TASTAR ant. ‘golpear’, ‘palpar’, ‘catar, probar’, voz genuina en la mayoría de los romances (cat., oc., fr., it.) y trasmitida por éstos al germánico occidental; de origen incierto, quizá de una onomatopeya TAS-TAS que expresa el golpeo y toqueteo, lo mismo que el sinónimo cat. y oc. tustar, fr. ant. tuster, procede de TUS-TUS; son inaceptables las demás etimologías que se han propuesto.
1.ª doc.: Berceo.
Sí es castiza en catalán, y de uso general en todas las épocas, hoy sólo en el sentido de ‘probar, catar’, pero en el ej. más antiguo tiene el de ‘pegar, golpear’: «son-na axí bé castigada / com si tota m’avíets tastada» S. XIII (Set Savis, v. 1806); y la ac. intermedia ‘tentar, palpar’ existió también en cat., según se deduce del mall. tastanejar ‘tentar’ [‘andar a tientas’] y ‘tambalearse’2. Préstamo romance parece ser el vasco lab. y b. nav. dastatu ‘catar’, guip., lab., a. nav. aztatu, lab., b. nav. haztatu ‘tentar, palpar’, aunque no es clara esta última variante3. En todo caso el vocablo, como es sabido, ha sido de uso general en todas las épocas, en oc. tastar, fr. tâter, it. tastare: en los dos idiomas literarios significa hoy ‘tentar, palpar’, pero la ac. ‘catar’ se halla también en francés antiguo (de aquí el ingl. taste ‘gusto’) y en hablas del centro de Francia, así como en muchos dialectos del Norte y Sur de Italia, y es corriente en occitano antiguo y moderno, lo mismo que en sardo (en éste y en retorromance puede no ser voz autóctona: nótese que en la Engadina parece ser más popular palper, palpigner, y en la Sobreselva sólo existe tasta ‘tecla’, evidente germanismo). Desde Francia pasó al alto [h. 1200] y bajo alemán tasten ‘tentar’, al neerlandés y frisón antiguo, y más modernamente ha llegado hasta Escandinavia, pero la conservación de la t- en alto alemán prueba ya que allí no es palabra genuina, y hoy sigue siendo ajena a buena parte de los dialectos alemanes.
En cuanto a la etimología, hay que rechazar como imposible la de M-L. (Rom. Et. Wörterbuch 8585), ya propuesta por Bloomfield y Salvioni, y todavía aceptada por Bloch, según los cuales se trataría de un lat. vg. *TASTARE resultante de un cruce de TANGERE ‘tocar’ con GUSTARE ‘probar, catar’: además de la general inverosimilitud de la idea, y de las pertinentes razones alegadas contra la misma por Spitzer y Bloch, es terminante la de que TANGERE y GUSTARE no eran sinónimos, y por lo tanto no podían cruzarse: tales cruces de vocablos que significan cosas distintas sólo han existido en la mente de los filólogos, tal como los centauros o hipogrifos han vivido sólo en la imaginación de los poetas4. Pero tampoco es verosímil la idea de Diez (Wb., 318), defendida por Kluge, Gamillscheg (EWFS), Wartburg (Bloch, 2.ª ed.) y otros: lat. vg. *TAXITARE, derivado de TAXARE; en primer lugar, como sugieren convincentemente Ernout-M., es muy probable que TAXARE en el sentido de ‘tocar fuerte y a menudo’, voz ajena al romance y a la literatura latina, no sea más que una ficción seudo-etimológica de Aulo Gelio y algún otro autor gramatical y tardío, pues TAXARE, que en realidad sólo significa ‘tasar, evaluar’ y ‘reprender, censurar’ no viene de TANGERE como postulan estos autores, sino que es préstamo del gr. τάσσειν, ƒταξα; mal pudo este TAXARE ‘tocar’, de existencia fantasmal, engendrar un lat. vg. *TAXITARE, pero además hay que proclamar bien alto, que *TAXITARE > tâter sólo sería fonéticamente correcto en francés, pero no en los romances meridionales, que en una combinación tan complicada no habrían admitido la síncopa hasta después de la sonorización de la -T- o nunca, según los casos.
Por lo tanto envuelve un problema oscuro el origen del tipo *TASTARE, que a juzgar por la extensión y antigüedad del vocablo en romance, pudo ya pertenecer al latín vulgar o a fases romances muy antiguas. La única sugestión razonable que se ha hecho hasta ahora me parece ser la de Spitzer (ARom. XIX, 436): que tastar, lo mismo que tocar, tustar, chocar, alem. tappen y otros tantos verbos que expresan la idea de ‘tocar’ en sus varios matices, sea una creación onomatopéyica (*TAXITARE es una creación tan superflua e inverosímil como los *TUDICARE, *TUSITARE y análogos, que se habían postulado para estas otras palabras, y en los que ya nadie cree). El ciego que anda tentando el camino con un bastón, o el vidente que lo hace cuando va a oscuras, o el que busca un hueco en una pared golpeando con un martillo, se dice que tastano en italiano, y es indiscutible que el ruido que producen es tas-tas5; casi el mismo ruido percibimos al golpear repetidamente a una puerta, aunque el hacerlo sobre madera puede dar un matiz más bajo u oscuro al sonido, y de ahí invitar a figurarlo por tus-tus, de donde el cat. y oc. tustar, fr. ant. tuster, ‘golpear a la puerta, etc.’, pero está claro que no hay un límite fijo, y así como el oc. tustà puede valer «tâtonner», y el vasco tustatu llega hasta ‘probar, catar’, también es natural que Berceo aplicara tastar a ‘llamar a la puerta’. ¿Hay algo que nos pruebe si el sentido más antiguo de tastar fué ‘catar’ o ‘palpar’? Quizá no, pues teóricamente pueden concebirse ambos tránsitos semánticos; pero es claro que el paso de ‘tentar’ a ‘saborear, catar’ es muy fácil ideológicamente, y nótese que esta última idea, que no es de orden muy elemental, se expresa a menudo en los diversos idiomas por vocablos que indican primordialmente otras sensaciones físicas y espirituales (recuérdese la historia de catar y probar castellanos). Pero es muy orientador para el etimologista ver que en la fase arcaica de todos los romances aparece tastar con acs. que se agrupan entorno a la idea de ‘golpear’, y que por lo tanto están tan próximas a la onomatopeya en cuestión como alejadas del sentido del gusto: además de los ejs. citados de Berceo y de los Set Savis, recuérdese que tastar vale ‘zurrar, golpear, atacar’ en dos de los textos occitanos medievales citados por Levy, que el fr. ant. taster «frapper» se encuentra en el Bastard de Bouillon y en el Lancelot du Lac, y que tastouillier es ‘hacer cosquillas’ en francés antiguo (God.).
DERIV.
Tasto ‘sabor desagradable que toman algunas viandas por el envase o la paja’ [1745, como cast. en la pluma de Sarm.6 Acad. ya 1817; ast. R], ‘hedor’ salm. y ast. (Lamano); taste ‘gusto’, ant. (APal. 126b, 126d, 466b); tastear ast. ‘catar’ (R).
1 Tasto ‘sabor’ en Sajambre, Bierzo, Cabranes, taste santand. (Fz. Gonzz., Oseja, 357).― ↩
2 «Tomeu! Biel! Alça, de pressa! (los tastaneja amb lo peu, però ells no es mouen)» P. d’A Penya, Illes d’Or I, 56; «compareixien, movent avalot, les tres diligències que s’hi aturaven, tastanetjant per damunt l’empedregat» M. dels S. Oliver, L’Hostal de la Bolla, p. 18; tastanetjador ‘tambaleante, exangüe’ (BDLC X, 134); comp. Spitzer, Lexik. a. d. Kat., 62. Suele escribirse malamente tastenejar o testenejar.― ↩
3 Lo más verosímil parece admitir una confusión entre el romanismo dastatu y el vasco genuino astatu «acertar; atteindre, réussir» en Alta Navarra, haztatu ‘rascar’ en Sule, que derivarán de hatz ‘dedo’, comp. Schuchardt, BhZRPh. VI, 30. De todos modos no hace verdadera falta la intervención de hatz, pues aunque en la mayoría de los sistemas lingüísticos sería apenas concebible la disimilación eliminatoria de una oclusiva inicial, en vasco, donde los fenómenos de fonética inductiva llegan al colmo del desarrollo, hay bastantes casos seguros; y en cuanto a la evolución semántica es posible aun sin la intervención de hatz, aunque ésta debió de facilitarla.― ↩
4 Si fueron varios los eruditos que cayeron en esta aberración, se explica en este caso porque lo primero con que da el romanista al abrir un diccionario occitano es la definición del Donatz Proensals «tastar: tangere vel gustare», de acuerdo con las dos acs. que conviven en lengua de Oc.― ↩
5 Ejs. de ta-ta-ta aplicados a uno que va golpeando con el cayado en Sánchez de Badajoz (Cej.).― ↩
6 «Cedizo es un tasto, sabor, etc., agrio como vinagre» CaG. 112r, «ferún: tasto, v. g. esto ten ferún» o. c. 231v. ↩