TRABAJAR, del lat. vg. *TRէPALIARE ‘torturar’, derivado de TRէPALէUM ‘especie de cepo o instrumento de tortura’, compuesto de
1.ª doc.: Berceo.
Es posible que esta evolución del sentido se anticipara algo en el sustantivo trabajo («el grand trabajo todas las cosas vence» dice ya J. Ruiz, 611d), pero más bien está la diferencia principal en el sentido de que trabajo ha conservado mejor hasta el día su ac. originaria de ‘sufrimiento, pena’ (Apol., 630a; «sancta María muéstrale como fué su madre et quanto trabajo tomó en lo tener e en lo criar». Conde Luc., 222.12; «trabajo e laceria» J. Ruiz 209b); por lo demás las acs. «penalidad, molestia, tormento» y «estrechez, miseria, pobreza o necesidad» son clásicas, Aut. las documenta en escritores del Siglo de Oro (recuérdense los Trabajos de Persiles y Sigismunda), y siguen leyéndose hasta hoy.
Con cronología no muy diferente la evolución semántica ha sido más o menos la misma en todos los romances: port. trabalhar ‘esforzarse’, ‘laborar’; cat. treballar, que en la Edad Media vale ‘sufrir’ (Vidas de Santos Rosellonesas 2v°2; ‘hacer sufrir’ 6r°2, 9r°2, ‘adolecer’ 19r°2), ‘esforzarse, procurar’, pero también ‘laborar’ como hoy (ej. del S. XV en Ag.), y treball junto a ‘labor’ conserva la ac. ‘penalidad, miseria’ y aun ‘desmayo, desvanecimiento, ataque de un mal’; oc. ant. trebalhar es principalmente ‘tormentar, apenar’, se t. ‘ocuparse’, pero trebalhador de terra es ya ‘cultivador’; fr. travailler significó ‘tormentar, apenar, sufrir’ desde el S. XIII hasta el XVI, y sólo en el XVII sustituyó a ouvrer; el it. travagliare, que no hay por qué suponer galicismo, como quisiera M-L. (REW 8911), ya está en Dante y en muchos escritores del XIV, vale sobre todo ‘sufrir, pasar penas’, y hoy se dice ante todo de los dolores del parto, pera la ac. ‘laborar’ tampoco es completamente ajena a este idioma, aunque se aplique sobre todo a la labor penosa o muy fatigosa, y por el contrario ya aparece en el S. XIV.
De todo esto se deduce que estamos ante una palabra común y arraigada en todos los romances de Occidente, y que desde luego es erróneo suponer que la ac. ‘laborar’ fue imitada por el cast. del fr., como supone todavía Bloch, cuando por el contrario, si hemos de prestar fe a sus datos, sería de fecha más tardía en el país vecino que en Castilla.
La etimología es bien conocida desde el artículo de Paul Meyer en Rom. XVII, 1888, 421-4: el tipo romance *TRէPALIARE significó primitivamente ‘torturar’ y deriva de un sustantivo TRէPALէUM documentado desde el S. VI en el texto de los Concilios de Auxerre y de Macon (en la forma trepalium, Du C.), en una glosa latina (trasmitida en un ms. de Metz del S. XI: «trepalio vel puteal est locus in quo rei verberantur» CGL V, 624.36) y en otros textos tardíos: se trataba evidentemente de un cepo o aparato donde los reos sufrían el tormento, y estaría hecho con tres palos cruzados: hay relación evidente con el adjetivo clásico TRէPଵLIS ‘que consta de tres maderos’. La forma originaria hubo de tener en todas partes la silaba inicial tre-, tal como la conservan hasta el día el cat. y la lengua de Oc: igualmente se dice treballo y treballar en el alto-aragonés de Ansó, Ayerbe y Loarre, también trabajar en la Ribera navarra (Iribarren), triballo y triballar en Echo, Lanuza e Ipiés (RLiR XI, 25; ASNSL CLXVII, 250). La vieja etimología *TRABACULUM, supuesta por Diez (Wb., 325), además de ser más hipotética, está contradicha no sólo por la e del oc., cat. y arag., y por la -b- de estos mismos idiomas, sino también por la -b- cast., que es aproximadamente constante en la Edad Media, y está confirmada por la grafía de APal., Nebr., etc.
Ch. H. Livingston («Skein-winding Reels», Ann Arbor, 1957) vuelve a la etimología de Diez suponiendo que por influjo de TRABS se dijese *TRAPACULUM. Apenas valía la pena de tomarse la molestia de rechazar esta propuesta como ya lo hacen Spitzer, MLN LXXIV, 132-3 y H. y R. Kahane, Language XXXIV, 538-42, estos últimos llamando la atención hacia el b. gr. τριπάσσαλον ‘instrumento de tortura’ (en un texto quizá no posterior al S. IV) (derivado de πάσσαλος ‘estaca’), del cual TRIPALIUM sería calco.
DERIV.
Trabajado. Trabajador [h. 1570, Mármol, Aut.]. Trabajante [APal. 209b]. Trabajera. Trabajo [1212, Oelschl.; Berceo]: no viene directamente del lat. vg. TRIPALIUM, sino que es postverbal de trabajar, de fecha ya antigua, pues es común a todos los romances de Occidente; trabajoso [Nebr.]; trabajuelo. Atrabajar (raro: DHist.). No creo que el cespedos. trébalo ‘palo clavado en el travesaño anterior del trillo y que se mete en un agujero del cambizo o timón’ (RFE XV, 268) pueda venir, como quiere Sz. Sevilla, de un lat. vg. *TRէPହLUM, pues PALUS tenía A larga en latín: más bien podría pensarse en una alteración de *trébolo < itálico TRୱBLOM = lat. TRզBULUM ‘trillo’, comp. it. ant. trebbio (REW 8886b). Treballa ‘salsa blanca para ansarones’ [1525, Rob. de Nola]1, probablemente voz catalana derivada de treballar ‘trabajar’, ‘afanarse, esforzarse’ (porque hay que «majar recio»), aunque el vocablo no figura en los dicc. catalanes, pero el libro de Nola se tradujo del cat. y está lleno de catalanismos.
1 «Tomar almendras blancas, y lo blanco de un pollo y un grano de ajo... y un migajón de pan remojado con caldo y majarlo recio, y... pasarlo todo por estameña; y tomar yemas de huevos... y échales gingibre y canela y azúcar y un poco de agraz...» ed. 1929, p. 159. Oudin: «treballa de ansarones: une sorte de dodine, saulse qui se fait de blanc de chapon, amandes, espices, ails et oeufs, et se sert sur les oisons»; falta Aut.; Acad. ya 1817. Travaille, travaglia, como sinónimos de ‘trabajo’ existían en fr. ant. e it. ant. ↩