VECTIGAL, ‘contribución, impuesto’ tomado del lat. vectīgal, -ālis, íd.

1.ª doc.: h. 1570, Zurita.

Aun con carácter erudito e histórico es voz muy rara en castellano, no admitida en el DAcad. No así en catalán, donde ha pertenecido al lenguaje más común de la hacienda pública y el derecho constitucional [S. XIV, DAlcM.]. Muy empleado en latín clásico, y en el medieval transpirenaico y aun peninsular.

Una supervivencia suelta parece que quedó además en Galicia, y aun con carácter popular, aunque meramente local. Anotó Sarm. que betegallo designaba un «fole o saco pequeño para harina, que no llega a medida de un ferrado» palabra del NE. (Viveiro) (CaG. 236v). Se extraería del plural VECTIGALIA ‘debitorios, tributos’, de donde luego un singular secundario en -ALIUM (también documentado, en glosas y como variante en manuscritos de autores), por ser esta aportación tributaria de harina una de las más comunes en el régimen señorial. Debió de ser palabra vieja y acaso hoy olvidada, pues no la hemos visto casi en ninguna otra fuente; sólo en el Supl. de Valladares la vuelvo a encontrar y con un sentido algo diferente y algo más secundario: «lío o bulto pequeño que con facilidad puede llevarse debajo del brazo o en la cabeza».

Aunque la զ se cuenta como larga en algún poeta clásico, la mayor frecuencia de las terminaciones en -էGARE, -էCARE, justifica la final en -egallo especialmente en una lengua con e átona tan relajada como la del gallegoportugués.