TELLIZ o TERLIZ, del lat. TRէLIX, -զCIS, ‘de tres lizos’, ‘tela labrada con tres lizos’; la primera variante presenta una alteración debida a haber pasado por el ár. tillîs.

1.ª doc.: terliz, Alex.; telliz, Oudin.

«Encobriós Éctor, cuerno Omero diz, / pero rompiól un poco de la loriga terliz», «vestié una loriga de azero colado, / terliz e bien teçida, el almófar doblado» (Alex., 555d, 615c). En la Gr. Conq. de Ultr.: «vestiéronle una loriga blanca terliz, e enlazáronle en la cabeza un yelmo zaragozano» (Rivad. XLIV, 299a). En estos textos medievales aparece todavía como adjetivo, según lo era en latín, y quizá todavía quiera decir lo mismo Nebr. al definir «terliz, texido a tres lizos: trilicis». Pero es dudoso, y desde luego no hay otras noticias de tal uso; lo que ya se encuentra en la Edad Media, y apareció ya en latín clásico, es el uso sustantivado: «una plumaza de terliz con palla» invent. arag. de 1373 (BRAE IV, 345) y otros ejs. de esta procedencia citados en VRom. X, 209, entre ellos el metatético: «una cubierta viella de terzil; un cobertor viello de Raz» (a. 1469, BRAE IX, 119). Según Aut.: «tela de lino u algodón, de colores, y tres lizos», con cita de ejs. del S. XVII (otro en Fcha.). Se ha conservado este vocablo latino en todos los romances salvo el rumano; la trasposición de la -r- no es sorprendente.

La otra forma no la encuentro hasta Oudin (1607): «telliz: tapy ou couverture qu’on met sur la chaire d’un grand seigneur»; Covarr. «la cubierta que ponen sobre la silla del cavallo del Rey o gran señor, quando se apea»; Aut.: «el paño con que se cubre la silla del caballo, después de haberse apeado el caballero; o el que llevan los caballos, de respeto, en qualquier función», y cita ej. de Solórzano Pereira (1648). En esta forma el vocablo no vino directamente del latín, sino por conducto del árabe tillîs ‘especie de tela gruesa y basta de que se hacían los sacos y se vestían los villanos y trabajadores’, ya empleado por el cordobés Abulualid (med. S. XII) y por los marroquíes Abenbatuta y Abenabizar (S. XIV), pero que hoy se anota era vocabularios del árabe africano y asiático, desde Marruecos hasta Siria (aquí ya h. 1700), vid. Simonet, p. 526; Dozy, Suppl. I, 150b; en el árabe de España PAlc. define «tíliç, telíliç: terliç, texido a tres liços, manta de cama». La reducción de terlîs a tillîs se explica por la estructura morfológica del árabe. En castellano el telliz (como jaez, p. ej.) es un legado de los ricos paramentos empleados por los grandes señores granadinos; abundan, por lo demás, los arabismos en los arreos de caballerías (albarda, alforja, jáquima, ronzal, etc.).

DERIV.

Telliza ‘sobrecama’ [Aut.], del ár. tillîsa (Dozy, Suppl. I, 150b); tellissa es también ‘colcha’ en el catalán de Fraga y en el de Morella (RDTP VII, 520-1).