TURRÓN, en catalán torró y antiguamente terró; de origen incierto, probablemente derivado de tierra con el significado primitivo de ‘terrón’, por comparación con un conglomerado de tierra; es probable que el castellano lo tomara del catalán, donde es normal la asimilación de la e a la ó.

1.ª doc.: 1423 (G. Colón, Enc. Ling. Hisp., 215); h. 1475, Guillén de Segovia, 69.

Nebr.: «turrón de miel, etcétera: crustum; turrón pequeño: crustulum». Covarr.: «cierta golosina que se haze de almendras, avellanas, nuezes, piñones y se tuesta con miel: del mismo origen» (como acaba de decir que turrar viene del lat. torrere, esto quiere decir que considera a turrón derivado de este verbo). Aut. da un par de ejs. literarios del S. XVII. Pedro Espinosa, en 1625, menciona «para qué son esos turrones» como frase vulgar estereotipada (Obras, 194.21). El vocablo está bien arraigado en castellano, y de ahí debió de pasar al portugués, donde debe de emplearse poco, pues Fig. no lo registra y Moraes sólo cita torrão de Alicante y torrão nevado. Pero el turrón es dulce más popular todavía en tierras de lengua catalana, fabricado popularmente en la Cataluña occidental y, sobre todo y muy especialmente, en el País Valenciano. Allí se pronuncia torró con o pretónica, así en valenciano1 (M. Gadea) como en mallorquín (Amengual) y aparece escrito así en la tradición lexicográfica desde el S. XVII (dicc. Torra). Aunque Ag. no cita ejemplos antiguos, G. Colón (Melanges Gardette, 1966; Enc. Ling. Hisp. II, 215) documenta el cat. torró desde fin S. XIV y después encuentro yo torrons dos veces en un villancico recogido en Gerona en 1507 (N. Cl. LXV, 92.2, 92.6), pero en otro más antiguo, de la 1.ª mitad del S. XV, leemos «donarli-ets dels terronets, / e de les neules, qui n’avia», y esta grafía se repite en otro pasaje de la misma composición (ibid. 60.29 y 61.45): las neules (‘barquillos’) y los turrones eran, pues, ya entonces el dulce navideño tradicional, como lo son actualmente. Esta variante se propagaría desde el cat. al napol. terrone, ya documentado en 1674, y la otra al it. torrone [1726], vid. Prati; también es de creer que sean catalanismos no sólo el oc. tourroun (puesto que Mistral menciona el tourroun de Barcilouno), sino también, probablemente, el cast. turrón, aunque éste cambió la o en u por la asociación, que ya Covarr. hace constar, con el verbo turrar ‘tostar’.

En cuanto a la etimología, la derivación de TORRERE ha encontrado aceptación general, adoptándola Aut., M-L. (REW 8801), la Acad., Prati, etc. Y desde luego no puede rechazarse del todo, puesto que no carece de fundamento semántico. Sin embargo el modo de formación no sería muy natural, puesto que escasean los sustantivos en -ón derivados de un verbo, por lo menos como nombre de objetos concretos (tostón en realidad deriva del sustantivo tuesto, conservado en asturiano). Luego creo que hay que atender a la forma arcaica terró del cat. (cuyo arraigo nos lo confirma el napolitano). Es indiscutible la justeza de la comparación de una barra de turrón con un conglomerado de tierra, o de tierra y guijarros, así en el caso del turrón de Jijona como en el de Alicante o el de Agramunt. Cierto es que hoy ‘terrón’ se llama terròs y no terró en catalán, pero esto puede ser secundario, y precisamente debido a la necesidad de diferenciar: lo cierto es que el nombre de aquél es terroun en oc., terrón en cast., torrão en portugués. La asimilación terró > torró en catalán constituye una ley fonética de alcance general (fonoll FENUCULUM, jonoll GENUCULUM, tudó TETONEM, etc.). Por lo demás hay también asimilación con el nombre del terrón en el port. torrão y en el ast. turrón.

DERIV.

Turronero [Aut.]; turronería. Turronada.

1 En Valencia, aunque hoy predomina torró, la forma terró existe también (dicc. de M. Gadea), y aun es la que prefiere el folklorista Bernat i Baldoví, en un artículo publicado sobre el terroner en 1859, importante también para la descripción de las varias clases de turrones (según me comunica el Sr. Giner i March).