TIZA, del náhuatl tíçatl ‘greda, especie de tierra blanca’.
1.ª doc.: Terr.
En Méjico se dice tiza, pero también tízar (f.), como forma más culta, según D. Rubio (en Malaret) (donde queda huella de la -l), y tizate en otras partes. Este último tratamiento fonético corresponde al que sufren la mayoría de los aztequismos de esta terminación (tomate, petate, metate, achiote, etc.), pero algunas veces se conserva el acento originario y se elimina la terminación -tl (ejs. en Hz. Ureña, BDHA IV, 186), que era mero elemento desinencial y separable, sin valor significativo. En Costa Rica dicen tizate o el tiza (Gagini). El P. Fr. Ximénez (1615) describe detalladamente la forma y preparación de la tiçatlalli mejicana (compuesto con tlalli ‘tierra’), V. la cita en Robelo.
De no conocer estos datos habríamos podido creer que, empleándose primero con los mismos usos un pedazo de carbón, hubiese pasado el nombre de éste a la tiza blanca, y suponer así que el vocablo se extrajo de tizo ‘tizón’, que a su vez viene del lat. TITIO, -ONIS: en efecto tiza significa ‘tizón quemado casi enteramente’ en el Alto Aragón (Valle de Vio, VKR X, 237), y tizo con el mismo sentido figura ya en Quevedo y hoy se emplea en Almería y en muchas partes. Éstos son derivados indudables de TITIO, del cual también deriva en forma semejante atizar1. Pero se impone renunciar a esta etimología.
DERIV.
Entizar ‘marcar con tiza’.
1 En Asturias se dice tiz para «tiza, piedra blanca natural o artificial» (R), forma que se debe a un cruce local del mejicanismo tiza con el sinónimo autóctono xiz GYPSUM. ↩