VERBENA, del lat. VERBNA ‘cada uno de los ramos de verbena, laurel, olivo o mirto que llevaban ritualmente los sacerdotes paganos en sus sacrificios’.

1.ª doc.: berbena, 1399, Gower, Conf. del Amante, 282.

La misma grafía asimilada se encuentra en el cat. y tosc. berbena, y aparece todavía en APal. (junto a verbena, quizá sólo latino, 58b, 429b, 520d). Nebr. ya escribe latinamente «verbena, ierva conocida: verbenaca». Verbenas se encuentra también en Lope, Jerus. Conq. XVII, v. 299, ed. Sancha; 1621, Tirso, Cigarrales, ed. V. Said, M. 1913, pp. 161, 321; Cej. V, § 154. La hierba que hoy se conoce con este nombre se llamaba en latín clásico verbenāca (Plinio), derivado de verbēna ‘ramo ritual de los sacerdotes’ por ser esta planta una de las que podían utilizarse para esta ocasión. Pero el it. vermèna ha conservado el valor originario de ‘ramito’. La ac. ‘velada de San Juan, San Pedro, etc.’, especialmente madrileña [Acad. S. XIX], alude a la prolongación de estas veladas hasta la madrugada y se funda en la frase coger la verbena ‘madrugar mucho’ [Aut.], que a su vez hará referencia al empleo de la verbena en medicina popular, seguramente cogida en estas horas del día (comp. el uso de la verbena en hechicerías, atestiguado por Pellicer en Aut.).

DERIV.

Verbenáceo. Verbenero.