TILO, procede en definitiva del lat. tĭlĭa, pero no directamente; probablemente por conducto del fr. ant. til íd.
1.ª doc.: Aut.
Es evidente que ni tila ni tilo pueden salir en cast. de TէLէA, ni por vía culta ni como cultismos. Se comprende el préstamo del francés tratándose de un árbol más frecuente en el Norte de Europa. En francés se emplea hoy el diminutivo tilleul, pero antiguamente se decía til (God. VII, 716), que ya está en Girart de Roussillon y Doon de Mayence y todavía aparece en Ronsard. La existencia de una variante castellana til comprueba la realidad del galicismo: dicha forma ya se encuentra antiguamente y hoy en Canarias es nombre de un árbol semejante (Steffen, Rev. de Hist. de la Univ. de La Laguna, n.º 70, a. 1945, 5-11). La forma autóctona cast. fué teja (1555, Laguna, en Aut.), que la homonimia no permitió conservar. El cultismo tilia es moderno y poco frecuente (no Aut.). Oudin da tillón y, en su parte fr.-cast., da teja. Terr., tillo y tilón. En catalán corren también formas tomadas del fr.: así se explicará la extraña l·l geminada de til·la ‘tila’, voz que en el Ribagorza y en la forma tila se emplea como nombre del árbol (Krüger, Die Hochpyr. A, I, 48); til·ler ‘tilo’ en el Montseny; tiol ‘tila’ en Menorca, préstamo de las hablas occitanas donde VILLA se convierte en violo, vialo, APRILE en abriol, etc.; además hay el castizo tell.
DERIV.
Tila [Terr.; Acad. ya 1817, ambos como equivalente de tilo; ac. moderna 1884, no 1843]. Tilar f. ‘tilo’ ast. (V). Tiliáceo.