TÉ, del chino dialectal t’e íd. (Ƈ’a en lengua mandarina).

1.ª doc.: Aut.

T’e, que es la forma del dialecto de Amoy y Fukién, pasó primero al malayo, y es probable que de éste lo tomaran los holandeses, que lo trasmitieron a la mayor parte de las naciones de la Europa occidental [fr. thé 1664, ingl. tea h. 1660, etc.]. La forma mandarina Ƈ’a pasó por vía terrestre a los idiomas eslavos y por vía marítima al port. cha [1565]; de éste se tomó una forma cast. cha empleada en 1610 y 1637 y en la «nueva España» según Acad. 1780 (llegaría allá desde Filipinas). Vid. Dalgado, I, 247-8; Gonç. Viana, RL VI, 205-6; NED, s. v. tea; BhZRPh. XCI, 201-3. En la Arg. se ha ampliado el sentido de la palabra , aplicándola a cualquier infusión de agua caliente con hierbas, hasta el punto de que cuando es de té, se le llama un de . También toma allí y en otras partes de América el sentido de ‘merienda’.

DERIV.

Tetera [Acad. ya 1817]. Teína.