TALEGA, del ár. talîqa ‘saco, bolsa, zurrón’, derivado de áliq ‘colgar, estar pendiente de algo’.

1.ª doc.: 1202, Fuero de Madrid.

Ya es frecuente en el S. XIII: Neuvonen, 100-1; y en todas las épocas. Formas hermanas: port. ant. taega, teiga, talega (del cruce de las dos últimas resulta el moderno taleiga), gall. ant. taega, moderno tega ‘medida de áridos’, usada en Orense, y que se había empleado en Pontevedra, donde todavía tenía curso en tiempo de Sarm. (CaG. 63r) para las castañas: cita éste per taleigam de Morracio [= Morrazo], per taleigam de Ponteveteri en escritores del S. XVI; leon. talega ‘cesto de vendimiar’ (en Cerecinos ib. 149v). Hoy port. teiga es una especie de cesto1; cat. taleca (empleado en Valencia, Baleares y Sur del Principado, donde lo he oído en el límite de la Ribera del Ebro y el Priorato, pero ya no en esta comarca), mall. talec; comp. alto-arag. taleca (BDC XXIV, 180). En árabe talîqa no pertenece a la lengua clásica, pero sí al árabe regional de España, donde lo recoge ya R. Martí en el S. XIII con la traducción «pera»; Dozy, Suppl. II, 162b.

DERIV.

Talegada. Talegazo. Talegón [Calila; APal. 162d, 468b; Nebr.]; y extraído de ahí talego [Quevedo; falta todavía Covarr., etc.]. Taleguilla. Entalegar; entalegado.

1 De ahí ateigar ‘rellenar’, ‘atestar [como un saco lleno]’, que se ha hecho viejo en Portugal, pero no en Galicia, donde no sólo lo empleó ―ateigado ‘repleto’― Sarm. en sus coplas (y vid. DAcG. y Lugrís, Gram. 119) sino Castelao, con matiz más moral de ‘alardeante, presuntuoso, cargado de bienes’: «o desexo imperialista dos pobos militares foi dexando na... Place... un museu pra os ateigados de progreso e conqueridores do Congo» (48.21).