TITÍ, onomatopeya de la voz del animal.
Definido: «especie de mico mui pequeño de cuerpo, que tiene en la cabeza un lunar negro, a modo de gorro». Ni
Aut. ni Friederici (
Am. Wb., 614
a) traen documentación antigua. Indicó Cuervo (
Ap., § 981) que
titi por ‘mono’ (y también por ‘gato montés’) está ya como voz aimará en el diccionario de Bertonio, de 1612. De ahí que se venga diciendo que
tití se tomó del aimará; pero en realidad, si préstamo hubo, pudo ser igualmente en la dirección opuesta: los castellanismos pululaban ya en aimará y en quichua por este tiempo; igualmente posible es que se creara paralelamente en el idioma indígena y en cast. No se ve razón alguna para que el cast. lo tomara del aimará, cuando estos animales abundan en zonas mucho más septentrionales que Bolivia, y los conquistadores verían muchos en cuanto llegaron a tierras americanas; el caso es que
tití es popular en Colombia, en Puerto Rico y en todas partes donde vive el animal, lugares adonde no llegan las palabras aimaraes. Otra prueba de la falsedad de esta tesis es que el aimará no posee palabras oxítonas. La raíz onomatopéyico-expresiva
TI-T- es sumamente fecunda en todas partes, y en particular para nombres de animales: comp. salm.
titar ‘graznar el pavo’, val.
titot ‘pavo’, mall.
titiu ‘pajarito’ (
BDLC VI, 137), cat. común
titit,
titet,
tit(
er)
ella, nombre de varios pájaros (
ASNSL CXLVI, 125),
tita ‘gallina’, lat. vg.
TITUS ‘paloma torcaz’, etc., murc.
tito ‘pollo de gallina’, cub.
tetí ‘pececito recién nacido que se coge por millares con sábanas en la embocadura de los ríos’ (Pichardo).
Con carácter algo distinto se creó en castellano tito como voz infantil, para designar, entre otros, objetos vegetales como los que los niños emplean para sus juegos: en muchas partes significa ‘almorta’ [Aut.], ‘yero’ en Burgos y Guadalajara, ‘guisante’ en Aragón, ‘hueso de fruta’ en Zamora (FD), Valladolid y Salamanca; es también voz infantil tito ‘orinal para aguas mayores’ [Aut.]; tito «petit chien, toutou» (Oudin), etc.