TREO, del cat. treu, que parece tomado del fr. ant. tref íd. y ‘tienda de campaña’, voz de origen incierto (comp. oc. ant. trap ‘tienda de campaña’), quizá del lat. TRABS ‘poste’ (de donde ‘poste de tienda’ y luego ‘tienda’).
1.ª doc.: 1492, Woodbr.
Pero es probable que esta voz catalana se tomara a su vez del fr. ant. tref, bien documentado desde el S. XII (Wace), primero como nombre del treo o vela de fortuna, más tarde como denominación de cualquier vela (vid. Jal, s. v.); en efecto esta palabra francesa parece ser idéntica al fr. ant. tref ‘tienda de campaña’ que lógicamente hubo de ser el sentido primordial; refuerza esta sospecha el oc. ant. trap que sólo significa ‘tienda de campaña’, y se encuentra varias veces en trovadores del período clásico (vid. Raynouard).
El origen de esta voz galorromance es dudoso. M-L. (REW1 8861) suponía como punto de partida un germ. TRAP, aunque advirtiendo que el ags. træf ‘tienda’, en que se fundaba este étimo germánico, no correspondía a la base fonética postulada por la lengua de Oc; la idea de que las voces galorromances vinieran del lat. TRABS ‘viga’ (de donde ‘poste de tienda’ y luego ‘tienda’) la rechazaba M-L. fundándose precisamente en el oc. trap. Sin embargo, como observó Kluge (Heidelberger Sitzungsber. VII, xii, 14-15), lo único que podría admitirse desde el punto de vista germanístico es un *TRABU, representado por el ags. træf (pl. trafu), ya documentado en el S. VIII, y en el b. latín trabum, travum, documentado en glosas desde la misma centuria; Frings, Germania Romana 96, postulaba un germ. *TRAB fundándose en la citada palabra anglosajona y en el escand. ant. tr྿f ‘dobladillo, flequillo’, dano-noruego trave ‘fibra’, ‘trapo’, isl. mod. traf ‘paño de tela blanca’; de acuerdo con estos datos supone M-L. (REW3 8823a) un germ. *TRABUM, y Gamillscheg (R. G. I, p. 187) parte de un fránc. *TRAFU. Todo esto es muy incierto: las citadas formas escandinavas tienen sentido muy diferente (sobre todo el del escand. ant., que lógicamente debemos suponer básico) del de la voz francesa y anglosajona, y tratándose de voz tan corta es por lo tanto fácil que sean meros homénimos. Por otra parte, para suponer que se trata de una palabra germánica se funda Frings en la afirmación de M-L. de que no puede ser romance.
Ahora bien, ahí tenemos un círculo vicioso, pues M-L. a su vez se apoya en la opinión de los germanistas, y en cuanto al argumento de M-L. de que el oc. ant. trap no puede explicarse por el lat. TRABS pierde valor desde el momento en que se opone igualmente al supuesto germ. *TRAB, que hubiera dado *trau en lengua de Oc; si el vocablo es de origen germánico nos vemos obligados de todos modos a admitir que la voz occitana sea adaptación del fr. ant. tref según el modelo de oc. ant. cap = fr. ant. chef; y si es así ya resulta más sencillo suponer que tref venga del lat. TRABS; tanto más cuanto que en rigor podríamos admitir que en el Sur de Francia se introdujera una declinación analógica *TRAPS, TRAPEM, que permitiría considerar autóctona la voz occitana. En cuanto al ags. træf ‘tienda’, siendo voz restringida al anglosajón, tenemos derecho metódicamente a mirarlo como un antiguo romanismo. TRABS significaba varios postes y maderos, además de ‘viga’: el cambio de ‘poste de tienda’ en ‘tienda’ era muy fácil. Léase la definición detallada de Ruyra que cito en la nota, y se advertirá cuán apropiada es la forma del treo para darle el nombre de ‘vela de tienda’.
Por lo que hace al cat. treu (> cast. treo), de todos modos ha de ser adaptación del fr. ant. tref, según el modelo tan frecuente de vif : viu, clef : clau, etc.
1 «Vent-la mudable / e variable / mudí lo treu; / pensí per preu, / que la·m compràs / e la·m tiràs» Jaume Roig, v. 2911. «El treu consisteix en una lona que, amarrada a l’arbre mestre, s’estén, a tall d’ala de teulat, en davallada cap a proa, on se lliga per dos caps, a borda i borda» Ruyra, Pinya de Rosa II, 80. ↩