TROTAR, del a. alem. ant. trottôn íd., intensivo de trëtan ‘andar’, ‘caminar’; en cast. el vocablo hubo de tomarse del francés o quizá del italiano.
1.ª doc.: J. Ruiz.
DERIV.
Trote [«subsultus» Nebr.; 1557, F. Chacán, Trat. de la Jineta, cap. 3]. Trotero ‘mensajero’ [Berceo; Alex. 764, 774, 2029; J. Ruiz; M. P., Poes. Jugl., p. 48], comp. cat. ant. troter ‘mozo de espuela’ [S. XIII; ‘caballo de camino’ J. Roig, v. 1326]. Trotón, trotona; trotonería. Trotalla ¿‘burla’?, ¿‘canto bailable’? (J. Ruiz). Trotador.
CPT.
Trotaconventos ‘alcahueta’ [J. Ruiz]. Trotacalles. Trotamundos.
1 Aunque tampoco en los demás de Francia y España es general ésta, ni mucho menos, en la época más antigua. En efecto en Cataluña, aunque la ac. hípica ya se documenta en Jaime I y en Muntaner, es tan antiguo como el más viejo de los dos el pasaje de Cerverí de Girona (h. 1270), que nos cuenta como «vench ploran, / una vella, trotan» (Rossinyol v. 170), que tan de cerca nos recuerda las viejas troteras del Arcipreste; cf. el dicho proverbial empordanés aplicado a mujeres laboriosas, infatigables, «la bona Janota, menja i trota»; y troter ‘mensajero, mozo de recados que va a pie de una parte a otra’ aparece ya copiosamente en el S. XIII, desde sus primeros años. En occitano tenemos trotier como hípico (caval trotier) ya en Bertran de Born (Appel, Chrest. 35.40) pero trotier es un escudero que camina afanosamente a pie, tras su señor montado, en el Castia-gilós, no menos antiguo (vv. 194, 203), y lo grant trot se aplica adverbialmente a un muchacho que se aleja sin tardanza (L’Effansa de Jesús, Appel 9.57, 85). Lo común y típico en todo esto es una marcha afanosa, penosa o agitada, como lo es la de las viejas que no paran en sus recados, o de las ya achacosas, como la de un niño que trata de alejarse sin demora, como la del escudero que se esfuerza por no ser dejado atrás por el jinete, o como la del caballo que empieza a saltar, dejando la marcha al paso. Y no podemos asegurar de cuál de estas acepciones se partiría. ↩