TRINAR, onomatopeya.
Quien escribió: «Las aves por los tiernos cogollos de aquellos algarrobos y enebros,
trinaban en los redobles de los quebrados crystales», cita de
Aut., donde hay otra de Eugenio Coloma (S. XVII); otras de
trinar y
trinado pueden verse en Pagés. Falta todavía en los dicc. de la época clásica y preclásica, y es ajeno al vocabulario de Góngora y del
Quijote. Es también portugués (no catalán): «
trinado: na harmonia dos instrumentos he como passos de garganta na solfa, e assim
trinados sƟo huns toques miudos dos dedos, como tremulos, nas cordas, teclas, etc., que
recreƟo muito o ouvido;
trinar a voz: fazer trinados cantando» Bluteau, quien da una cita de la Insulana de Manoel Thomás (1635): «aves
tomàrƟo, / que sem temer cautelas enganosas / versos
trinando, com mil pausas ledas...». Aunque
Aut. dice que viene del lat.
trinus «porque se varía o se quiebra el sonido de la voz tres veces», no hay fundamento en esta afirmación: la Acad. dice que el
trino es «sucesión rápida y alternada de dos notas de igual duración», y por lo demás aunque el vocablo pueda emplearse como término musical, su empleo propio y más frecuente es con referencia al canto o gorjeo de las aves
1. El mismo valor, con forma fonética levemente distinta, tienen el it.
trillare, alem.
trillern, ingl.
to trill, gr.
τερετίζειν. Como indicaron Diez (
Wb., 327) y M-L. (
REW 8904), todas ellas son voces onomatopéyicas. En la ac. figurada ‘rabiar, impacientarse’ ya está en Jovellanos, h. 1800 (Pagés).