutos, pero es sumamente inverosímil: 1.º porque este terreno semántico no es de los más propicios a la conservación de antiguallas, y sobre todo, 2.º porque ningún étimo puede dar cuenta, a un tiempo, del fr. sot, el port. zote y el it. merid. ciuotu, cuyas iniciales son incompatibles. Cujas, seguido por Lokotsch y otros (Diez no rechaza la idea), quiere partir del hebreo rabínico šoté «stultus», que en efecto ha dado el judeoespañol marroquí soté (BRAE XIII, 537) y el alem. jergal schote, idea contradicha rotundamente por la z- sonora del portugués, la V- o z- del italiano, etcétera.

Mucho más razonable era Schuchardt (ZRPh. XXVIII, 145n.) al identificar esta familia de adjetivos romances con el grupo formado, entre otros, por el rum. ciot, ciotă ‘cepa de árbol’, it. dial. ciòtta, zòtta, zòt (Toscana, Alta Italia) ‘cilindro duro de excremento’, it. ciòtto ‘canto rodado’ (otros en REW 2454), idea aceptada por Sainéan (Sources Indig. I, 132), pero rechazada por M-L., Gamillscheg y Bloch1 y 2; por la forma como se expresan estos autores, parece creen que se trata de una reliquia prerromana con el sentido de ‘zoquete’, ‘pedazo duro de madera o piedra’, que figuradamente habría tomado el sentido de ‘tonto’, y así rechazan la idea observando que la inicial Ƈ- que tiene el vocablo en su sentido material no coincide con la s- del francés (s- no procedente de ç-, según muestra el chiste de Teodulfo de Orléans y la grafía sot del picardo Gautier de Coincy). Pero, si no me engaño, el pensamiento de Schuchardt y Sainéan es que se trata de una voz de creación expresiva, única que puede explicar la amplia variedad de formas del vocablo: una raíz alternante zut(t), sutt, Ƈutt, me parece muy adecuada para expresar la idea de ‘objeto o persona sin valor’ (comp. la interjección francesa zut!, de desprecio), de donde luego ‘piedrezuela’, ‘excremento’, ‘zoquete de madera’, o bien aplicado a persona ‘zote, necio’. En este sentido me parece muy demostrativo el and. zotín, que he oído muchas veces a gente de Almería en frases como no hay ni un zotín, no dejó ni un zotín, es decir, ‘nada’; cf., sin embargo, el vco. zotin, xotin ‘hipo’, también zopin, xopin, que con otras variantes es de origen expresivo (cf. Schuchardt, Museum X, 396).

1 Recuérdese que cuadrado en Cuba y tondo en Italia significan ‘tonto’.