VIVO, del lat. VզVUS, -A, -UM, íd.
1.ª doc.: orígenes (Glosas de Silos; doc. de 1090, Oelschl.; Cid, etc.).
DERIV.
Vivar [«bivar de animales: vivarium; b. de aves, de peces, de conejos, de caracoles, de gallinas, de ánseres» Nebr.; «el sitio... donde crían sus hijos algunos animales de caza... particularmente... los conejos» Aut.; el nombre de lugar Bivar ya está en doc. de 1074, Cid, s. v.], no corresponde fonéticamente a VIVARIUM ‘vivar, particularmente de conejos’, sino a un vulgar *VIVARE (quizá sacado del plural VIVARIA o VIVAR(I)I); de la forma clásica sale vivero [Aut.] ‘semillero’, ‘criadero de animales acuáticos’, and. ‘pantano pequeño’ (comp. cat. viver ‘balsa’), cub. ‘embarcación para el transporte de animales vivos’ (Ca., 120); en la Gr. Conq. de Ultr. es el nombre de un pescado (313, según Gayangos el mismo que el fr. vivet); vivero ‘lienzo que se fabrica en Vivero, ciudad de Galicia’ [med. S. XIX, Hartzenbusch en Pagés; Acad. 1925, no 1843]; vivera [1640, Espinar]; viveral. Vivaracho [familiar, Aut.]. Viveza [princ. S. XVII, Aut.]; ant. vivez. Vivito adv. ‘con viveza, aprisa’, popular así en España como en la Arg. (oído en Lavalle, prov. Mendoza, etc.). Avivar [Berceo; Cuervo, Dicc. I, 816-8]; avivadera murc.; avivado; avivador; avivamiento.
Vivir [vibire, glosas de Silos, 108; bivir, Cid, Apol., 102, etc., hasta Nebr.; viver, Alex., 1990; vivir, Fn. Gonz., 55, 182; vevir, Alf. XI, 98; bevir, Sem Tob; Gower, Conf. del Amante, 4; para el pretérito fuerte visque, visco, usual desde Sta. M. Egipc., 653, hasta el Conde Luc., ed. Hz. Ureña 31, y para su explicación histórica, vid. M. P., ASNSL CXIV, 245; Corominas, AILC III, 175; Fouché, RH LXXVII, 83-4], de VզVĔRE íd., que en cast. ha cambiado de conjugación, conservando la originaria en los demás romances2; víveres [1684, Solís; 1685, Alcázar; Aut.; falta aún en Oudin y Covarr.], término militar, tomado del fr. vivres íd. [S. XII] o del it. vìveri [princ. S. XVI, Guicciardini]3. Vivaz [1555, Laguna], tomado de vīvax, -ācis, íd.; vivacidad [APal. 5d]. Vividero. Vivido. Vividor.
Vivienda [«b-: victus, vita» Nebr.], junto con el port. vivenda ‘modo de vida, subsistencia’, ‘vivienda’, refleja un lat. vg. *VզVĔNDA ‘cosas con que o en que se ha de vivir’, de donde también procede el fr. viande ant. ‘alimentos’, hoy sólo ‘carne’; de ahí se tomó, con la ac. antigua, el cast. vianda [Cid; J. Ruiz; J. Manuel; «los mercadores... lieven agua et v. la que les fuere menester» Partidas V, ix, ed. Acad. III, 237; «victus, cibus» Nebr.]4; del francés el mismo galicismo se propagó a todos los romances de Occidente, además del cast. (como ya dice M. P., Oríg., § 106.2) (rectifíquese en este sentido el REW 9410: el grupo -nd- del cat. vianda y la á tónica de los demás romances prueban que no son formas autóctonas); viandera salm.; viandero ant. ‘el que da o suministra vianda’ (S. XIV, Castigos de D. Sancho, Rivad. LI, 181), cub. ‘vendedor de yucas, ñames, plátanos, calabazas y malangas’ (Ca., 77; comp. Pichardo); vivandero [1646, Estebanillo, Aut.], término militar, del fr. vivandier íd.
Viviente [«b. cosa entre tierra e agua: amphibius» Nebrija]. Convivir [Academia, S. XIX]; convivencia; convictorio [princ. S. XVII, Aut.]; convictorista [Aut.]; convictor. Revivir [reb-, Nebr.]; revividero. Revivar arg. ¿‘rematar’? (I. Moya, Romancero I, 461). Revisclar ant. ‘despertar, volver en sí, resucitar’ (Berceo, Mil., 749c; Duelo, 111; S. Mill., 380), como el cat. reviscolar, supone un lat. vg. *REVIVISCULARE (con haplología), derivado de REVIVISCERE ‘volver a la vida’; rribiscar ‘resucitar’, que está en el ms. arag. del Alex. (P, 1176b) será disimilación de *ribiscrar < revisclar5.
Sobrevivir [Oudin, no Nebr. ni Aut.]; sobreviviente; hoy más común superviviente [Acad. S. XIX], supervivencia [íd.]. Vitualla [-s, «commeatus» Nebr.; Hurt. de Mendoza, en M. P., Antol. de Pros., 120], tomado del lat. tardío victualia íd. (el cat. vitualles, ya fin S. XIV, Eiximenis, Regiment, N. Cl., 171.30); avituallar [princ. S. XVI, DHist.]; avituallamiento; victo, raro, o vito [1251, Calila, 46.865], del lat. victus, -ūs, íd., derivado de victum supino de vivere.
Vida [1085, Oelschl.6; Cid; Fn. Gonz., 579; Nebr.; etc.] del lat. VզTA, íd.; vidorria arg., colomb. y venez. [Ascasubi, S. Vega, 115], en la Arg. también vidurria; vidable ant. (Berceo, Loor., 9) o vidal ant. ‘vital’; vidaya ast. de Colunga, vidacha ast. occid. ‘sien’ (V), del lat. VզTଵLէA (CAPITIS), en Plinio (Schuchardt BuR 46) ‘partes vitales de la cabeza’, conservado también con el sentido de ‘mejilla’ en hablas fronterizas francooccitanas del E. (REW 9386).
Vidala ‘canción popular amorosa y triste’ arg. (un libro de este título publ. en Bs. As. en 1940, etc.) o más comúnmente el diminutivo romance vidalita (Draghi, Canc. Cuyano, 41, 82), híbrido norteño formado con el sufijo hipocorístico quichua -la (vidala ‘¡oh vida, vidita!’)7; otros híbridos análogos son víday, vidítay y vidalítay, empleados todos ellos en canciones populares y en el habla afectiva del Norte argentino, y formados con el sufijo posesivo quichua -y ‘mío’ (Cuervo, Disq., 1950, 298; y A. Alonso, RFH III, 216n.).
Viable [Baralt desaprueba como galicismo; Acad. 1936, no 1843], del francés viable ‘que tiene condiciones para vivir, que es de vida’, derivado de vie ‘vida’ (como observa Baralt se deforma el sentido del vocablo, por influjo de vía, haciéndole significar ‘practicable, franqueable’); viabilidad. Vital [h. 1440, A. Torre (C. C. Smith, BHisp. LXI); 1555, Aut.], tomado de vitalis íd.; vitalicio [princ. S. XVIII, Aut.], vitalicista; vitalidad; vitalismo, vitalista.
CPT.
Vitamina [Acad. 1925, no 1884], voz internacional creada en 1912 por C. Funk con el radical de amoníaco, por haberse creído que estas sustancias eran compuestos de este gas; vitamínico, usual aunque falta en Acad. Porvida. Vivificar [h. 1440, A. Torre (Smith); princ. S. XVII, Aut.], de vivificare íd.; en forma semipopular aviviguar (DHist.; más tarde así y avidiguar en judesp.); gall. desvigarse ‘alamparse y desvivirse por algo’, desvigado ‘macilento, flaco, consumido’ (Sarm. CaG. 207r) < desviviguarse; vivificación [Celestina (C. C. Smith)]; vivificador; vivificante [Mena (C. C. Smith)]; vivificativo. Revivificar; de ahí en forma semipopular el morisco rebibcar o rebilcar ‘resucitar’ (Leyes de Moros de los SS. XIV-XV, Memorial Hist. Esp. V, 427ss.). Redivivo [Acad. S. XIX], tomado del lat. redivīvus ‘renovado, refeccionado’, que popularmente se percibía como compuesto de vivus, aunque en realidad parece derivar de reduvia ‘piel de culebra que muda’, ‘panadizo’ (relacionado con induere, exuviae, etc.); de reduvia viene el cultismo cast. reduvio ‘insecto hemíptero’.
1 Y las expresiones populares una fruta avivada de gusanos, una cabeza avivada de piojos.― ↩
2 En algunos puntos de Asturias no ha tomado la ac. romance de ‘habitar, residir en un lugar’, así en Colunga (V), donde sólo se dice morar en esta ac.; pero vivir en la vecina parroquia de Goviendes, y en general en todo el territorio lingüístico castellano.― ↩
3 Il vivere ‘alimentos, subsistencias’ ya está en Sacchetti (S. XIV). Hay también un cat. ant. viures (J. Roig, v. 2285), hoy reemplazado por el compuesto queviures. Según Leite de V. (RL IV, 61) el port. víveres se ha introducido recientemente tomándolo del fr. (quizá más bien del cast.); dicho filólogo recomienda sustituirlo por los castizos mantimentos o vitualhas.― ↩
4 Por influjo de vivir se restauró vivanda en algún punto: ambas formas en el Recontamiento morisco de Alixandre, S. XVI (RH LXXVII, 456). En Alosno (Huelva) vale especialmente ‘aceituna molida’. El logud. bidanda ‘macarrones’ no contradice esta etimología, pues es préstamo francés por conducto del genov. vianda, vidanda «pasta asciutta» (M. L. Wagner, ASNSL CXL, 245): la -d- secundaria se explica por las condiciones dialectales y el influjo de VITA. El influjo de VIARE ‘viajar’ admitido por d’Ovidio, St. Rom. X, 122ss., es superfluo: la pérdida de la -V- es normal, por disimilación (oc. viatz, cat. aviat, ‘rápidamente, pronto’ VIVACIUS).― ↩
5 No del escand. ant. viskr ‘despierto’, como sugiere Lollis, St. di Fil. Rom. VIII, 1899, 371; la relación con el fr. revesquir, -skier, íd. (también de la familia de VIVERE, P. Meyer, Rom. XXXI, 159) es más indirecta.― ↩
6 Una forma vita o bita que aparece en doc. arag. de 1062, en otro toledano de 1194 (Oelschl.), y todavía en el Auto de los Reyes Magos, no parece ser mero latinismo ocasional, sino prolongación del área transpirenaica de vite, que abarca la mayor parte de Gascuña; claro es que se trata de un antiguo y arraigado cultismo.― ↩
7 Parece tratarse de lo mismo que el sufijo -ྊa del quichua peruano, que allí sirve para formar el vocativo, y también expresa «exclamación, ternura, adulación» (Gnz. de Holguín, s. v.), o es meramente enfático (paylla ‘él mismito’), como por lo demás lo es el diminutivo cast. en América (ahicito, ahí-no-masito ‘ahí mismo’). En el Ecuador se incorpora -lla (pron. Ȥa) a palabras castellanas o castellanizadas (mi guaguaȤa ‘mi hijito’: Rosenblat, RFH III, 216n.). En el Norte argentino parece haberse despalatalizado: en una canción popular leemos la negra pupula y la Juana cotula por ‘ombliguda’ (pupu ‘ombligo’) y ‘cotuda, atacada de bocio’, donde vemos que también sirve para formar adjetivos hipocorísticos: como observa O. di Lullo, Canc. de Santiago del Estero, p. 485, n. 2853, se trata de un sufijo propio del quichua del Tucumán, que falta en las gramáticas peruanas. Pero creo es lo mismo que el cuzqueño -ྊa. Otros casos de despalatalización de ll- inicial quichua en Catamarca: lachiguana, liquitay, luxi en Lafone, Tesoro de Catamarqueñismos, donde pueden verse ejs. de vidalitas. ↩