UÑA, del lat. ŬNGŬLA íd.

1.ª doc.: 1112, Oelschl.; Cid; Sta. M. Egipc., 742.

De uso general en todas las épocas (comp. Cej. VI, § 39) y común a todos los romances. El tratamiento fonético es regular, V. las gramáticas históricas y compárense con el port. unha, cat. ungla, etc.

DERIV.

Uñada [Quevedo] o uñarada [S. XVII, Aut.]. Uñate ‘acción de apretar con la uña’ como «voz del estilo baxo» en Aut.; ‘juego de niñas que se ejecuta impulsando con la uña un alfiler hasta cruzarlo con el contrario’ zamor. (FD)1, aunque el and. fuñate «uñate, juego infantil» (AV) quizá indique sea otra la etimología [?]; uñatear ‘hurtar’ urug. (Lussich, Tres Gauchos Or. I, 1400; II, 1332, 4135). Uñero [«pterigium paronychium» Nebr.]. Uñeta; uñetazo. Uñoso. Uñuela. Ónice [onyche, 1629, Huerta, Aut.], tomado del lat. onyx, -ǰchis, íd., y éste del gr. ƽνυξ, -υχος, ‘uña’, ‘ónix, piedra preciosa de color semejante al de la uña’; oniquina.

CPT.

Onicomancia, con μαντεία ‘adivinación’.

Panadizo [1545, D. Gracián, Aut.; Covarr., s. v. uñero], alteración (en parte por ultracorrección del cambio más frecuente -d- > -r-, N. Tomás, RFE XVIII, 395, pero más bien, o por lo menos también, por influjo de la terminación más frecuente -adizo) de panarizo [h. 1335, Conde Luc., ed. Knust, 136.11; ed. Hz. Ureña, 140; Nebr., Dicc. Lat.-esp.: «paronychia: panarizo de uñas»; C. de las Casas, Oudin, Covarr., Aut.], hoy vulgar aún en Extremadura, Sierra de Gata, Ribera salmantina del Duero (también panalizo, Espinosa, Arc. Dial. 86) y otras partes; panarizo viene del lat. tardío PANARICIUM (Apuleyo; CGL III, 206.58; Heraeus, Die Sprache des Petronius, p. 4), que a su vez es alteración (por influjo del sufijo lat. vg. -ARICIUS) del gr. παρωνύχιον íd., compuesto de παρĮ ‘junto a’ y ƽνυξ ‘uña’; los demás romances han conservado panariz (port.), panaris (fr.), panereccio (it.), salvo el cat. panadís (junto al cual he oído una pronunciación vulgar paradís, en Sant Pol de Mar, alteración de panarís); paroniquieo.

1 Si no me engaño, esta palabra curiosa sólo se emplea en la locución adverbial a uñate, tal como aparece ahí: «con tan duras carnes y estirado pellejo, que sobre él y en cualquiera parte de tan gentil persona se podían matar pulgas a uñate, cual sobre liso mármol» (Fulano, Zutano, Mengano y Perengano, Cuentos y Chascarrillos Andaluces, ed. 1898, p. 116). Terminación singular; ésta y la procedencia andaluza del ej., si se tratara de una voz propia del Mediodía de España, podría sugerir un origen mozárabe (del sufijo lat. -ATUM, o bien del plural femenino árabe -ât), pero como es suposición arriesgada (sobre todo constando que se emplea en Zamora), me inclino a creer en una aplicación del topónimo y apellido vasco Oñate (Uñ-), relacionado con uña por floreo verbal, como estar en Babia por ‘embabiecado’, ir a Peñaranda por ‘a empeñar’, que es a lo que puede aludir Aut. al decir que pertenece al «estilo baxo».