ZOPILOTE, del náhuatl tzopílotl íd., compuesto de tzotl ‘inmundicia’ y piloa ‘colgar’, porque se llevan por los aires piltrafas de animales muertos.
1.ª doc.: Terr.; h. 1780, Clavijero.
«Tzopilotl: aura» ya está en el dicc. náhuatl de Molina (1571). Francisco Ximénez (1615) escribía: «la aura, que los mexicanos llaman tzopilotl, susténtase de carnes mortezinas y de estiércol humano» (cita de Friederici, Am. Wb., 676b). Ambos testimonios dan, pues, el vocablo como perteneciente sólo al idioma aborigen. Como cast. da zopilote Terr., con la definición «en a Nueva España, especie de grajos mucho mayores que los nuestros». Robelo, 707, 711, da la etimología arriba indicada y cita la descripción detallada del P. Clavijero. Tzotl figura en Molina como equivalente de tzocuitlatl «sudor spesso del cuerpo», que en realidad tendría sentido más amplio, comp. el verbo tzocuitlayoa «henchirse... de mugre»; piloa es «ahorcar, colgar»: quizá más que en el sentido de ‘llevarse por los aires’ debemos entender piloa en este compuesto con el sentido literal de ‘colgar’, pensando en los alimentos que estas aves cuelgan por los árboles o cerca de sus nidos: una especie de halcón que se alimenta de reptiles lleva en Catalunya el nombre de penja-sargantanes (BDC X, 85), es decir, ‘cuelga-lagartijas’. Zopilote se emplea actualmente en Méjico y países centroamericanos.