TOMAR, voz peculiar al castellano y el portugués, de origen incierto; teniendo en cuenta que en la época arcaica es frecuente y aun predominante su empleo en textos legales, con el valor de ‘apoderarse de algo’, ‘quitarlo’, es verosímil que venga del lat. AUTŬMARE ‘afirmar’ en el sentido de ‘proclamar el derecho de uno a un objeto’; en lugar de AUTUMARE se diría *TŬMARE en el latín hispánico, tal como FERRE y FUGERE coexistían con AUFERRE y AUFUGERE.

1.ª doc.: doc. de Castilla de 1074 (Oelschl.).

Dejando en segundo término opiniones individuales y poco probables, hay actualmente dos etimologías que se disputan la adhesión de los enterados: la que asigna tomar a la familia onomatopéyica del fr. tomber ‘caer’ y la que ve en tomar una supervivencia del lat. AUTUMARE. Me detendré más largamente en el problema, pero empiezo señalando las razones máximas que se oponen a la primera: 1.ª Los congéneres de tomber tienen en todas partes el grupo característico mb, salvo allá donde este grupo se reduce fonéticamente a m en todas las posiciones (catalán, calabrés) o al menos en algunas (valón), y en particular delante del acento (italiano y hablas afines)1, y aun en estos idiomas se encuentran formas con mb (cast. tumbar, cat. continental tombar, etc.), tan marcado es el carácter onomatopéyico del vocablo que puede sobreponerse aun a la tendencia fonética; en cambio, tomar ‘coger’ aparece constantemente sin b en todas partes, y particularmente en portugués y leonés, lenguajes que nunca reducen fonéticamente MB a m: la consecuencia clara es que tomar viene de un étimo con -M- sencilla, y por lo tanto no es onomatopéyico. 2.ª Tomber y análogos son, especialmente en la época primitiva, vocablos fuertemente afectivos, de significado expresivo y pintoresco: el fr. tomber significó ‘dar volteretas’ hasta el S. XVI, algunas veces ‘caer tumbado’, pero la ac. esencial y objetiva de ‘ir de arriba abajo’ no aparece hasta h. 1500, en que empieza a envejecer el vocablo tradicional cheoir; en una palabra, tomber perteneció al compartimiento semántico y ambiental del cast. tumbar y no al grupo semántico fundamental y serio de tomar; lo propio cabe decir, y con menos limitaciones, del it. tombolare, el rum. tumbă, el mall. tomar, el cast. y port. tumbar; en una palabra: ¿es creíble que dos palabras tan diferentes en todos sus aspectos semánticos y estilísticos como tumbar y tomar tengan un origen único? 3.ª Tomar es palabra bastante más antigua que todas estas voces onomatopéyicas y ocupa desde el principio un lugar mucho más esencial en el idioma.

4.ª No hay afinidad semántica entre estas palabras y tomar, a pesar de cuanto afirme Spitzer en su categórico artículo de la RFE XIII, 121-6, que condujo a M-L. (REW 8975) a la errónea afirmación de que el paso de ‘caer, tumbar’ a ‘tomar’ se explica por la intermediación del cat. tomar, que para él significaría ‘tender las manos’2; sería difícil de concebir cómo, si éste fué el significado primitivo de tomar, no ha dejado huella alguna, ni siquiera en fecha tan temprana como el S. XI; pero es más, hay que empezar proclamando que ni el cat. tomar significa ‘tender las manos’, sino ‘coger al vuelo algo que cae o se arroja’, ni esta palabra tiene nada que ver en su origen, sea con el cast. tomar o con el fr. tomber: he aquí, en efecto, cómo suena este vocablo catalán en el S. XIV «e diu que llavors lo ca llevà’s en alt e pomà la gallina» Eiximenis (N. Cl. VI, 147), y empomar es como se dice todavía en Tortosa, Valencia e Ibiza, emplomar en Mallorca y Menorca, mientras que tomar o más bien entomar ‘aparar, coger al vuelo’ sólo se oye en Barcelona y en el Centro del Principado3; está claro que este tomar es deformación del más antiguo y general pomar, sea por disimilación o por influjo de tombar o del cast. tomar, y en cuanto a pomar y empomar es evidente que son derivados de PALMA4; nada que hacer tiene, pues, este barcelonés tomar en el problema del origen del tomar castellano, y es de esperar que quede definitivamente eliminado de la discusión5. 5.ª Finalmente hay que observar que tomar es palabra perteneciente en sus primeros tiempos al vocabulario de los textos legales y contractuales: estamos, pues, ante el caso de tantos vocablos esenciales del castellano, como sacar, quitar, acotar, achacar, preguntar, entregar, pregonar, denostar, pescudar, etc., que procedieron de este importante compartimiento léxico, y así podemos rechazar sin vacilaciones la extrañeza que manifiesta Spitzer ante el paso de abstracto a concreto que supondría la etimología AUTUMARE; no sólo este paso semántico no es extraño, sino que nada hay más usual: tomar, con sacar y quitar, forma en castellano una trinidad de verbos esenciales del idioma, que han pasado del vocabulario solemne de la vida pública y jurídica a la esfera más material y cotidiana, hecho que además es común en todos los idiomas cuando se trata de nociones como la de aprehensión: Jud nos recordaba los casos del fr. saisir y del alem. nehmen6.

Pero como este carácter antiguo de palabra del lenguaje legal es piedra angular del problema, paso a demostrarlo con ejs. Lo más corriente, en efecto, es que tomar se aplique a la idea de ‘apoderarse de algo’, en cuanto suscita cuestiones de derecho. En el fuero leonés de Alfayates, escrito en zona próxima a Portugal h. 1200, encontramos muchos lo casos: «toto homine que tomare qual cosa quisier sin grado de suo domino, déla duplada com 2 morabitinos», «toto omine qui renda aliena tomare... pectet 4 morabitinos» (PMH, Leges, pp. 816, 843, otro igual p. 847); también en el fuero de Castelo Bom, de la misma zona y fecha: «qui dampno fecerit in vinea... qui ibi acceperit porcos aut oves aut cabras aut ganado aliquid... si voluerit mate de illis II, et non tome altera calumpnia», «totos los parentes qui inimico segudaren... si omicilio cogeren, tome pater et mater la medietate; et si non habuerit pater aut mater, sos fratres tomen la medietate; ...suos primos temen la medietate... non toment nada» (ibid. 753, 777). Análogamente en el Fuero Juzgo, en una orden judicial dirigida a un sayón: «Mandámos-vos que tal cosa que fulán demanda a fulán, que tiene agora en su poder, que gela metades en poder... e si alguna cosa es dentro que non sea sennalada de su sennor, que la sennalades de vostre sennal, por que non aya nengún enganno; e vos, don sayón, non tomedes ende nada» (p. 169b19). Ejs. semejantes no escasean en escrituras más antiguas: «concilio de Conforcos et el abbat de Sancta Maria de Aguilar ovieron tal vida en uno, che… los ffijos de la eglesia ssacen sennas raçiones e los ffrayres sacan commo uno delos. Et... si los ffrayres non podieren servir las ecclesias e ffijos oviere hi de la ecclesia, sirvan las ecclesias e tomen todo» 1174 (M. P., D. L., n.º 13.11), texto interesante donde vemos a tomar codeándose con la otra palabra jurídica sacar; «ego Roi Diaz so filio otorgo esta véndida que vendió mio padre e tomo en precio 4 maravedís» 1205 (ibid., n.º 3.31); «entregue ao senhor da coussa aquelo que lhy tomou» en una ordenaçƟo portuguesa de med. S. XIII (PMH Leges, p. 255); y supongo que algo análogo debe encontrarse ya en el ej. más antiguo del vocablo, de 1074, que no está a mi alcance comprobar.

No es menos frecuente encontrar este empleo en los más antiguos textos literarios: «a tod el primer colpe trezientos marcos echavan, / contólos don Martino, sin peso los tomava», y el propio Martín Antolínez dice hablando de sus propiedades «si el rey me lo quisiere tomar a mi no m’inchal» Cid (vv. 185, 230); «venga mio maiordomo / qui mios averes toma» Auto de los Reyes Magos (v. 118); «porfijó la el metge que la havié sanada, / del aver nol tomaron quanto huna dinarada» Apol., 323c (análogo 447d). Huelga decir que esta clase de ejs. menudean en todas las épocas. Pero no sólo con este matiz aparece tomar como palabra del lenguaje legal, sino en toda clase de combinaciones. En las Partidas, tomar alzada por ‘apelar’ (III, xviii, 98), tomar en el fecho ‘coger infraganti’ (II, xvii, 1); en el Fuero de Alfayates «todo pastor qui ganado dederint ad velar dé y fiador per ganado et per bestias de la cabania, et ille tome recapdo de los que ille coyre [‘cogiere’], et si non fecerit respondat ille per illos» (PMH Leges, p. 833); en el Fuero de Teruel «quien el cablevador non querrá tomar como es fuero, peche 300 sueldos» (§ 168.3); en doc. leonés de 1270 se enumera «hos que foron presentes del juro tomar» (Staaff 94.46); en el Cid, tomar a presón, tomar por mugieres, tomar por varraganas; en Juan Ruiz «tomar la acusación» (849b), «en carta por escripto le dava sus pecados, / con sello de poridat cerrados e sellados, / respondióle el flayre quel non serién tomados» (1129c); en Berceo «díganlo las fianças que avedes tomado», «de esta malfetría derecho tomaredes» (Mil., 689d, 424d, ejs. comunes a todos los mss. y asegurados por la rima); en Otas: «todo vuestro sagramento yo lo tomo todo sobre mí» (fº78; ed. Baird, 97.11), donde sagramento traduce el fr. serment ‘juramento’ (el empleo modal tomóse a dezir, a fazer, etc., es muy frecuente en el mismo texto); etc.

Por lo demás, no digo que no se hallen desde el principio ejs. literarios de tomar con el valor material y físico de ‘echar mano’ a una persona u objeto cualquiera, por el contrario los hay desde el Cid (al cuello lo tomó, tomarse a la barba, etc.), como los hay también análogos de sacar y quitar, pues todo verbo jurídico relativo a la aprehensión se presta a generalizar su significado, pero en el caso de tomar es fácil darse cuenta de cómo el uso del vocablo, todavía bastante limitado y formalístico en los SS. XII y XIII, sólo llega a ensancharse definitivamente en el S. XIV, corno nos muestra la historia del texto de Berceo: es sabido que el ms. A, del S. XIV, sustituye sistemáticamente por tomar el verbo prender del ms. de Ibarreta, fiel a la lengua del XIII y confirmado por el metro (cuando tomó usurpa el lugar de priso, p. ej.), así en Mil., 714; S. Mill., 115b, 428a, etc. (comp. ed. Marden, p. 33); en general se nota en el uso antiguo de tomar un gran predominio de los giros y acs. de matiz abstracto: tomar un çerviçio en el Cid (1535), tomar un consejo o una elección en Berceo (Mil., 863b, 716b), tomar cuidado, enojo, esfuerço, servicio, tristeza, pesar, ira, afán, acedía, miedo, plazer en Juan Ruiz (vid. Aguado). Esta misma demostración podríamos repetirla con el port., de donde ya he dado un ej. del S. XIII, y puedo agregar tomar torto en el Canc. Colocci-Brancuti (1508.7), tomar prazer en el Canc. da Ajuda (1674), tomar cousas en los Padres de Mérida del S. XIV (RL XXVII, 75), etc.

Que con esto quede probada la etimología AUTUMARE me guardaré de afirmarlo, pero sí afirmo que quita los últimos visos de probabilidad a la etimología onomatopéyica. El origen, cualquiera que sea, se habrá de buscar en el vocabulario hereditario y nocional, no en una creación popular y pintoresca como lo es tumbar. Nos quedan sólo dos alternativas: AUTUMARE y la etimología de Diez (Wb., 492), que quizá ha sido víctima de un olvido demasiado radical. En su opinión se trataría de un vocablo gótico hermano del b. alem. ant. tômjan ‘libertar’, ‘soltar’, escand. ant. tæma ‘vaciar’; que tal palabra pudo existir en gótico es muy hipotético sin duda, puesto que nada afín se encuentra en los textos de Úlfilas, y sin embargo hemos de mirarlo como posible, puesto que esta raíz es común a los demás idiomas germánicos (ags. tôm, b. alem. ant. tômi ‘libre de’, a. alem. ant, zuomig «vacans», escand. ant. tômr ‘vacío’, ‘desocupado’, Fick III4, p. 164-5); sin duda es verdad que el documentado TÔMJAN no serviría como étimo de tomar, y habría que suponer un gót. *TÔMAN, cuyo equivalente exacto no existe en ninguna parte, pero al fin la diferencia no es grande; estaríamos entonces ante un caso semántico análogo al de QUITAR, y sabido es que hoy este verbo y tomar pueden ser sinónimos en ciertos casos. A pesar de todo el sentido fundamental es bien distinto, no parece que la evolución semántica de tomar se haya cumplido en la dirección ‘arrebatar’ > ‘coger’, que así sería preciso admitirlo, pero esta última ac. es tan frecuente como aquélla desde el principio, y por encima de todo en ninguna parte se encuentran indicios de que tomar haya valido nunca ‘eximir’, ‘dispensar’, ‘pagar’ o ‘libertar’, que es lo único que significa el verbo quitar en el S. XII y lo único que pudo significar el presunto gót. *TÔMAN. Luego, pesándolo todo, esta etimología es inverosímil.

En cuanto a AŬTUMARE, remito ante todo a los trabajos de Pio Rajna (RFE VI, 3-13), primer inventor de la idea, y de Jud (Homen. a M. P. II, 21-27), que demostró su posibilidad con la intuición y sabiduría que todos le admiran: no voy a repetir sus datos y argumentos. Importa más indicar que la supervivencia del verbo latino AUTUMARE no tiene la improbabilidad que Spitzer le atribuye. De ninguna manera es cierto que se trate de una palabra rara7. En su sentido fundamental de ‘afirmar’, ‘pretender’, ‘proclamar’ es muy usual en toda la historia de la literatura latina: su empleo muy frecuente en el habla coloquial de Plauto y Terencio nos prueba su antigua popularidad, está también en obras de la Edad de Oro, como las de Horacio, y lo que más nos importa es que desde Apuleyo y en la baja época se hace voz frecuentísirna: nada es más corriente en Padres de la Iglesia como San Jerónimo, San Agustín, Tertuliano, Boecio, en autores tardíos y medio romances como Gregorio de Tours, en Víctor Vitensis (S. V), que por ser africano se acercaría particularmente a la latinidad española; V. el artículo del ThLL, y agréguense los datos de baja época reunidos por Engelbrecht (Wiener Sitzungsber. CX, 443). No sólo se halla, como es trivial, en la construcción de acusativo con infinitivo, sino que es muy común encontrarle un acusativo de cosa o pronominal, en el sentido de afirmarla o proclamarla: «licet aliud Hebraei autument», «quid a me audivisti ut hoc autumes?», «quam Iudaei terram repromissionis autumant» San Jerónimo, «Hebraeorum legibus, quas divinas autumant» Virgilio el Gramático, «non ignoro quendam qui semet ipsum autumet monachum» Casiano... ¿No nos parece oír aquí un eco anticipado del romance toman por divinas, tome por monje? ¡Quien toma algo por esto o aquello, hace lo mismo que afirmar que lo es!, comp. p. ej. tomou-o por injúria, par benefício, tomo isso a boa estreia, que Moraes cita de la Ulisipo. Ya Rajna observó que siendo autumare y asserere rigurosamente sinónimos, y significando además asserere aliquid lo mismo que ‘reclamar o reivindicar un objeto’, era muy fácil que se dijera autumare aliquid con el mismo sentido, que es lo que vienen a significar los ejs. de tomare renda, tomare calumpnia, tomare medietate, espigados arriba del latín macarrónico de los fueros.

Algo audaz es suponer que el vco. atomau «atreverse» sea otra supervivencia del lat. AUTUMARE (y más próxima al latín por el sentido que por la forma), pues Azkue sólo lo recogió en Guernica; pero no es de ninguna manera imposible. Un paralelo semántico a la etimología de tomar nos lo proporciona el vco. baitu (vizc.; guip., sul., bazt.), que parece ser derivado de bai ‘sí’ y Azkue le da el sentido de ‘consentir’ (Bera-Me. «afirmar, consentir»), pero después significa «mettre un objet en gage» (ya en los Prov. de Oihenart), «apoderarse de ganado ajeno en terreno propio hasta comparecer el dueño y resarcirse de daños», y, en Guernica, «apresar».

En lo formal, la reducción fonética de AUTUMARE a ATUMARE y luego tomar (como bajar junto con abajar), tal como la ve Rajna, se presta a objeciones8, pero es irreprochable la de Jud: como siempre, el lenguaje se encuentra perturbado por las voces que pareciendo derivadas carecen de jefe de familia, y así como en latín y romance antiguo aparecen columis y becillus (por incolumis, imbecillus), CUPERARE y BUSTULARE (> brûler) por RECUPERARE y COMBUSTULARE, se extrae OPERIRE (> ouvrir) de COOPERIRE, se crean en castellano atinar y tino sacándolos de destinare ‘hacer puntería’, y el arabismo re-hez engendra un nuevo so-hez, nada más natural que ver *TUMARE reemplazando a AUTUMARE, que parecía un derivado como AUFERRE o AUFUGERE: la vecindad de FERREllevar’ y AUFERREquitar, llevarse algo’ sugería la idea de que *TUMARE era más propio que AUTUMARE cuando uno proclamaba la propiedad de algo (por ej. una casa), pero sin intento o sin posibilidad de llevárselo9. Que este vocablo del latín arcaico y tardío subsistiese, como otros tantos, solamente en el latín vulgar hispánico, no lo extrañará nadie que sepa algo del léxico de este lenguaje.

No perdamos de vista que así no tenemos todavía una prueba concluyente de la etimología AUTUMARE. ¿Se encuentra *TUMARE en algún texto de la alta Edad Media? ¿Hay pruebas documentales de que AUTUMARE significase ‘reivindicar’? ¿Pertenece este verbo, en cualquier ac., al vocabulario de la Lex Romana Wisigothorum, de los Concilios de Toledo, de los Padres Mozárabes, o siquiera de los jurisconsultos romanos?10 He aquí otras tantas preguntas que no puedo contestar, y será preciso que esperemos un azar favorable, o la ciencia de un especialista del latín tardío. para salir de dudas. Observo, sin embargo, que un barbarismo como *TUMARE pudo vivir en boca del vulgo, o de los notarios semicultos11, pero no podía aspirar a figurar en las obras de un San Braulio o un Juan de Biclara, y que en general el estudio del latín visigótico está todavía por empezar12. Agrego en nota algunos datos sobre usos modernos del vocablo13.

DERIV.

Toma [APal. 118d; «captura» Nebr.]. Tomada [S. XVI, Aut.]. Tomadero. Tomado. Tomador. Tomadura [Aut.]. Tomajón [1609, J. Hidalgo, y otro del S. XVII, Aut.]. Tomamiento ant. Tomante. Tomón [Quevedo]. Retomar ‘volver a tomar’, ‘reanudar’ arg. (muy empleado por escrito, aunque falta en los dicc.). Deriv. gall. tomada ‘pedazo de tierra común que se cierra para sembrar’ (Sarm. CaG. 109r) ‘chousa [porción de monte cerrada y acotada]’ (Vall.).

1 Luego el it. ant. tomare ‘caer’ es comparable a amendue AMBO DUO y a sgominare EX-COMBINARE. La excepción única sería el fr. ant. tumer ‘brincar, bailar’, oc. dial. tumà ‘topetar’ y vco. sul. tümatü ‘chocar con la cabeza’, que además se apartan fuertemente de tomber por su ü: pero la tendencia actual es a separar los dos vocablos derivando tumer de TÛMÔN, correspondencia fráncica del alem. taumeln (REW 8979; Wartburg, que ha mejorado notablemente el artículo tomber de Bloch).―

2 Quizá Schuchardt (ZRPh. XIV, 180) defendió semánticamente esta etimología mejor que M-L., poniendo como intermedios oc. mod. toumbà «jeter bas, renverser, abattre», suizo toumà, temà ‘derramar’, sardo attumbare «ferir con le corna, imbattersi, urtare», tumbare «indurre, piegare». Así y todo está todo esto muy lejos de tomar, y por lo demás se trata de acs. locales y sin antigüedad.―

3 El val. empomar «aparar» está ya en Sanelo (S. XVIII). Datos acerca de las varias formas en BDLC VI, 272; VIII, 205, 233-4, 246, 260-1; IX, 127, 128; comp. Spitzer, Lexik. a. d. Kat., 46-47.―

4 Seguramente por analogía de este verbo se dice hoy púma en vez de PALMA en el languedociano de Aniane (BhZPPh. LXI, 41).―

5 Claro que no debemos pensar en derivar de PALMA el cast. tomar, entre otras razones porque entonces debería ser *toumar (o más bien *poumar) en portugués y leonés. En cuanto al cast. tomar, es inaudito en el catalán de las tres regiones hermanas. ¿Existió en otros tiempos en alguna parte? En las Ordinacions de 1424 escritas en el Valle de Àneu, alto Pallars, se lee «si d’aquí avant serà atrobat que hom o fembra de la dita vall vaga ab les bruxes... e no res menys que tomarà o matarà inffants petits...» (comp. más arriba «levant los inffants petits dels costats de lurs mares, e aquels maten», RFE IV, 33). La t- no se lee en el ms. y ha sido suplida por el editor, pero ¿no había que leer más bien (a)lomar ‘derrengar, golpear mortalmente’? Don Emilio Riu, que era de Sort, solía emplear el verbo tomar hablando en catalán, y cuando se lo reprochábamos replicaba que así decían en su tierra. Luego he pasado muchas semanas en el Pallars, estudiando su habla popular, sin oírlo nunca. Sólo en Aós, en el límite del Urgellet con Pallars y Andorra, oí a una mujer «que tomo aquest camí». ¿Era también castellanismo individual? Más tarde lo he oído en pueblos catalanes de Ribagorza.―

6 La proximidad semántica de autumare con λαμβάνειν (‘tomar’), nos la muestra el glosador latino que lo tradujo por ȗπολαμβάνειν, CGL II, 466.46; cierto que pensaría en la ac. ‘opinar’, pero ȗπολαμβάνειν propiamente es ‘tomar a cuestas’ y ‘coger’.―

7 De la vitalidad de autumare es prueba indirecta la creación del antónimo negumare.―

8 Podría esperarse una evolución hacia *adomar o bien hacia *atmar, a todo lo cual podría encontrarse remedio por analogía de los verbos en att- (= t-), pero las explicaciones complicadas pierden verosimilitud.―

9 Agréguese a esto que los romanos vieron en AUTUMARE y AESTUMARE (AESTIMARE) dos derivados diferentes de una misma raíz, como mostró Jud, y puede confirmarse leyendo el ThLL.―

10 En los dicc. de que dispongo en esta especialidad no figura autumare.―

11 Puesto que a tomar le suponemos alcurnia jurística, ni siquiera es preciso mirarlo como palabra rigurosamente popular o hereditaria. Siendo voz favorita de los Padres de la Iglesia, bien pudo pasar desde sus escritos al estilo foral y notarial, desde fecha antiquísima, y que pronto se popularizara una palabra de este sentido estarán dispuestos a admitirlo cuantos conozcan la naturaleza interesada del hombre.―

12 Entre las etimologías francamente inverosímiles puede relegarse la de Settegast (RF I, 237ss.) MUTUAREtomar prestado’: ni semántica ni fonéticamente es esto probable. Hay en lengua de Oc un verbo toumà ‘cuajarse la leche’ (Mistral, Michalias, etc.) que recuerda extrañamente el cat. pendre’s ‘tomarse’ y ‘cuajarse’, y que sin embargo deriva del oc. y frprov. toumo, -a, ‘queso fresco’, de origen incierto, quizá prerromano (comp. Jud, Rom. XLVIII, 450, y REW 8770); aunque Gauchat lo relacionó con el cast. tomar, es difícil que haya relación, y desde luego no será en el sentido de que tomar derive de este nombre prerromano del queso, puesto que ni éste ha existido en España ni tomar parece haber tenido el sentido de ‘cuajar’. Sólo a título de curiosidad recordaré que Tuttle, Mod. Lang. Review IX, supuso que tomar nació por una confusión en combinaciones como tómela de TOLLE MIHI ILLAM, explicando esta contracción y confusión con complicadas suposiciones que apenas podemos calificar de ingeniosas.―

13 Para tomó e hizo, tomó y se fué, etc., para indicar una acción repentina, V. el pasaje de Juan de Valdés y demás datos citados por Cuervo, Ap., § 548. En la Argentina y en toda América se emplea eufemísticamente el verbo tomar con el sentido de ‘beber bebidas alcohólicas’ (frases como «¿V. toma? ¿V. fuma? ¿Le gustan las niñas? ¿Qué vicios tiene?» son normales en aquel país, pero desusadas en España). Allí mismo la severa interdicción que pesa sobre coger ha obligado a extender ampliamente el alcance semántico, de agarrar en el habla del vulgo, y de tomar entre los que pretenden hablar más finamente: de ahí que sea imperativo decir la tomó por el brazo, y corriente leer frases como «murallas que no ofrecían salientes donde tomarse para treparlas». Pero no faltan casos antiguos que hoy casi nos parecen «argentinos», como anzuelo para tomar peces o tomado de la luna (por la influencia de este astro), ambas en Nebrija (s. v. anzuelo y luna). Es notable el alentejano tomar «atrelar os animais ao carro ou ao arado», destomar «desatrelar» (RL XXXI, 122).