TROPELÍA, de eutropelía, alteración del gr. εȔτραπελία ‘agilidad, flexibilidad’, ‘bufonería’, ‘chiste, gracia, urbanidad’, que en castellano tomó el sentido de ‘juegos de manos, magia, ilusionismo’, ‘embeleco’, y después, bajo el influjo de tropel y atropellar, ha acabado por significar ‘aceleración confusa’ y ‘atropello’.

1.ª doc.: 1604, Pícara Justina.

Ahí está con el sentido de «juegos de ilusionismo, embeleco y apariencia» y tropelista para el que sabe hacerlos (Fcha.). En efecto, leemos en el Coloquio de los Perros: «sé que eres persona racional, y te veo en semejanza de perro, si ya no es que esto se hace con aquella ciencia que llaman tropelía, que hace parecer una cosa por otra» (Cl. C., p. 291); y en el Licenciado Vidriera: «habiendo hecho el huésped la reseña de tantos y tan diferentes vinos [italianos], se ofreció de hacer aparecer allí, sin usar de tropelía, ni como pintados en mapa, sino real y verdaderamente, a Madrigal, Coca, Alaejos» (y siguen otros vinos españoles) (Cl. C., p. 24); Górigora: «Parió la Reina... / hicimos un alarde o desatino, / y unas fiestas que fueron tropelías / al ánglico Legado y sus espías / ... / hicimos un sarao de encantamento» (ed. Foulché III, 29); Tirso: «¿qué tropelías son éstas, marido mío?, dijo la fingida turbada. ¿Anoche no nos acostamos buenos y sanos?» (cita de Pagés). En todos estos casos el sentido oscila entre ‘magia’ y ‘juegos de manos’, como define Oudin: «tropelías: tours de passe-passe et de subtilité au jeu de cartes». En Quiñones de Benavente está más cerca del sentido etimológico de ‘chiste, juegos de palabras’, o al menos indica palabras sin contenido real, donde un personaje se da aires de gran dama en presencia de otro que se da cuenta de su ficción: «COSTANZA: Ésta es mi casa, entrad. / GRACIOSO: Que me replace. COSTANZA: ¡Hola, hola! ¿Qué es esto? / ¿no hay un paje? (sale Carteta en cuerpo). CARTETA: Aquí estoy yo: ¿qué manda / vusiría? COSTANZA: Tomad aqueste manto, / llamad al mayordomo, y entretanto / a parlar nos sentemos. GRACIOSO (aparte): Señoría, / pajes y mayordomo: es tropelía» (NBAE XVIII, 792a). En todo caso Covarr. conocía el sentido etimológico, si bien con una forma más cercana a la del griego: «eutropelía seu eutrapelía: un entretenimiento de burlas graciosas y sin perjuyzio, como son los juegos de mastrecoral [‘juegos de manos’]: es nombre griego eutrapelia, apud Philosophos in bonam partem accipitur significatque urbanitatem, leporem, festivitatem, comitatem, facetiam (Lex. Graec.). San Pablo en la epístola Ad Ephesios, cap. 5, toma esta palabra en mala parte: vale tanto como chocarrería, obscoenitas, stultiloquium et scurrilitas». La forma eutropelía se empleó, en efecto, en el sentido de ‘juegos de manos o de magia’: «Merlín, el hijo del diablo, / ... / enseñóme los efetos / y cursos de las estrellas; / ... / las quirománticas líneas / ... / supe la fisonomía, / muda voz que habla por señas / ... / sutiles eutropelías / con que las manos se adiestran / y a la vista más aguda / engaña su ligereza» Ruiz de Alarcón (La Cueva de Salamanca, Rivad. XX, 88a). Eutropelía fué sencillamente una leve deformación del cultismo en boca de semicultos, que el vulgo agravó mutilando del todo la primera sílaba y diciendo tropelía.

Desde entonces quedó incorporado materialmente el vocablo a la familia de tropel y atropellar, aunque hasta entonces expresaba semánticamente algo muy distinto, pero la igualdad de forma hizo desde entonces que interviniera el influjo del sentido, y como so pretexto de magia o prestidigitación se cometían muchos embelecos y hurtos, fué fácil ver en el vocablo un sinónimo de ‘abuso’ o ‘atropello’, según ocurre ya en algún autor de más adentro del S. XVII, como Fr. Damián Cornejo. Aut., que lo cita, pretende ya distinguir entre eutrapelia, que ahora acentúa en la e, y que documenta en Nieremberg, en el sentido etimológico de «virtud que modera el excesso y desenvoltura en las chanzas y juegos festivos y hace que sean gustosos, entretenidos y no perjudiciales», y tropelía, que ya sólo sería «atropellamiento o violencia en las acciones», o bien con influjo de tropel: «aceleración confusa y desordenada», ac. que comprueba con un pasaje del poetastro Eugenio Coloma, de la misma centuria1. La misma evolución semántica se cumplió en portugués: Bluteau cita ej. de Barreto (S. XVII), donde se dice que la Fortuna en sus mudanzas «usa como de tropelias», es decir, juegos de manos, mas ya para Moraes tropelia son «desordens que faz gente de tropel» y as tropelias do mundo son ‘reveses’.

DERIV.

Tropelista [1604, Pícara Justina]. Eutrapelia; eutrapélico, V. arriba.

1 Cita además ej. de Juan de Zabaleta, donde la forma eutropelia se combina con el sentido etimológico griego: «una virtud que se llama eutropelia, que quiere decir modestia en los entretenimientos».