ZORONGO, ‘especie de moño que llevan las mujeres’, ‘pañuelo doblado en forma de venda que llevan los aragoneses y navarros’, ‘cierto baile andaluz y su música’, origen incierto.

1.ª doc.: h. 1849, Fernán Caballero, Bretón de los Herreros.

Como nombre de cierto canto andaluz está ya en La Gaviota de F. Caballero (II, cap. 6, p. 108) Bretón de los Herreros (obras 1817-67) escribió en alguna parte (cita de Pagés) que «desde que dejaron de existir zorongos y redecillas» degeneró la raza española: se trata, pues, de un antiguo tocado de mujer. La relación entre estas dos acs. puede ser como la que media entre las parecidas de bolero. La Acad. no le dió entrada hasta 1884, agregando a estas dos la de «pañuelo doblado en forma de venda, que los aragoneses y algunos navarros del pueblo llevan alrededor de la cabeza». Cej. (IX, 171) recoge acs. murcianas y argentinas (faltan en G. Soriano y Garzón) y dice, no sé con qué fundamento, que es baile del S. XVI. Azkue recogió el vasco zoronga en un pueblo de Navarra como nombre de un tocado de mujer, y tzorongo en el Roncal como nombre del pañuelo baturro de cabeza que los catalanes del Bajo Ebro llaman tortella. Parece ser vasquismo, quizá del vasco txori «tupé, cuernico de pelo en la cabeza» en el Roncal1, «moño pequeño» en Vizcaya, «bulto, chichón» en Sule, «lobanillo» allí y en Guipúzcoa, «paperas» en Baja Navarra, Sule y el Roncal; pero esta derivación no sería enteramente clara en el aspecto morfológico ni en el fonético (se explican bien la z- y -go, no tanto el elemento -on-). Desde luego no hay que tomar en serio la etimología persa sar hank ‘sobre la cabeza’, propuesta por un antiguo académico. Mayor interés tiene saber que zerengue o cerengue es el nombre de un baile popular en L. Fz. de Moratín, que E. Zamácola da ya como medio olvidado en 1816 (vid. el dicc. de Rz. Morcuende); esta alternancia vocálica sugiere se trate de una de esas palabras sin sentido que se pronuncian al tararear un aire musical.

1 Este txori, y aun quizá el zorongo, pueden tener que ver con el famoso tocado corniforme o fálico de las mujeres vascas, todavía usual en el S. XVIII, para el cual vid. Caro Baroja, Atlantis XV, 33-71. Entre los nombres que ahí se citan, sólo izarachoa se parece algo, aunque de lejos, a nuestro zorongo. En definitiva, teniendo en cuenta que zorongo en Guernica y zorungo en el vasco de otras partes se emplean con el sentido de «aventado, loquillo» (Supl. a Azkue), me parece muy probable que estemos ante un dim. eusquérico del vco. zoro ‘loco’: a la mujer que llevaba este moño corniforme o fálico y al hombre que daba esta forma a su tortella se les llamaría ‘loquillos, casquivanos’ por lo descocado de esta alusión sexual; también sería posible explicarlo ―y aun sin apartarse de normas fonéticas generales (cf. Azkue, Morf. Vasca § 303)― mirarlo como una modificación del vco. común zuringo (ronc. y sul. -inko) ‘yema y clara de huevo’ (¿ > ‘cosa ligera como la clara’ > ‘cosa frívola, tocado de fantasía’?). Claro que el tocado corniforme no era exclusivo de las vascas: en las montañas de Siria las mujeres llevaban una «coiffure consistant en une sorte de corne d’argent creuse et de forme évasée par les deux bouts» (citas en Dozy, Suppl. II, 67).