ZALEMA, del ár. salâm ‘paz’, ‘conservación’, ‘salvación’, muy empleado en frases de saludo y cortesía.
Percivale define en esta fecha «
çalemas: curtesie, fained kindnes»; Covarr.: «la cortesía y humilde reconocimiento que haze el inferior al mayor, con mucha sumisión; y assí tenemos una frasis cast., para dezir que uno haze a otro reverencia afectadamente, que
haze çalemas»; análogamente en
Aut., donde se cita ej. de la 2.ª parte de
G.
de Alfarache y otro de Espinel; también en Oudin, que además agrega «
çalemas,
hazer, faire des reverences, faire des simagrees, comme font les flateurs et trompeurs...». También lo emplea varias veces Góngora en sus últimas obras. Vocablo muy popular en España y otras partes. Engelmann y demás etimólogos arabistas vacilan entre derivar de
salâm ‘salvación’ y de la conocidísima fórmula de saludo
as-salám ⺆aláȳk ‘Dios te salve (la salvación para ti)’, de donde viene el fr.
salamalecs ‘cortesías exageradas, zalemas’. Claro que esto último es cierto en gran parte, y aun quizá explique la
-a final de
zalema, pero son muchos los empleos de
salâm y de
salâma ‘salud’, ‘seguridad’, que pudieron contribuir a crear esta expresión popular española, ya que pocos vocablos tienen una fraseología tan rica en árabe, siempre con carácter cortés y urbano; p. ej.
as-salâm pronuncia el imam al bendecir la reunión de creyentes,
wa s-salâm ‘basta, se acabó’,
yâ salâm ‘¡por compasión!’, etc. (vid. Dozy,
Suppl. I, 678
a). Todas estas frases, y
salâm ⺆aláȳk ante todas, contribuirían a crear el vocablo español. ¿Existe realmente la variante
zalama, sólo registrada por
Aut. y la Acad.? ¿O se dedujo apriorísticamente del derivado
zalamero? Port.
salema, gall.
solèrma,
solermiña ‘zalamería’, ‘zalamero, -a’ (Vall.),
solermiño ‘tierno, acariciador’ (Lugrís,
-íña Vall.): han sufrido contaminación de algún cuasi-sinónimo, quizá
solemne ‘ceremonioso’ o más bien el cultismo
solerte ‘sagaz, astuto’ (lat.
sollers), todavía bien usual en portugués y que explica la
-r- de
solerma1.