VIARAZA, ‘acción inconsiderada y repentina’, ‘flujo de vientre en las caballerías’, en lo antiguo y sobre todo en portugués designó una ave agorera pequeña y flaca, de donde vendrían las acs. modernas, por el derrengamiento que deja el flujo de vientre y por la fama de aturdidas que tienen estas aves (de ahí que tengan el sentido de ‘aturdido’ el fr. butor y los cast. alcaraván y abejaruco); el origen del vocablo es incierto, probablemente derivado de vía ‘camino’, por ser donde se observa la aparición de las aves agoreras.

1.ª doc.: princ. S. XV, Canc. de Baena.

Extracto el fundamental artículo de C. Michaëlis (Homen. a M. P. III, 472-3): «Ave de agouro, como a ferivelha... em rima com praz na cantiga 601 do Canc. da Vaticana, estrofe 3.ª: ‘Ca eu sei ben as aves conhoscer, / e com patela gorda mais me praz / que com bulhafre, cotre e viaraz / que me non pode ben ne mal fazer’... no Canc. de Baena ha reposta a uma pregunta relativa a garças, picaças e açores que se cevam em viarazas. Nela compreendo apenas que nem açores, nem essas aves perdoam quando é tempo faminto. Aves pequenas portanto, quasi sem carne (vol. II, p. 78, n.° 497): ‘non perdonan viaraças / quando es tiempo fambriento, / ca rroen mucho syn tiento / nervios, huessos e peltraças’. No Canc. Geral encontro byaroz (f. 67, II, 27)... ‘que pareces byaroz’, ou seja magricelas, com cara de ave de rapina. Em rima com voz e choz. Na língua comum e de lendas ornitológicas conheço miaroz e milharoz como nomes algarvios do merops. Isto é de melharuco, abelheiro por etimologia popular, como se ele se sustentasse de abelhas. Penso comtudo em belhariz (belharaz, belharoz), derivado de MILVUS... reduzido a MILUS, que na forma portuguesa mio, poderia haver produzido miaroz». Por mi parte puedo agregar que en otra poesía del Canc. de Baena escrita por Pedro Morrera parece tratarse también de una ave de mal agüero: «vil espina, golondrina, / parlero con mal aseo /... / viaraça te embaraça, / sienpre dizes tus synsabores...» (n.° 101, v. 11). Es vocablo poco común en lo antiguo, que falta en los glos. de h. 1400, en APal., Nebr., Percivale, Oudin. Después aparece ya sólo en sus sentidos figurados; así Covarr.: «viaraça: la determinación que alguno toma súpitamente de hazer alguna cosa que se le ocurrió a la fantasía, y la executa incómodamente; es ramo de locura, y díxose de vía, por la semejança del que yendo por el camino real, se sale dél, y va descaminado sin saber a dónde ha de parar».

Claro que esta semántica es poco probable, en vista del sentido antiguo ‘ave pequeña de rapiña’. Aut.: «la acción inconsiderada y repentina que alguno executa», «la solución o fluxo del vientre en las caballerías». Hoy dice la Acad. que la primera ac. se ha olvidado en España, pero persiste en la Arg., donde en cambio, según Garzón, se ha olvidado la segunda; lo mismo este lexicógrafo que Segovia confirman el uso de la otra en la Arg., y éste agrega que se emplea en Galicia; pero falta en Vall., y en portugués es hoy palabra completamente olvidada en los diccionarios. También se emplea en el Ecuador («cólera repentina, deseo violento de algo, inspiración instantánea para ejecutar alguna cosa» Lemos. Semánt. Ecuat.), y asimismo en el Uruguay y Bolivia1.

No sé que se haya propuesto otra etimología que la de Covarrubias y la de C. Michaëlis (falta en el REW). La de esta última no convence, pues es bastante claro que fonéticamente debemos partir de la forma en v-, que es medieval y más extendida geográficamente, y no de la forma local y moderna en m-, evidentemente debida a un cruce con milhafre ‘milano’ y demás descendientes de MILVUS.

Ahora bien, he encontrado otro poema del Canc. de la Vaticana que presenta el vocablo como adjetivo, lo que me parece revelador: «Dom Pero Nunez era én tornado / e ia-ss’a Santiag’ albergar, / e o aguyro sol el bem catar / ca muytas vezes l’ouv’afazanhado; / e indo da cas’ao çeleyro / ouv’hu? corvo viaraçe fazeiro / de que dom Pero n? foy rren pagado» (1078, v. 6). Luego se trata de una especie de cuervo que se le presenta de frente (fazeiro) al nuevo habitante de la casa, mal agüero cierto. Hemos de creer que como nombre del alcaraván o del abejaruco, que es lo que parece designar el vocablo en los demás textos antiguos, tenemos también una abreviación de ave viaraz (o ave viaraça), y puesto que se trata de aves de rapiña y que estamos frente a un derivado del tipo de montaraz, lenguaraz, me parece natural pensar en el antiguo verbo vear ‘cazar’, que bien debió de existir en portugués, cuando todavía hay no sólo veado ‘ciervo’, sino también veador ‘cazador’, veação ‘caza’ y vearia ‘cacería’. La palabra española debería haberse tomado del portugués, como indica no sólo la fecha respectiva de aparición del vocablo (S. XIII en Portugal, S. XV en España), sino también la grafía castellana con -ç- en el Canc. de Baena, en contradicción con la fonética castellana, pero de acuerdo con la portuguesa; obsérvese además que Fray Diego de Valencia, que es el autor de la poesía castellana citada por D. Carolina, era leonés. Sin embargo, con un derivado de VENARI sería algo extraño el corvo viaraz, pues los cuervos no son aves cazadoras.

Así prefiero creer en un derivado de vía ‘camino’, respecto del cual está viaraz en la misma relación que montaraz junto a monte. Se trata de las aves agoreras, que aparecen siempre junto al camino (recuérdese el Cid: a la exida de Bivar ovieron la corneja diestra, a la entrada de Burgos oviéronla siniestra). Las acs. modernas son fáciles de entender. Era ave muy flaca, de ahí la aplicación al flujo de vientre, que deja abatido al pobre animal. Por otra parte, el fr. butor ‘torpe, aturdido’ es el nombre de la misma ave que el alcaraván, y este mismo tiene fama de estas cualidades, como prueba el proverbio Alcaraván zancudo, para otros consejo, para ti ninguno; en cuanto a abejaruco, vale también en cast. ‘persona noticiera o chismosa’, que es otra faceta de la ligereza de cascos, y su equivalente cat. capsigrany indica también un sujeto atolondrado. De ahí, pues, ‘acción inconsiderada’.

Spitzer, MLN LXXIV, 138, aunque adhiriéndose a mi etimología, preferiría pasar desde ‘mal agüero’, por una parte, a ‘acción brusca e inconsiderada’ y, por la otra, a ‘miedo’ y ‘consecuencia fisiológica del miedo’. Esto quizá sea preferible a lo que yo sugería; lo primero no me parece practicable.

1 Noticia que tomo de la revista argentina Hablemos correctamente, que cita del boliviano Juan F. Bedregal, La Madre de Satanás: «otros se empinaban en los estribos del tranvía que pasaba por la carretera, resueltos a sufrir las viarazas del conductor, que concluía por arrancarles sus gorras y arrojarlas al camino». Aquí parece ‘impertinencia, atropello’.