TARÍN, tomado del cat. tarí (pl. tarins) y éste del sic. tarì, de origen incierto.

1.ª doc.: 1511, carta desde Sicilia.

Terlingen (pp. 291-2) cita además otro doc. de igual procedencia, del a. 1528; Covarr.: «moneda que corre en Italia». Falta en Aut., pero Mateu y Llopis (Glos. de Num., s. v.) nos informa de que Felipe III y Felipe IV hicieron acuñar tarines en Sicilia. Más tarde el vocablo se empleó en España: la Acad. en sus ed. de 1817 y 1843 define, en calidad de voz provincial, «el realillo de plata de ocho quartos y medio»: ast. tarín ‘moneda de plata de un real’ (sobre todo en la frase ser com’ un tarín «ser (una persona o cosa) pequeña y de mucha pulidez» V); bilb. tarinsito «realito de plata que ya no se acuña y valía ocho cuartos y medio» (Arriaga); Terr.: «tarín: moneda de plata de Castilla..., de 34 maravedís». En catalán tarí (pl. tarins) se documenta desde 1305 y también en Muntaner y en 1534 (Ag., Du C.), siempre con referencia a Sicilia; además en el Consolat de Mar (ed. Moliné, p. 210). En bajo latín encontramos tarì desde 1192, y luego con frecuencia latinizado en las formas tarinus y tarenus (alteración ésta por influjo de florenus ‘florín’), con referencia casi constante a Nápoles y Sicilia; el it. tarì o tareno es término histórico poco frecuente y también se refiere a la misma región. El vocablo se extendió además a Francia: el oc. ant. tarin (pl. tarìs) se encuentra solamente en un doc. de Niza y en Fierabras (h. 1240), el fr. ant. tarin es algo más frecuente, pues hay una docena de ejs. en canciones de gesta del S. XIII, y en la Historia de los Normandos: sin embargo, todos estos ejs. se refieren a Sicilia o a los árabes, vid. G. Belz, Die Münzbezeichnungen in d. altfrz. Literatur (Strassburg, 1914), 59-61. Hoy tarì es todavía conocido en Sicilia como una moneda de 42 céntimos, tariolu «lo stesso che tarì, ma s’intende quello battuto a solo» (Traina)1, calabr. tarì «antica moneta d’argento del regno delle Due Sicilie» (Rohlfs); de ahí pasaría al b. gr. τάριον «ponderis apud medicos species» (documentado en textos difíciles de fechar y localizar). Es evidente que el vocablo pasó al cast. por conducto del cat., y al fr. ant. por conducto del provenzal, pues por la gramática de estos idiomas se explica el añadido de una -n, que es ajena al siciliano y al calabrés (la latinización tarinus parte también del cat., idioma oficial de la Confederación aragonesa).

Las varias etimologías propuestas carecen de valor: Du C. supone sea abreviación de tarentino, imaginando que se acuñara primero en Tarento, de lo cual no hay indicio alguno (cita un doc. donde tarentinus figura como nombre de moneda, que no sabemos tenga nada que ver con el tarì) y es imposible fonéticamente; Amari (citado por Belz) cree que se trata del ár. darāhîm, plural de dirhem, nombre de moneda bien conocido, pero también aquí hay obstáculos fonéticos evidentes, además de que este tipo de plurales en el árabe de Occidente se acentuaba darâhim; Belz prefiere la hipótesis de que el vocablo recibiera el nombre de algún señor llamado Tierry que hiciera acuñar esta moneda, pero no aduce pruebas, y esta idea (ya rechazada por Spitzer, Litbl. XXXVI, 89) es improbable dada la rareza de la forma terì en el nombre de la moneda.

En definitiva, como sabemos que el tarì fué primero acuñado por los árabes (Mateu y Llopis, glosario citado) es de creer que su nombre sea un arabismo, y lo mismo indican la terminación , y el hecho de que la misma moneda se llame también robaì en Sicilia (del ár. rubā⺆î ‘cuaternario’, Dozy, Suppl. I, 504a); debe de ser un gentilicio o étnico arábigo en , pero es difícil identificarlo tratándose de un vocablo de tal estructura2. También cabría suponer que se trata de una abreviación del equivalente griego del ár. rubaî, a saber τεταρτƓρóν, nombre de una moneda acuñada por Nicéforo Focas h. 965, documentado en autores griegos. de los SS. XI y XII (Sophoclês, Estienne); el diminutivo de éste, *τεταρτƓρίον, en bajo griego *τεταρτƓρί, pudo ser mutilado en *τƓρί (pron. *tirí, pero luego disimilado terí y más tarde tarí), quizá por haberse tomado el elemento τεταρ- por el numeral τέτταρεσ ‘cuatro’; comp. la deformación de τεταρτƓρóν en tartaron en muchos autores latinos (Du C.). Esto es posible, pero bastante hipotético.

DERIV.

Tarina antic. ‘fuente de mediano tamaño en que se sirve la vianda en la mesa’ [Acad. 1817], ¿por comparación con el tarín?

CPT.

Tarín barín ‘poco más o menos’ [Acad. 1884, no 1843].

1 Además una medida de agua de regar, equivalente a 1/16 de zappa (= 612 litros), así llamada porque sale por una cañería cuyo diámetro es igual al de la moneda tarì (De Gregorio, St. Glott. It. VII, p. 105).―

2 No sé si trata de tarì el diccionario de arabismos sicilianos de Aleppo y Calvaruso, que no está a mi alcance.