ZEDA, del lat. zēta, gr. ζŲτα, nombre de la misma letra.
1.ª doc.: Aut.
DERIV.
Zedilla o cedilla ‘cola que se pone a la ç’, ‘esta letra’ [1558; 1606, Mateo Alemán, DHist.], cerilla íd. [«debaxo della acostumbramos poner una señal que llaman cerilla» Nebr., Gram., en DHist.; «una que nosotros llamamos cerilla, la qual haze que la c valga por z» 1535, J. de Valdés, Diál. de la L., 38.1; Oudin; de ahí fr. cédille desde 1529, cérille desde 1611, BhZRPh. LIV, 173; it. ceriglia 1569, 1620, hoy cediglia]: a causa de la mayor antigüedad documentada de la forma con -r- creía Wahlgren que viene del lat. cērŭla ‘trocho de cera’ suponiendo que pasara a significar ‘rasgo marcado con cera’, explicación acogida con gran reserva por Navarro Tomás (RFE XVIII, 393) y rechazada con razón como inverosímil semánticamente por Brüch (ZRPh. LV, 151); sabido es que este cambio de -d- en -r- no es raro en castellano (seguirilla, ceribón, berenjena, etc.), y no podemos hacer demasiado caso de las fechas de nuestra documentación, que en vocablo de esta naturaleza ha de ser forzosamente muy incompleta1.
1 Sabido es que la cedilla es signo de creación española, que desde ahí se propagó a Francia y Norte de Italia. Sin embargo no dejó de haber ensayos independientes más allá de los Pirineos: para t, d y q con cedilla en el Sur de Francia en el S. XII, vid. Brunel, Bibl. de l’École des Chartes LXXXVII, 347-58. ↩