VIRAR, probablemente del celto-latino *VզRRE (galés gwyro ‘desviarse, inclinarse a un lado’, ‘encorvarse’, bret. goara ‘encorvar’); en cast. no parece ser voz antigua, sino término náutico debido al influjo convergente del francés y el portugués.

1.ª doc.: h. 1570, Ercilla; 1587, G. de Palacio.

Varias veces en su Instrucción Náutica: «molinete es otro troço de palo... assentado en la popa del batel, que se mueve a la redonda, birando con el orinque del áncora para traella arriba», «navío buen marinero es el que tiene buenas mañas de bela, timón, volina o mar al través; y que vira bien», «barra de cabestrante es un madero... para traer en redondo el cabestrante quando viran y suben alguna cosa» (148, 149, 135, además virador 153). Era, pues, vocablo estrictamente náutico y siguió siéndolo hasta fecha muy reciente, y así no es extraño que falte a la mayor parte de los dicc. clásicos (Covarr., C. de las Casas, Nebr., APal.; ajeno al léxico del Quijote, de Góngora y aun de L. Fz. de Moratín, etc.); está ya en Percivale (1591), «virar or birar, to turne», y en Oudin («virer, tourner, changer chemin»), pero sin duda también en calidad de palabra marina, como lo pone de relieve Aut. (birola) citando ej. del Estebanillo (1646). Con este valor es posible que sea anterior a fines del S. XVI, aunque no tengo ejs.1. Pagés cita sendos ejs. de Ercilla y de Cervantes, de Espronceda y de Pz. Galdós, náuticos todos. Terr. en el S. XVIII le da también este carácter exclusivo. Las dos acs. recientes ‘mudar de dirección en la marcha de un automóvil’ (también de una bicicleta, p. ej., pero nunca de un carruaje de tiro animal) y ‘sustituir la sal de un papel impresionado fotográficamente’ no aparecen en la Acad. hasta el S. XX, y todavía tienen fuerte sabor extranjero.

En contraste con este carácter especialísimo, el vocablo es (como observa G. de Diego) de uso popular, general y frecuente en gallego: n’un vírame la mano ‘súbitamente’, virar una tortilla en la sartén, na cama se d’un lado non descansas vírate para o outro, ¿quèn contra min te virou? ‘¿quién te ha vuelto contra mí?’ (Vall.), «virar: girar, volverse» en las obras de Pardo Bazán (ed. 1943, glos., p. 1490), y nótense los muchos derivados y compuestos (viradeira, viradoiro, viravòlta, virazón, virollo, virouteiro, etc.). Lo mismo hay que decir del portugués: serían inconcebibles en cast. frases como virar-se na cama de costas, sobre o lado, virar para aqui os lenhos, virar a casaca, virar-se a alguem o miolo, virar-se para Deus, virar as armas contra os inimigos da , virando e revirando grandes rios, que Moraes cita del uso moderno y de autores clásicos. Sin duda son también náuticos los dos testimonios portugueses más antiguos que puedo señalar, de los comentarios de Albuquerque y de un doc. de 1504, ambos en Jal (otros de med. S. XVI con este carácter cita Zaccaria), pero esto viene de que los dicc. portugueses muy raramente se remontan en sus citas hasta más allá de med. S. XVI, y los dos que he encontrado de h. 1500 pertenecen a un dicc. náutico; por lo demás, virar-se en el sentido de ‘dar la espalda, darse vuelta’, y aplicado a una persona, ya está documentado por estos diccionarios h. 1550 en Mendes Pinto (D. Vieira), y abundan frases de este tipo en citas poco posteriores de Moraes2.

Pasando al Este, el catalán presenta exactamente el mismo estado de cosas que el cast. (pues un ej. aislado del S. XIV que cita Ag. está en verso y es evidente provenzalismo): también ahí es voz náutica (que por lo demás no recuerdo haber encontrado nunca en el Consulado de Mar y demás textos marinos medievales) o motorística estrictamente. Igual en italiano, y ahí parece haber llegado por conducto naval desde el portugués, ya que por primera vez aparece en la trad. de Lopes de Castanheda y no vuelve a aparecer hasta el S. XVIII (Zaccaria).

Contraste brusco se nota en cuanto se trasponen los Pirineos: en el alto Pallars virar es voz desconocida, pero en el Valle de Arán, a pocos kilómetros de distancia, ya se oye (aun en casos en que no sería posible en francés moderno) biràrèrba ‘dar vuelta al heno segado’, birà-se ‘volverse agria la leche’, birà-me ‘defiéndeme’ (comp. fr. détourner les attaques, etc.); al pasar del Conflent al Capsir ocurre lo mismo, y gira-sol se muda en vira-solell (BDC III, 133); Toulouse birà «tourner, détourner un coup, esquiver, gauchir; biro-t’aquelo pare ce coup» (Doujat), y no hay que decir que lo mismo ocurre más al Norte. Es ya frecuentísimo y de aplicación universal desde los trovadores más antiguos (virar los uolhs, virar mon cor, Bernat de Ventadorn, y así en Arnaut de Maruelh, G. Faidit, R. d’Aurenga, etc., etc.). Lo mismo en francés, donde el vocablo y sus derivados ya son frecuentes en el Roland y en el S. XII (Berte au grand pié, etc.), y sólo se nota cierta restricción semántica al pasar de la Edad Media al uso clásico y moderno, aunque sigue teniendo incomparablemente mayor amplitud semántica que en castellano.

Un mal sino parece haber pesado en la historia de la etimología romance sobre este problema etimológico, oscureciéndolo indebidamente. Sin duda a causa de la mala costumbre de los dicc. etimológicos, en casos semejantes, de citar sin distingos la serie it. virare, fr. virer, oc., cat., cast., port. virar, lo que da la falsa impresión de una voz. pan-románica, heredada del latín vulgar, como dejó sentado Diez (Wb., 342-3): este prejuicio ha pesado sobre todos sus sucesores. Diez se limitaba a rechazar el étimo G?RARE (que ha dado girar, con que el catalán responde al oc. virar, cast. volver o dar vuelta) por la imposibilidad fonética, y sugería vagamente un parentesco con el celto-latino VIRIA ‘aro, argolla’. Storm (Rom. V, 187) proponía el lat. VէBRARE ‘lanzar’, ‘blandir’, alegando que blandir una lanza «le plus souvent est la faire tournoyer ou virer», razón que requiere mucha buena voluntad de quien la acepte, y agregando que el ingl. to swing a ship vale ‘hacerlo virar’ (mientras que p. ej. el a. alem. ant. swingan puede ser ‘lanzar’, pero la idea de oscilación y vuelta se halla en esta raíz desde los orígenes: lit. sùkti, eslavón sukati ‘hacer girar’). Esta idea, lanzada brevemente y bastante a la ligera, ha tenido una asombrosa fortuna. Tan flacos fundamentos semánticos no impidieron aceptarla a M-L. (REW 9300) y Wartburg (BDR III, 467; Bloch, 2.ª ed.); lo único que inquietó algo fué el aspecto fonético, o por mejor decir sólo la desaparición de la -B-: así M-L. en su primera edición transigía con la vieja etimología admitiendo un cruce de VIBRARE con GYRARE (como si dijéramos un gato que cubre a una gallina para tener un polluelo), mientras que Wartburg prefiere partir de VIBRARE solamente, con la -B- eliminada por disimilación, y esta idea conquistó últimamente la adhesión de M-L. Pero no se dan casos de disimilación semejantes: nadie ha citado ninguno de un grupo de oclusiva más líquida en que se elimine la oclusiva y no la líquida (esto sí ocurre). Además, pierden de vista estos autores que VէBRARE tenía I breve3; luego este étimo debe calificarse de absolutamente inadecuado en lo fonético y semántico. Nótese además que se trata de una voz del estilo noble, sobre todo poética, de cuya supervivencia en romance ―sea el primitivo o los derivados― no hay prueba alguna. Y esperemos que esta extravagante etimología quede enterrada de una vez. Ya varios lingüistas se han dado cuenta de su imposibilidad, y así Gamillscheg y Bloch caían de nuevo en la idea de fantásticos cruces (gyrare y vertere o volvere).

Spitzer (ZRPh. XLV, 589-92) rechazaba VIBRARE decididamente, pero no daba con solución mejor que una creación expresiva, sin otros paralelos que el alem. wirrwarr ‘barullo, confusión’ (compuesto de wirren ‘perturbar’, voz hereditaria sin nada de expresivo) o el fr. dial. vire-vire ‘matraca’, que es compuesto de virer por las vueltas que se dan a ese instrumento: evidente círculo vicioso. ¿Qué tiene de expresivo o afectivo una idea tan objetiva como ‘dar vuelta’, ni qué efecto fonosimbólico o imitativo puede percibirse en la combinación vir-? A lo sumo podría imitarse con ella un zumbido o el silbido de una bala. Nada que ver con virar.

Ya Thurneysen (Keltoroman., 82-83) llamó la atención sobre la gran probabilidad de un origen céltico, y no vacilo en adherirme al asentimiento que le dieron García de Diego (RFE XII, 8) y J. U. Hubschmied (VRom. IV, 221). El galés gŵyro «curvare», «to swerve, to deviate, to slope, to decline, to stoop, to bend», el bret. goara «courber» y el correspondiente adjetivo irl. ant. fiar ‘torcido’, ‘oblicuo’, galés gŵyr «recurvus, limus», bret. gwar «courbe», goar «doux, humble» postulan de concierto una base ?EIRO- con abundante correspondencia en germánico (ags. wîr ‘metal torcido’, ingl. wire ‘alambre’, etc.) y en muchas lenguas indoeuropeas (Pedersen, Vgl. Gramm. I, 59; Walde-P. I, 226; Stokes-B., 270-1; V. Henry, s. v. gwar; Pok. IEW, 1122.8). Aun si fuese cierto que a estas palabras del celta insular sólo pudiese corresponder una forma con en galo y celta continental ―como ponen de relieve M-L. y Spitzer―, una vez admitido que el galo-latino debió de tener un verbo VRRE con el sentido de ‘desviar, inclinar a un lado’, la diferencia que separa esta base del romance VզRARE es tan escasa que ahí es donde sería lícito echar mano de los recursos que no duelen a M-L. para defender el imposible VէBRARE ‘lanzar’. Llamo la atención hacia el hecho capital: el tipo VզRARE es sólo antiguo y popular en fr., oc. y port., o sea los tres romances de fuerte substrato céltico. Además, nadie nos ha revelado el léxico del celta continental: nadie pretende conocer sus detalles sin otro auxilio que las lenguas britónicas y gaélicas. En éstas la raíz se conservó en el grado pleno EI, pero en los dialectos continentales pudo existir en el grado cero է, (se ignora si larga o breve), como quizás en VIRIA ‘aro’4, que era hispanocéltico (por lo demás no sabemos si con է o զ), según el conocido texto de Plinio y el nombre de Viriato ¿quién nos asegura que el celta continental no la tuvo también en el grado cero prolongado զ, como la tuvieron el griego (?Ɨρις ‘arco iris’) y el germánico?

Pero sobre todo podemos considerar como un hecho averiguado el de que el diptongo proto-céltico EI, que otras veces aparece en galo como , en un buen número de casos está representado por զ, como señaló repetidamente Thurneysen (Keltoroman., pp. 10 y 68), y como dejó definitivamente claro en uno de sus últimos artículos (Zs. f. vgl. Sprachfg. LIX, 1932, 15-16): junto a MNA (de MEINA) ‘mineral’, representado en el celta isleño y en cat.-oc, el fr. mine postula MզNA; junto al ΔειβóνƓ de Tolomeo nos da Ausonio Dīvŏna, Divonne es río del Ain, y en inscripciones se codean formas del tipo Divogenus con otras como Devognata, como representantes del indoeur. DEI?OS ‘divino’, lat. dīvus; junto al galo-latino RNUS, nombre del Rin, y junto al irl. rían (< RNOS) ‘corriente de un río’, la forma RզNOS está atestiguada por el a. alem. ant. Rîn, y por rin como nombre apelativo de un gran número de arroyos y ríos menores, no sólo en la Suiza alemana (donde podría constituir un caso de generalización como el de Aar ‘riachuelo cualquiera’ en otras partes de Suiza, y los semejantes de Noguera, Valira, Garona, Gave en los Pirineos), sino también en todo el Norte de Italia y en muchos puntos de Francia, donde estos casos se documentan en abundancia desde el S. XI5; bastan estos casos bien probados, y podemos dejar a un lado otros más discutibles6: está dada la prueba de que al galés gŵyro correspondería un *VզRARE por lo menos en parte del continente céltico. Que este tratamiento զ junto a se deba a una diferencia cronológica o a una discrepancia dialectal, o en ciertos casos a una adaptación del vocalismo celta al latino, es algo que puede dejarse en suspenso, pues ninguna de estas posibilidades afectaría la verosimilitud de esta explicación etimológica.

DERIV.

Vco. (vizc. y guip.) bira ‘vuelta, vuelco’. Virada [Acad. ya 1884]. Virador [Terr.]. Viraje [Acad. 1925, no 1884]. Virazón ‘cambio repentino de viento’, ‘viento que alterna con otro’ [1492, Colón]7, tomado del port. viração íd. Viradera cub. ‘acto de volcarse una embarcación’ (Ca., 24). Revirar ast. ‘torcer, combar alguna pieza de madera o metal’ (V), gall. revirarse ‘replicar respondonamente’ Castelao 234.1f., cub. revirarse ‘resistirse a algo’, revirado ‘rebelde, negado’ (Ca., 56), ‘estrábico, bizco’ (Ca., 259).

CPT.

Envirón ‘entorno’ (Alex., 784), galicismo que a veces se halla en textos medievales.

1 El derivado virazón (V. abajo) está ya en 1492. Woodbr. cita virar con referencia a 1526 (Fz. de Navarrete, Col. V, 51), pero en este pasaje no se reproducen textos de la época, aunque se alude a las Décadas de Herrera (III, ix, cap. 6), donde no está el vocablo, y a Fz. de Oviedo (II, xx, cap. 15), que ahora no está a mi alcance.―

2 Obsérvese también la abundancia de derivados y compuestos: vira-bosta, vira-bostão, viração, viracento, viradeira, viradela, viradinho, virado, virador, vira-face, vira-folhas, viramento, viramexer, vira-mundo, vira-pedras, etc., etc.―

3 Claro que hay muchos casos en que la primera sílaba de vibrare se cuenta como larga, según es normal ante oclusiva más líquida. Pero no por ej. en este hexámetro de Ovidio: trésve vibránt linguaé: triplicí stant órdine déntes (Met. III, 34). Otros en Catulo y en Cornelio Galo.―

4 La cantidad breve está probada no sólo por el alto-it. vera ‘sortija’ (y demás formas citadas en REW 9366; el valdés viro «anneau», ZRPh. L, 449, es alteración local o debida a la fonética de este dialecto), sino también por Rouergue béyro «petit anneau de métal qu’on met au bout d’un manche» (Vayssier) y el ast. veres f. pl. ‘las piezas de hierro como argollas que sujetan el rozón al astil’ (R); además nótese la grafía beria que aparece en mss. en vez de la glosa «viria: κλανία» en CGL III, 22.37. Cierto es que no hay ningún poeta que nos asegure la escansión vĭria (ni vīria); si no es que Viriatus deriva realmente de ahí, pues éste sí aparece claramente medido Vĭrĭāthus en dos hexámetros de Silio Itálico III, 354 y X, 219 [y acaso también en Lucilio lib. XXVI, pero ahí la medida de los yambos lo vuelve más incierto], cf. Holder III, 366-378; aunque dada la grafía griega constante en -αȎος o -άτȎος la etimología ‘adornado con viriae’ se puede considerar incierta. Uno de los testimonios más evidentes de esta voz celto-latina está en el vocablo hispanocéltico uiriou del CIL XIII, 10.024, 301, puesto que está inscrito en un anillo (anda descaminado Whatmough, Dial. of Anc. Gaul 324, y Journ. of Celtic Studies I, 10, al querer relacionarlo con el galo ieuru «fecit»). Del diminutivo vĭriŏla por vía culta (nótese la ó) se tomó el fr. virole [S. XIII], de donde a su vez, en fecha moderna, el cast. virola [Acad. 1884, no 1843; birola, Aut.]. Éste es popular en la Arg. en el sentido de ‘pasadorcito de metal que se pone a la ación de la espuela’ [E. del Campo, Fausto, v. 26; L. Lugones, Guerra Gaucha, 21, 215; E. Bernárdez Jacques, La Nación de B. A., 12-X-1941]; virol, término de blasón [Acad. ya 1817]; arag. birol «targette en bois pour fermer la porte de l’étable» (en Bielsa, AORBB VIII, 129). El cat. virolla [S. XIV, Ag.] quizá sea latinismo directo, con -ll- por contaminación de anella, armella o quizá más bien de otro sinónimo en -CLA o -L?A, a juzgar por la pronunciación viròia que oí en Tona y en Setcases.―

5 Para esta cuestión vid. Jud, ASNSL CXXIV, 408; Thurneysen, Keltorom., 110; Schultz-Gora, ZRPh. XXXVIII, 366-7; y últimamente, en forma completa y bien meditada, J. Hubschmid, Romanica Helvetica XXX, 115-7; ZCPh. XXIV, 83 n.2; Pokorny, Wissenschaftliche Forschungsberichte, Keltologie, 120.―

6 Como los que suscita Schnetz en Zs. f. celt. Philol. XIV, 39, y quizá alguno de los que he señalado yo mismo en este diccionario.―

7 Explica en el diario de su primer día de viaje: «anduvimos con fuerte virazón hasta el poner el Sol» (Fz. de Navarrete, Col. I, 3). «Viento marero y viraçón es quando de noche o por la mañana ha ventado el viento a la tierra y de medio día delante salta el viento a la mar» G. de Palacio, Instr. Náutica, 147.