TROCHA, origen incierto, quizá prerromano; podría estar emparentado indirectamente con el tipo TROGIO- que significa lo mismo en los Alpes Réticos, pero la palabra castellana supondría una base TROG-TA con otra terminación; es incierto, aunque no inverosímil, que haya relación con la raíz céltica e indoeuropea TROG-, TREG-, que significa ‘correr’ y ‘pie’.
1.ª doc.: 1444, Santillana.
El vocablo se ha empleado alguna vez en portugués; Bluteau remite a desvio y cita el pasaje siguiente de la Guerra do Alentejo de Luis Marinho (1644): «caminhárƟo a seus lugares pelas trochas e veredas d’aquella terra»; dice que es anticuado, pero más bien será un término regional del Alentejo; dice que su etimología es «trocer ou torcer, como quem dissera caminho que torce»; los lexicógrafos posteriores han repetido el dato de Bluteau tomando como definición su seudoetimología, y fijándose en esta definición abusiva ha admitido M-L. (REW 8798) la infundada etimología TORQUERE, que ni merece discusión, pues además de que una trocha es camino que acorta o ataja y no que da vueltas (cast. atajo, cat. drecera de DIRECTUS), la -ch- no puede salir del participio TORTA, y tampoco de un *TORCTA, si hubiese existido, pues -CT- tras consonante da -t- (yerto, unto, santo, pinto, etc.). La palabra en portugués parece castellanismo seguro dada su rareza y la localización1.
Según la Acad. trocha vendría de TRADUCTA, lo cual, dicho así, no nos enseña gran cosa, pero en Festschrift Jud, 564-5, propuse mirarlo como un participio arcaico del verbo troçir ‘pasar, cruzar un país’; si éste viniera de TRADUCERE, un antiguo *trocho le correspondería como participio, así como aducho era el de aduzir ADDUCERE. Verdad es que TRADŬCTA fonéticamente había de dar *traocha, que no tenía por qué contraerse más en cast., pero si esta etimología TRADUCERE fuese cierta, podríamos admitir que por analogía de troçir el participio *traocho se cambió en *trocho. Pero como he dicho en el artículo correspondiente, esta etimología de trocir no es posible, y así la de trocha se encuentra sin base y hay que abandonarla.
Quizá debamos volver, hasta cierto punto, a la idea de Schuchardt (ZRPh. IV, 125), Jud (BDR III, 6-7) y Horning (Glossare von La Baroche, BhZRPh. LXV, 199), quienes relacionaban con el tipo trọtg, trutg, truoch, extendido por todos los valles romances del cantón de los Grisones con el sentido de «sentiero dirupato», «sentieruzzo», que por una parte se extiende hasta el Tesino, hacia el Sur llega hasta Brescia y Bergamo, Comelico trozzo «sentiero pedonale attraverso prati e bosco» (Tagliavini, ARom. X, 178-9), y en dirección al Este se prolonga hasta el Trentino y el Friul; según muestra la fomia troi, usual en estas últimas regiones y en la Baja Engadina, el étimo ha de ser *TRĶGIUM, según admite Jud, o *TROJU como prefiere M-L. (REW 8934); la variante femenina trutga, exclusivamente propia de dos pueblos sobreselvanos (V. mi nota), es secundaria, y sólo por casualidad se parece tanto a la castellana. Ahora bien, cualquiera de estas dos bases que se adopte, la forma castellana queda algo lejos, ya que seguramente viene de un tipo *TROCTA. Por otra parte la lejanía geográfica es considerable, de suerte que Scheuermeier (BhZRPh. LXIX, 119-20) se inclina a considerar la palabra alpina como rética más bien que céltica. Sea como quiera, Jud mostró cuántos casos se hallaban de reaparición de palabras prerromanas de los Alpes en el Norte de España, y en el trabajo citado yo agregué otros. Por otra parte, es posible que el área del tipo alpino se extienda más hacia Poniente, según indicó Wartburg (Abhandlungen d. preuss. Akad., 1918, X, 21-22), pues tenemos con el mismo sentido træyen en un doc. del Valais de 1315, y es posible que se halle el mismo vocablo en el nombre de lugar alsaciano Troygasse; los demás representantes que señala Wartburg son ya muy inseguros: Vosgos (La Baroche) træƇ «entrée d’un sentier, qu’il monte ou qu’il soit tout droit» (con el derivado træƇī «buisson à côté d’un chemin»)2; Malmédy trihǸ ‘sendero de bosque’ (ZRPh. XVIII, 264)3. Por otra parte Hubschmid (ZRPh. LXVI, 49-50), teniendo en cuenta que no sólo el área del vocablo se extendería hasta Istria, sino que estaría abundantemente representado en tierras rumanas (Transilvania, Oltenia, Banato), cree se trata más bien de una palabra «iliria» que céltica, lo cual en efecto es verosímil, sobre todo si por «ilirios» entendemos los «Urnenfelder». Para la parentela iliria, Jokl, VRom. VIII, 205-7.
Schuchardt sugirió que la voz alpina y cast. esté relacionada con el irl. traig ‘pie’; en realidad esta palabra corresponde a un celta antiguo TRAGET-, que al parecer procede de un más antiguo TREGET-, pero el galés troed, córn. ant. truit y bret. troad, que significan lo mismo, proceden de TROGET-: se trata de derivados de la raíz indoeur. TREGH ~ TROGH de donde el gr. τρέχειν ‘correr’, τρóχος ‘corrida’, gót. thragjan ‘correr’, svcr. trâg ‘huella, pisada’, y a la misma raíz pertenecen otras palabras célticas: galo ver-tragus ‘galgo’ (‘el que corre mucho’), galés troi ‘dar vueltas’, bret. trô ‘vuelta’ (que suponen TROGO-); vid. Pedersen, Vgl. Gramm. I, 39; V. Henry, Lexique Étym. Bret., p. 272; Stokes-Bezz., p. 136. Nada se opone a que de esta misma raíz proceda el TROGIO- alpino, y que de otro derivado TROG-Tଵ > *TROCTA4 saliera la palabra castellana. Podría ser un vocablo de los Urnenfelder. Claro está que se trata de una posibilidad algo vaga5.
DERIV.
Trochuela. Atrochar. Trochar cub. ‘abrir trocha’ (Ca., 176).
1 También Viterbo recoge trochas «atalhos, veredas pouco trilhadas, de poucos bem conhecidas»: se tratará ahí de un término de Tras-os-Montes o del Norte, de donde suelen venir las voces regionales de Viterbo, y es región donde también abunda el castellanismo. Lo registró Cuveiro como gallego, pero sabido es que este dicc. no merece confianza, y no lo dan Vall. ni Carré; como traducción del cast. trocha da éste vieiro. También ha de ser castellanismo en valenciano, donde se emplea en algunas comarcas, y lo he oído en Castelló de Rugat como término de cazadores, hablando de los senderuelos que siguen las liebres.― ↩
2 Horning, o. c., p. 87. Pero nótese que en estos dialectos -Ƈ no corresponde a -G?’ (o -J’) ni a -CT-, sino más bien a -CC- (Horning, Die Ostfrz. Grenzmundarten, en Frz. Studien V, iv, 60), lo cual ya nos aleja mucho de lo que nos interesa.― ↩
3 Tampoco esto conviene fonéticamente; si no me engaño -h- corresponde aquí a -ȳs- o -iss- francés.― ↩
4 El tipo TROKTA conservado en las lenguas británicas en el sentido de ‘lejía’ y ‘orina’, según Pedersen I, p. 124, no vendría de esta raíz (en el sentido de ‘líquido que corre’), sino de otra muy distinta.― ↩
5 Jud sugería también la posibilidad de un parentesco con el tipo prerromano oc. ant. draia y saboyano merid. dray ‘camino rural’, cuya forma es ya más diferente. ↩