UBRE, del lat. ȢBER, -ĔRIS, ‘teta’.
1.ª doc.: Nebr.
Para designar las ubres de los cuadrúpedos, particularmente vacas y cerdos, se emplea en catalán braguer (no documentado antes del S. XX en Ag. ni Alcover, ni en dicc. anteriores a Labernia, 1839, ni me consta que se emplee en Valencia, sí en Mallorca e Ibiza) y se extiende por la zona aragonesa: braguero ‘ubre de las vacas’ en Litera, en Alfajarín y Puebla de Alfindén (Zaragoza) y en Oroz-Betelu (Alta Navarra), Alvar, RDTP III, 474. Como es en extremo inverosímil o, por mejor decir, imposible, en el aspecto semántico, que se trate de una aplicación traslaticia de braguer ‘braguero’ (como se supone en REW, s. v. BRACA) no dudo que estamos ante una falsa separación de l’ubreguer en lo breguer, derivado de ubre con el mismo sufijo que pedreguer, terreguer, polseguera, fusteguer, verdeguer, ventregada, etc.
En efecto en la región de Tortosa se pronuncia breguer, forma recogida por Amades en Prat de Comte, Beseit y Xerta, además de dicha ciudad (BDC XIX, 100). Por el Norte el área del vocablo se extiende al Languedoc, donde Mistral recoge braguié con este sentido en un poeta de la Gironda, S. XIX, y en otro de Toulouse del S. XVII: hubo ahí disimilación vocálica *breguié > braguié, favorecida por la confusión con el otro vocablo. Claro que no hay por qué suponer un *UBERICARIUM ya formado en latín (el resultado fonético habría sido entonces *uȮreguer o *uverguer), sino un mero derivado colectivo romance de un cat. preliterario *ubre, resultado regular del neutro latino ȢBER, con trasposición temprana de la R (la B no se vocalizó, sea por esta razón o debido a la posición pretónica, compárese con Llobregat RuBRICATUM).
DERIV.
Ubrera [Oudin; Aut.; no en Nebr., PAlc., C. de las Casas ni Covarr.]. De uber, -ĕris, en la ac. figurada ‘fecundidad’, y como adjetivo ‘abundante, fecundo’, derivan los cultismos: ubérrimo [Covarr.; Aut.], lat. uberrĭmus, superlativo de uber; exuberar [Acad. S. XIX], exuberante [h. 1580, F. de Herrera, Aut.], exuberancia [fin S. XVI].